CONTENIDO DE ESTE CAPÍTULO
1.- El demonio de Maxwell
1.- El demonio de Maxwell
2.- Conceptos básicos de sistemas biológicos
3.- Subsistemas que procesan materia, energía e información
3.1.- Reproductor.
3.2.- Cubierta.
4.- Subsistemas que procesan materia y energía
4.1.- Ingestor
4.2.- Distribuidor
4.3.- Convertidor
4.4.- Productor
4.5.- Almacenador de materia y energia
4.6.- Evacuador
4.7.- Motor
4.8.- Soporte
5- Subsistema de Información
5.1.- Trasductor de entrada de señales externas.
5.2.- Trasductor de entrada de señal interna
5.3.- Canales y redes "cyr"
5.4.- Decodificador
5.5.- Asociador
5.6.- Memoria
5.7.- Decisor
5.8.- Codificador
5.9.- Trasductor de salida
6- Funcionamiento del sistema
6.1.- Busqueda del estado estable
6.2.- Evolucion
7- Evolución
7.1.- Génesis
7.2.- Salto cuántico
7.3.- Ataques contra la vida
7.4.- Los límites de la evolución
7.5.- La organización social
7.6.- Tamaño y complejidad
7.7.- Reflexión
2.1.- El demonio de Maxwell
El
físico escocés Clark Maxwell propuso en 1871 en la Teoría del calor,
que una criatura suficientemente pequeña, que pudiera ver y manejar
moléculas individuales, se hallaría exenta del cumplimiento de la
segunda Ley; sería capaz de mantener la asimetría de temperatura y
presión en un sistema de dos cámaras sin necesidad de realizar trabajo.
Desde
los tiempos de Maxwell se han propuesto numerosas versiones del
demonio, como por ejemplo, uno que sea capaz de permitir el paso de las
moléculas en una sola dirección, hasta crear una sobrepresión en una de
las cámaras y un vacío parcial en la otra. Si fuese esto posible,
estaríamos ante una formidable fuente de energía inagotable. Esto parece
violar flagrantemente la segunda Ley, si se acepta que cualquier flujo
de calor lleva consigo incremento de entropía total del Universo. El
demonio que hace fluir las moléculas desde el recinto frío al caliente,
rebaja la entropía del frío en mayor medida que eleva la del caliente,
disminuyendo la entropía del universo en su conjunto, lo que es
imposible. Es curioso cómo un duendecillo imaginario como este ha hecho
correr ríos de tinta y de autores de tanto renombre como el mismísimo
Leo Szilard, creando encendidos debates sobre si viola o no la segunda
ley. Parece que al final no puede violarla. Y para eso se acude incluso
hasta al principio de incertidumbre (Bennet, 1988).
Esta
introducción sobre demonios y la segunda ley viene al caso de algo que
si bien, desde el punto de vista físico el Demonio de Maxwell puede
ser una quimera, quizás no lo sea tanto desde el punto de vista
biológico, en tanto que la esencia de la Vida, como hemos visto en el
capítulo anterior, bordea muy seriamente la “legalidad” de la física.
La segunda Ley sentencia que la entropía global del Universo crece
siempre. Y en ningún caso puede disminuir. Caben por tanto dos únicos
tipos de procesos, aquellos en los que la entropía crece y aquellos en
los que se mantiene constante. Los primeros se denominan procesos
termodinámicamente irreversibles porque su inversión provocaría
violación de la segunda Ley. Los segundos se denominan procesos
termodinámicamente reversibles, en virtud de los cuales la entropía de
un sistema disminuye si se realiza trabajo sobre él, pero ese mismo
trabajo para mantener en niveles bajos la entropía provoca el incremento
de entropía del entorno. (Atkins 1992)
Este
comportamiento de los procesos reversibles es justamente el que
ofrecen los seres vivos. Y la estructura que lo hace posible es una
membrana semipermeable, capaz de mantener un constante desequilibrio
iónico entre el interior y el exterior de la célula.
Ref. Guyton 1992.
A efectos prácticos, nuestro particular “Demonio de Maxwell”, tendría este aspecto.
Este
es en esquema el aspecto de la membrana celular, una estructura lípido
proteica semipermeable que posibilita el paso selectivo de materia,
energía y información entre el exterior y el interior de la célula. No
vamos a entrar en la descripción fisiológica de la membrana celular,
auténtico invento de la Naturaleza que hace posible la vida; pero sólo
decir que, gracias a ella, (que se comporta “mutatis mutandi” como un
demonio que permite el paso de unas moléculas pero no de otras, y así
mantiene un, - casi podríamos afirmar - espectacular desequilibrio entre
el medio intracelular y el entorno) los seres vivos mantienen
internamente un elevadísimo estado de orden, y un nivel de entropía
controlado.
Parece
“como si...” estuviéramos violando la Segunda Ley, sólo que este
asombroso desequilibrio lo mantienen los seres vivos a costa de un
considerable gasto de energía. No es cuestión de entrar en los detalles
bioquímicos del asunto, tan sólo quedémonos con este concepto, de que
algo sucede en los seres vivos que permite mantener respecto del entorno
un bajo nivel de entropía, es decir, un elevado orden interno.
Y para ello, todos los seres vivos necesitan intercambiar con el entorno de modo constante, materia, energía e información.
Y
para que eso sea posible, los sistemas vivos disponen, todos ellos de
un conjunto de subsistemas que permiten realizar esta función de
mantenimiento de la vida. Esto es lo que vino a describir en su
enciclopédica obra James G. Miller, publicada en 1978.
2.2.- Conceptos básicos de sistemas biológicos
Los
seres vivos presentan una diversidad pasmosa. La gran cantidad de
especies, de formas, de procesos vitales, hace pensar, a primera vista,
que si algo les caracteriza, si algo les define y les diferencia del
resto de la Naturaleza, es su diversidad. No hay dos seres vivos
idénticos, se suele decir; y ciertamente no los hay. Sólo los gemelos
univitelinos son los seres vivos que más pueden ostentar este
calificativo.
Sin
embargo, las investigaciones en biología han demostrado que, detrás de
semejante diversidad, se esconde un proceso vital que obedece a un
conjunto de leyes que se reducen en último extremo, a un proceso muy
simple, pero con una potencialidad casi infinita, la codificación
genética.
El
código genético hace que todos los seres vivos sean en ultimo extremo,
lo mismo, genes capaces de reproducirse y perpetuarse en nuevos seres.
Se
está ante los dos extremos de un segmento que va desde la simplicidad y
uniformidad del código genético, hasta la infinita diversidad de
seres, formas, procesos y organizaciones sociales.
En
todo esto, hay quien le ha dado por pensar que, ni la biología es tan
simple, ni tan compleja y diversa, que no pueda abordarse su estudio de
una forma racional.
Sin
embargo, lo que aquí se presenta es una forma de abordar la diversidad
biológica de un modo sistemático, basándose en la Teoría de Sistemas.
James
Grieg Miller, ha estado investigando esta forma de abordar el estudio
de los seres vivos, bajo la perspectiva de los sistemas, y propone un
esquema de pensamiento que, como herramienta intelectual puede ser
válida para entender la vida en sus diferentes manifestaciones. Su tesis
propone una sistemática de estudio que puede llegar a ser de una
nitidez palmaria en unos casos, y en otros algo más turbia, pero en
cualquier caso, no se puede negar que puede llegar a ser muy eficaz a la
hora de comprender muchos aspectos de la vida que nos pueden parecer
oscuros. (Miller 1-1978)
Este
abordaje incluye los niveles de asociación de individuos, tanto
animales, como humanos. En este último caso, es la Sociología la ciencia
que se ve más identificada con esta Teoría de los Sistemas Vivos.
En resumen, Miller propone tres grandes principios. (Miller 2-1978)
El primero es la aceptación de la organización multinivel de los seres vivos en una escala de siete niveles:
- La célula.
- El órgano.
- El organismo.
- El grupo.
- La organización.
- La sociedad.
- La sociedad internacional.
El segundo gran principio es la aceptación de las funciones básicas de los seres vivos en el sentido siguiente:
Un
ser vivo, para poder serlo, tiene que disponer de componentes que sean
capaces de cumplir una serie de funciones elementales, sin las cuales,
la organización biológica que lo mantiene vivo, degeneraría hasta
hacerle morir, bien como individuo, bien como especie. De hecho, el
progresivo deterioro de estos componentes hace sobrevenir la vejez y al
final la muerte.
El tercer
gran principio es el concepto de ser vivo como sistema, asumiendo la
definición formal de sistema como conjunto de elementos interactuantes.
Este tercer principio obliga a asumir para la Teoría de Sistemas Vivos,
los principios básicos de la Teoría General de Sistemas, ya descritos.
La síntesis de estos tres principios se resume en:
1.-
Todo ser vivo a cualquier nivel de la escala referida, tiene como
objetivo mantener una estructura interna altamente organizada, que le
permite crecer, reproducirse, y relacionarse con el entorno. Esto se
aplica también en los niveles sociales.
2.-
Para conseguir tal fin, necesita disponer de un conjunto de
subsistemas que ejecuten un conjunto de funciones encaminadas a
procesar materia, energía e información. Estos son los tres fluidos
esenciales para la vida.
3.- Los subsistemas biológicos se agrupan en tres clases.
a) Los que procesan materia, energía. e información
- Reproductor.
- Cubierta.
b) Los que procesan materia y energía
- Ingestor.
- Digestor.
- Distribuidor.
- Almacenador.
- Productor.
- Evacuador.
- Motor.
- Soporte estructural.
c) Los que procesan información.
- Trasductor de señal externa.
- Trasductor de señal interna.
- Canales y redes.
- Decodificador.
- Asociador.
- Decisor.
- Memoria.
- Codificador.
- Trasductor de órdenes.
De modo gráfico, tendríamos algo parecido a un ser vivo genérico representado en esta figura:
4.- Los subsistemas que procesan materia y energía son los que
componen la estructura casi completa del ser vivo. Están encargados de
incorporar los nutrientes necesarios para poderlos convertir en energía
para todo tipo de actividad, o en materia propia del propio ser vivo,
así como la eliminación de residuos, y la conversión de la energía en
función útil para la relación con el entorno, movilidad.
5.-
Los subsistemas que procesan información permiten relacionarse
adecuadamente con el entorno con el objetivo de detectar la fuente de
materia y energía útil para sí mismo. Los componentes superiores del
subsistema de información constituyen el elemento que da consciencia de
sí mismo al ser vivo. En los niveles sociales el sistema de información
es la base fundamental de la toma de decisiones y del mantenimiento de
la cohesión organizativa.
6.-
La vida de un sistema se basa en las relaciones entre los subsistemas
que lo componen, tanto a escala estructural como funcional, y entre el
sistema con su entorno. El tipo fundamental de relación se establece
sobre la base del circuito de retroalimentación ("feed-back").
7.-
Todo ser vivo como ente pasa necesariamente por las fases de
nacimiento, crecimiento, madurez, deterioro y muerte. Todas estas fases
se dan inevitablemente.
8.-
A lo largo de la vida surgen crisis en el sistema, pérdida del estado
estable superables unas veces y otras no. Este fenómeno se denomina
"patología".
9.-
La perpetuación en el tiempo se produce generando nuevos seres vivos
más adaptados a nuevas circunstancias, capaces de sobrevivir y de
mejorar sus características ante nuevas circunstancias. Esto es la
evolución.
10.- Los sistemas vivos son susceptibles de ser modelizados y simulados con ayuda de modelos formales.
Estas
diez características con perfectamente conocidas todos aquellos que
trabajan con organismos vivos, desde los biólogos hasta los sociólogos,
pues así se comportan todos los seres vivos, todos los sistemas
biológicos.
célula
|
Tejido
|
órgano
|
organismo
|
grupo
|
organización
|
sociedad
| |
Subsistemas que procesan materia, energía e información
| |||||||
Reproductor
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
Cubierta
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
Subsistemas que procesan materia y energía
| |||||||
Ingestor
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
Convertidor
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
Distribuidor
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
Almacenador
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
Productor
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
Motor
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
Evacuador
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
Soporte
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
Subsistemas que procesan información
| |||||||
Traductor de señal externa
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
Trasductor de señal interna
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
Canales y Redes
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
Decodificador
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
Memoria
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
Asociador
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
Decisor
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
Codificador de señal externa
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
Trasductor de salida
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
Esta
tabla sólo quiere hacer notar que todos y cada uno de los niveles de
seres vivos disponen, de una forma o de otra de todos y cada uno de los
subsistemas críticos. Sin uno solo de ellos, la vida de ese sistema
sería imposible.
Un
viejo aforismo médico afirma que “la función crea al órgano”.
Significa que las estructuras que observamos en la Naturaleza y en las
organizaciones humanas no están diseñadas al azar; no son fruto de la
casualidad. En los tres mil millones de años de evolución de la vida en
la Tierra, la Naturaleza ha dado pasos decididos con un único fin,
perpetuar la vida. Y vemos que para conseguir que un sistema se mantenga
autónomamente vivo, necesita inexorablemente disponer de una serie de
elementos que ejecuten una serie de funciones, tales como ingerir
alimentos, transformarlos en combustible orgánico capaz de poder ser
quemado para conseguir la energía suficiente como para, primero crecer y
desarrollarse, segundo mantener sus estructuras y reponer los tejidos o
elementos que el uso hace que se deterioren. Tiene que deshacerse de
lo que le sobre, eliminar la entropía que genera todo este trabajo, y
debe ser capaz de poder moverse para buscar alimento y defenderse de
los que le consideran a él como alimento. Y debe poder recibir señales
del exterior y actuar a voluntad, etc. Es decir, nada en estos
diecinueve subsistemas críticos está colocado al azar.
Si
pasamos esta reflexión a las organizaciones humanas, veremos a lo
largo de este libro, cómo de alguna forma todos para cumplir nuestra
función como integrantes de una organización más o menos grande o
pequeña, participamos de estas diecinueve funciones. En suma, los
subsistemas de Miller no son una invención del autor, sino una
deducción lógica de la detenida observación de la Naturaleza.
Por
tanto, cualquier organización debe mantenerse a sí misma como un
sistema. Y todo sistema y subsistema consta de elementos que forman
parte de su estructura, e interactúan entre sí y con el entorno en
actividades en la que se utiliza, bien materia, energía o información,
denominadas en su conjunto "procesos".
Tanto
la estructura como los procesos tienen una forma de ser cuantificadas y
valoradas por las organizaciones humanas, y es sobre la base de lo que
otros son capaces de sacrificar por conseguir dichos bienes. Son las
unidades de valor traducidas en dinero.
Vamos
ahora a repasar con cierto detenimiento las características
estructurales y funcionales de cada uno de los diecinueve subsistemas
críticos, para darnos cuenta de qué significa la palabra “isomosfismo”, y
ver que comparando los subsistemas críticos de los organismos
biológicos individuales y las organizaciones humanas, ambos disponen de
los mismos elementos y que estos en los dos casos cumplen la misma
función.
2.3- Subsistemas que procesan materia, energía e información
2.3.1.- Reproductor.
Todo
sistema ha de ser capaz de, potencialmente, conseguir generar una
copia de sí mismo, si posee recursos suficientes para ello. Esto se
traduce en generar un nuevo sistema como un todo completo y autónomo,
aunque en los primeros estadios depende de alguna forma de los
progenitores. Salvo en los individuos partenogenéticos, la reproducción
es sexuada, requiere la intervención de dos individuos de ambos sexos.
En las organizaciones la capacidad reproductora se basa en el potencial
económico y en las habilidades de equipos (grupos) adiestrados para
abrir mercado.
2.3.2.- Cubierta.
Todo
sistema biológico dispone de unos límites que le separan del exterior.
El gran invento de la Naturaleza ha sido la membrana celular, capa
semipermeable que protege y a la vez permite el intercambio con el
exterior de materia, energía e información selectiva. En organismos
pluricelulares esta capa es el exoesqueleto o la piel. En las
organizaciones humanas y animales esta capa es uno de los subsistemas
más interesantes y complejos, pues en él se incluyen la seguridad y
vigilancia exterior, no sólo física, sino también informativa, y los
canales de entrada y salida de materia y energía. Son componentes
físicos tales como barreras y humanos como los vigilantes.
El
proceso de vigilancia controla el acceso de materia, energía e
información autorizada, e impide todo aquello considerado como intruso o
perjudicial.
El
sistema inmunológico es otro de los componentes del sistema cubierta,
pues está diseñado para mantener una continua vigilancia interna ante
cualquier intruso, reconocido como tal, desarrollando hacia él los
denominados anticuerpos. El equivalente social es la policía y el
sistema judicial.
Por
otro lado, criterios tales como la política de compras, planificación
de adquisiciones, contratación de personal, fuentes de financiación son
ejemplos de procesos concebidos desde los órganos de dirección, pero
ejecutados desde el "subsistema cubierta".
2.4.- Subsistemas que procesan materia y energía
Según
Miller, todo sistema vivo posee una estructura que es capaz de
procesar materia y energía por una parte, y por otra información sobre
el entorno y los procesos internos de materia y energía a fin de
regular estos y adaptarlos a las circustancias externas e internas. El
conjunto de subsistemas que procesan materia y energía constituye los
centros de actividad "per se" de la organización, o bien la "linea de
producción".
2.4.1.- Ingestor
El
subsistema ingestor es el que permite la incorporación de materia y
energía del exterior al interior del sistema, una vez pasados los
controles de seguridad al acceso efectuados por los elementos del
"subsistema cubierta".
Constituyen
los elementos de este subsistema los orificios de entrada, la boca,
garganta y esófago, así como los orificios respiratorios por donde los
seres vivos incorporan el alimento, el agua y el aire, imprescindibles
para vivir. En las organizaciones estos elementos los constituyen el
personal y elementos materiales de recepción de clientes, de material
(muelles), tomas de combustible, y el personal que efectúa dichas
operaciones.
Las
organizaciones especializadas en este proceso son las enmarcadas en el
sector primario, minería, pesca, agricultura; aquellas que extraen de
la Naturaleza la materia y energía para incorporarlas al sistema
productivo de la sociedad como suprasistema.
Básicamente
el proceso es de transporte de fuera a dentro. En este paso, se
produce una primera acción sobre los materiales, la energía o el
personal. El proceso ingestor en los seres vivos tiene una primera fase
de trituración del alimento en la boca, y una fase de transporte por
deglución hasta la siguiente cavidad equivalente al estómago, pero este
elemento pertenece al digestor o convertidor. En el caso de las
organizaciones humanas, el proceso de incorporación al sistema implica
la recepción de las mercancías, firma de albaranes y primer transporte
al siguiente elemento, que bien puede ser el subsistema convertidor o
almacén. En el caso del personal éste ha de ser afiliado, recibir una
determinada información y formación respecto de su cometido en la
organización. Los clientes han de ser canalizados hacia los lugares
donde recibirán el servicio concreto. Y el material ha de ser
introducido según un determinado proceso con un orden concreto, y con
una determinada cadencia que se puede analizar con las técnicas de
tratamiento de las colas.
Si
se produce saturación de entrada, ha de activarse algún tipo de
proceso y dispositivos capaces de tratar las listas de espera que se
generen.
2.4.2.- Distribuidor
Es
el subsistema que permite el establecimiento de rutas de comunicación y
desplazamiento de materia y energía por el interior de la organización
de todos aquellos materiales, personal y elementos energéticos entre
los diferentes subsistemas.
En
los seres vivos individuales y las organizaciones, los procesos tienen
una descripción básicamente lineal, algo entra en cada proceso como
materia prima o energía utilizable, y algo sale de ella como materia
elaborada o residuos. Siempre habrá que llevar algo a alguna parte del
sistema. Esta función ha generado la ciencia de la logística.
Como
elementos distribuidores, los individuos vivos disponen de tubos tales
como el propio tubo digestivo, aunque en sí mismo como veremos es
subsistema ingestor – convertidor – evacuador, la red de arterias y
venas y los canales linfáticos, y la red bronquial preferentemente. En
las organizaciones, se dispone de elementos físicos y humanos. Como
elementos humanos tenemos a los conductores, celadores, y en general
todos aquellos que manejan algún tipo de vehículo o dispositivo de
transporte interno. También aquellos trabajadores que mantienen
operativas las instalaciones de distribución. Como instalaciones físicas
tenemos los ascensores, conductos de combustible líquido, gases, redes
eléctricas, cintas de transporte.
En
los individuos los sistemas de transporte están vehiculados
básicamente por la sangre, que bombeada por el corazón, llega a todos
los confines de los tejidos y células del organismo. Al alcanzar el
nivel tisular, la red se atomiza en infinidad de vasos denominados
capilares donde se establece el intercambio de nutrientes y de oxígeno,
así como se incorporan al canal los residuos de la combustión celular.
En las organizaciones el mantenimiento de la circulación de los
diferentes elementos motores a través de las vías de comunicaciones
internas. La distribución de materia y energía requiere la conversión
en trabajo de cierta cantidad de energía. Tanto más importante es este
proceso cuanto más extensa es la organización, más centros de actividad
y personal se mueve dentro de ella.
2.4.3.- Convertidor
En
principio, las entradas de materia y energía en una organización
precisan una determinada transformación para que puedan ser utilizadas
en los usos de producción interna. En los individuos el proceso
convertidor está a cargo del tubo digestivo. En él, los alimentos son
digeridos y transformados por la acción de los jugos gástricos y de los
fermentos pancreáticos e intestinales y los ácidos biliares en los
principios inmediatos elementales, hidratos de carbono, lípidos y
aminoácidos (los elementos constituyentes de las proteínas), que sólo
así podrán ser absorbidos por las vellosidades intestinales y pasar al
torrente circulatorio. En las organizaciones el elemento convertidor se
da como ejemplo claro en las centrales térmicas que transforman los
combustibles primarios (petróleo, carbón, agua, energía nuclear) en
electricidad, o bien los Altos Hornos que transforman los minerales en
metales útiles para su proceso posterior de fabricación de bienes de
equipo o consumo.
Es
justamente este subsistema el que más ha favorecido la división del
sector productivo industrial en dos subsectores, el primario, que
convierte la materia prima en materia elaborada, capaz de ser procesada
en el sector secundario, para obtener bienes de equipo y bienes de
consumo. En muy raro, que como tal una empresa tenga elementos
convertidores “stricto sensu” dentro de su sistema. Acaso, los grandes
hospitales y otras empresas de importante tamaño, incorporan una
central térmica para autoabastecerse. Pero es cada vez más raro.
En
cualquier caso, a falta de disponer por simple criterio de economía de
escala, de un elemento convertidor tal cual, como sucedáneo, podemos
admitir con una cierta licencia, que todas aquellas funciones destinadas
a “preparar” los inputs materiales para el proceso productivo, se
podría considerar como elemento convertidor. Por ejemplo, si al servicio
de farmacia se recepciona los medicamentos en cajas de 1000
comprimidos, así de esta forma no se puede llevar a los pacientes
hospitalizados; el personal de farmacia tiene que desembalar la
mercancía, colocarla en estantes, disponerlas en cajas dispensadoras y
preparar los carros de dosis unitarias en función del pedido individual
de cada planta. Ese proceso “convierte” una entrega en una salida
lista para entrar en el proceso productivo del hospital, que es el
tratamiento, en este caso farmacológico de los pacientes. El fármaco,
como tal no ha sido transformado, pero sí de alguna forma adaptado en
sus condiciones externas para la administración.
2.4.4.- Productor
Es
el subsistema que establece la asociación estable que relaciona las
entradas de materia y energía utilizables, y el objetivo final de la
organización que es la generación de "outputs", bien sean materiales
para el crecimiento, reparación de daños o provisión de energía para el
movimiento autónomo del sistema. El resultado de este subsistema se
valora en la propia supervivencia del sistema, pues digamos que todo lo
demás gira en torno a éste, que es el que realmente añade valor final a
la cadena. En el caso de las organizaciones, el resultado de este
subsistema da origen a los bienes y servicios que tras su venta
generarán la facturación final de la organización, y con ello la
capacidad económica de incorporar más materia, energía e información
para mantener la actividad y la vida de la organización.
El subsistema productor es el "núcleo" de la organización como fuerza laboral de bienes para la sociedad.
En lenguaje empresarial el subsistema productor es el que soporta en las empresas de bienes lo que se suele denominar “proceso principal o troncal”, el
núcleo central del negocio, aquel que le confiere su identidad y su
razón de ser, el que nadie puede hacer por él, y que no puede delegar en
terceros, sin dejar de ser prescindible para el suprasistema en el que
está integrado. “Sensu stricto”, el proceso troncal es aquel que
participa de forma definitiva en la cadena de valor de la organización.
El resto de los subsistemas de la organización ejecutan respecto de este, “procesos de apoyo o de soporte”
a todos aquellos que coadyuvan en el servicio a realizar su proceso
estratégico, como por ejemplo, los procesos internos de mantenimiento y
chequeo de aparatos y material, de transporte, de vigilancia, etc.
El
proceso troncal o fundamental en los organismos vivos es, sin lugar a
dudas, las rutas del metabolismo intermediario, aquellas que
transforman los principios inmediatos a través de las rutas de la
glucólisis, hélice de Linnen, ciclo de Krebs y cadena respiratoria, en
moléculas denominadas ATP (adenosín trifosfato), unidades energéticas
básicas del organismo, y el proceso anabólico de síntesis protéica.
Todo esto se ejecuta en el horno celular. En realidad todo el organismo
está al servicio de los millones o billones de células que lo
componen.(Leninger, 1972)
2.4.5.- Almacenador de materia y energia
Este
subsistema lo componen los diferentes dispositivos que permiten el
almacenamiento de reservas de material y energía en diferentes periodos
de tiempo.
Existe
un almacén de materia o de energía siempre que el flujo de suministro
sea discontinuo. Si en suministro está garantizado permanentemente,
puede que no sea coste efectivo mantener almacenes, pues esta función
puede llegar a requerir un importante consumo energético.
Así,
por ejemplo, en los organismos individuales, se dispone de
almacenamiento de nutrientes en forma de una molécula de azúcar
denominada glucógeno, que cuando es necesario, el organismo puede tirar
de ella y obtener glucosa que es el hidrato de carbono esencial en el
metabolismo. También la capa de grasa supone un considerable
almacenamiento, no de energía, esto es falso, sino de combustible capaz
de ser transformado en energía mediante las rutas metabólicas. En
último extremo, el propio músculo si fuese preciso podría literalmente
“quemarse” si no quedara otro remedio; luego en cierto modo es también
un “almacén de reservas”. Y todo esto se produce porque la función de
ingestión no es continua. No estamos comiendo continuamente, sino que
repostamos con cada comida, pero pasan horas, o a veces días sin volver a
comer, porque la fuente de alimento, la Naturaleza lo sabe muy bien,
no está disponible siempre, hay que buscar y cazar, y la presa tiene
que dejarse cazar y en cualquier caso el depredador ser más sagaz que
la presa. Sin embargo, no tenemos un almacén de aire en nuestro
interior, porque estamos facultados para ingerir permanentemente
oxígeno del aire, luego por razones de coste oportunidad no parece
demasiado útil disponer de un almacenador de aire, que por otra parte
supondría serios problemas de ingeniería biológica. A cambio, no
podemos estar más de treinta segundos sin respirar, pues nos
asfixiaríamos y moriríamos.
Del
mismo modo, en las organizaciones los almacenes existen siempre que el
flujo de entrada es discontinuo, pero la actividad interna es
continua. Si el flujo es continuo, y la función no es crítica, no es
necesario disponer de un almacén. Es el caso del suministro de agua,
luz o gas natural. Ningún edificio dispone de algibes o acumuladores de
energía, salvo que se tenga experiencia de prolongados cortes de
suministro eléctrico o de agua, con el consiguiente perjuicio para los
habitantes del inmueble, o porque se realicen funciones que no pueden
parar a pesar de los cortes, como los hospitales, laboratorios de alta
tecnología, industrias, etc.
Los
almacenes en los organismos individuales suelen ser depósitos
tisulares de grasa, glucógeno, agua de los tejidos. En las
organizaciones suelen ser naves y locales preparados para tal fin, así
como tanques de combustible, o acumuladores eléctricos.
El
proceso de almacenaje consiste en la dinámica de entradas,
almacenamiento y salidas de almacén, según una determinada demanda y
flujos de entrada y salida. Este proceso se trata mediante en análisis
de colas.
2.4.6.- Evacuador
Este
subsistema tiene como misión dar salida del sistema a la materia y
energía, tanto en forma de productos elaborados o de residuos o
productos de desecho, o nocivos.
Es
importante tener en cuenta que este subsistema tanto está encargado de
eliminar residuos como de dar salida a productos terminados. En una
palabra, es el encargado de generar los flujos de salida de materia y
energía de los organismos individuales o de las organizaciones hacia el
entorno, bien sea estos productos terminados (listos para la venta)
como productos de desecho. En ambos casos, de alguna forma, el
subsistema evacuador permite eliminar entropía interna hacia el
entorno. De no ser así se produciría un fenómeno de tesaurosmosis, o
almacenamiento masivo de productos, tanto de desecho como elaborados
que terminarían por paralizar, en el primer caso por efecto tóxico y en
el segundo por bloqueo, todo el tejido productivo de la organización.
En
el caso de los organismos individuales, el subsistema evacuador
participa de tres “aparatos”, el respiratorio, pues son las mismas vías
aéreas que inhalan oxígeno, las que expulsan el CO2. El tupo
digestivo en su extremo final elimina las emunciones resultado de la
digestión. Pero mientras estos dos subsistemas orgánicos participan de
la función de evacuación, el subsistema que “per se” cumple esta función
es el gran depurador del organismo, el riñón y las tuberías y
depósitos de desagüe de la orina.
En
las organizaciones, el proceso con los residuos materiales y
energéticos implica todo un dispositivo que canaliza su evacuación
utilizando instalaciones destinadas a tal fin, personal formado a tal
efecto, y con un proceso de tratamiento orientado a, 1º que no se
almacene más tiempo que el necesario ni se acumule en exceso, y 2º que
no contamine mezclándose con materia y energía utilizable. El problema
no es baladí. Nueva York genera entre 25.000 y 40.000 toneladas diarias
de basura.
Hay
un proceso particularmente interesante en las organizaciones que es la
eliminación de personal. Como quiera que es un asunto que afecta a los
trabajadores, comporta todo un cuerpo de legislación relacionado con
el régimen laboral y motivos de rescisión de contratos y despidos, con
un proceso eminentemente legal orientado a conseguir dar salida a
excedentes laborales, o personal "non grato" para la organización.
El
proceso de eliminación de productos terminados es el sistema de ventas
de la compañía. Intimamente ligado con el sistema de información, el
proceso de salida de productos para la venta constituye el último
escalón del aparato productivo, por el cual es posible la facturación, y
a cambio los ingresos económicos que permitirán el mantenimiento y
crecimiento de la organización. El proceso de salida de clientes
atendidos es propio de todas las empresas de servicios. En este caso, la
decisión de la compra del producto "servicio" ha sido a priori. No es
el subsistema evacuador el que consigue la venta, sino el "ingestor" de
clientes. En este caso, el proceso es la facturación final del
servicio, y el proceso que permite la salida del cliente atendido de la
organización.
Pero
¿qué vende un organismo individual a la Naturaleza? La venta es una
función por la cual del trabajo del sistema se beneficia el propio
sistema, pues obtiene recursos para seguir viviendo, pero también se
beneficia otros sistemas, que de alguna forma utilizan los productos y
servicios de la primera para mantener sus funciones vitales.
Aquí
es donde podemos hacer referencia a la cadena alimenticia, y a los
sistemas de simbiosis de la Naturaleza. Los vegetales “venden” a los
herbívoros sus frutos y hojas para que estos se puedan alimentar, a
cambio los herbívoros venden sus excrementos que las bacterias
nitrificantes convierten en abono natural como nutrientes de las
plantas. Los herbívoros “venden” (qué remedio) a los carnívoros sus
propios cuerpos para que estos se nutran y sobrevivan. De alguna forma,
el ciclo del carbono se cierra cuando los restos de todos los seres
vivos vuelven a la tierra, y los microorganismos del suelo los vuelven a
procesar para convertirlos en nutrientes del humus vegetal. Caso a
parte son los acuerdos simbióticos, donde se establecen relaciones de
convivencia más o menos estrechas u obligadas entre organismos
diferentes, plantas de especies distintas, animales pertenecientes a
diversos grupos o entre animales y plantas. En este estado de mutualismo
el grupo de simbiontes proporciona ventajas recíprocas. Si la
simbiosis es puro comensalismo, uno sólo se beneficia, pero el otro no
se perjudica al menos. Son ejemplos de simbiosis, la asociación alga y
hongo, cangrejos y esponjas, bacterias de las leguminosas y las raíces
de estas plantas. El ejemplo de comensalismo es el conocido de los
tiburones y los pececillos mondadientes; estos se sacian de los restos
de comida que se le acumulan al tiburón tras su banquete, aunque este no
reciba nada tangible de estos peces, salvo mantener su boca limpia.
2.4.7.- Motor
Es
el subsistema que mueve al organismo individual o a la organización,
físicamente, o parte de ella en relación con el entorno. En los
organismos vivos el motor es el músculo. En una organización como es un
buque o un avión, el motor, claramente se identifica con las turbinas
motrices. En cualquier otra organización el motor lo constituye el
parque de vehículos que físicamente permiten el desplazamiento de parte
de la organización a diferentes lugares.
Como
en otros subsistemas, existen organizaciones especializadas en este
tipo de actividad, que son las empresas de transporte, especialmente las
de mudanzas, tanto públicas como privadas.
Estructuralmente
lo constituyen el conjunto de recursos físicos y humanos que
posibilitan el desplazamiento en todo o en parte de la organización.
Conductores, vehículos y dispositivos de despliegue logístico.
El
subsistema motor supone la expansión o desplazamiento de la
organización a nuevos lugares. Existen organizaciones que a penas
utilizan o siquiera tienen elementos motores, mientras que en otras es
un componente importante, como por ejemplo las que han de ser capaces de
efectuar un despliegue de recursos en situaciones imprevistas,
evacuaciones, etc. Por ejemplo, el parque de bomberos de una ciudad, o
las organizaciones sanitarias.
2.4.8.- Soporte
Es
el subsistema estructural básico. Mantiene la adecuada relación
espacial entre los diferentes componentes de la organización, de modo
que las relaciones funcionales y las diferentes interacciones son las
adecuadas. En los organismos individuales constituyen este subsistema el
esqueleto y el tejido conjuntivo. En las organizaciones la estructura
de soporte está constituida por el conjunto de elementos inmuebles de
la organización, edificios fundamentalmente.
No
se produce como tal un proceso activo, sino la adecuada disposición
espacial de los elementos funcionales, incluida la red del subsistema
distribuidor, de modo tal que el resto de procesos activos de la
organización se pueda efectuar sin que se produzcan interferencias no
deseadas, ni desplazamientos innecesarios.
Parece
como si sólo fuesen estructuras fijas, sin vida. Gran error. En los
seres vivos, están en constante proceso de remodelación, con un proceso
de destrucción de las células óseas y cartilaginosas mediante unas
células dedicadas a esta función, los osteoclastos y condroclastos,
paralelo a otro proceso de neoformación mediante los osteoblastos y
condroblastos, células madres de los tejidos de soporte.
Lo
mismo sucede con los edificios e instalaciones, que están sometidos a
un constante proceso de reformas por deterioro o pérdida de
funcionalidad, y de rediseño mediante los denominados planes directores.
2.5.- Subsistema de Información
Según
los trabajos de Miller, todo ser vivo dispone de un subsistema de
información capaz de relacionarle con el entorno, responder a estímulos,
adaptarse a nuevas circunstancias, y controlar de forma más o menos
autónoma todos los procesos internos soportados por los subsistemas que
procesan materia y energía.
En
el contexto de la Teoría de los sistemas vivos, Sistema de Información
engloba todos los recursos de que dispone un sistema vivo para
capturar, procesar, almacenar y emitir información.
En
el entorno de las Organizaciones, actualmente se suele identificar
Sistema de Información con Sistema Informático; siendo esto erróneo,
dado que éste es sólo una parte muy pequeña de aquel, que es capaz de
procesar con el apoyo de los ordenadores una determinada información,
previamente analizada y estructurada, y considerada como muy relevante
para el control interno de la actividad y el conocimiento del entorno.
Los
sistemas de información constan de tres elementos fundamentales. La
rama aferente de información, que corresponde en los organismos
individuales con las fibras sensitivas, la rama eferente, que
corresponde con las neuronas motoras, y los elementos de asociación,
memoria y decisión, que básicamente corresponde al cerebro.
Por
rama aferente hay que entender todo aquello que permite captar datos
de la realidad interna y externa al individuo o la organización,
transmisión, almacenamiento y procesado hasta convertir estos datos en
información útil. Por rama eferente hay que entender todo aquello que
permita ejecutar las órdenes tomadas “como consecuencia” – y esto es lo
más importante -, del proceso de evaluación análisis, contraste de la
información con los objetivos definidos y toma de decisión. El elemento
que conecta la rama aferente con la eferente se denomina “decisor”, es
decir, la persona (o la región cerebral) que tiene la responsabilidad
de tomar decisiones respecto de la parcela de la organización que tiene
asignada, o del estímulo externo que recibe. Si bien la rama aferente
en las organizaciones humanas puede ser estructurada en función de un
sistema informático y una red de comunicaciones, y la rama eferente, una
vez tomada la decisión se puede más o menos protocolizar, el elemento
visagra es en los Sistemas de Información, el ser humano.
2.5.1 Trasductor de entrada de señales externas.
Es el subsistema sensorial que es capaz de captar información del entorno.
En
los organismos individuales estos trasductores son los sentidos,
vista, oído, olfato, gusto y tacto. En las organizaciones incluye los
servicios de inteligencia, centinelas, y en general observadores del
entorno. Como tal, trasductores de señal externa lo son todos los
dispositivos de rastreo del entorno. Personas e instrumentos, desde
cámaras de televisión, radares, sonares, antenas de radio y TV,
estaciones meteorológicas, teléfonos y terminales conectadas a redes
informáticas externas. En general todo aquello que sea capaz de recoger
información del exterior.
La
función de trasducción puede ser eminentemente humana, La escritura de
un dato anotado en un impreso, o un mensaje telefónico, o la
percepción visual. También puede ser automática, tal como el registro
de temperaturas, de señales radar, etc.
Todas
las organizaciones necesitan dinero o crédito. En la actualidad, las
organizaciones funcionan en todo el mundo con transacciones electrónicas
sobre el dinero, no con dinero en sí. Los pagos y cobros son
transacciones que manejan información.
El
proceso de captura de información externa es vital. De la misma forma
que es imposible la vida sin la capacidad de captar señales externas
que permitan a los seres vivos saber de dónde viene la amenaza, o dónde
está el alimento o el agua, de igual forma no se puede competir en el
mercado si no se conoce cual es la posición relativa de la empresa
respecto del resto de competidores, ni dónde están los potenciales
clientes, por poner un ejemplo de la vida diaria en el duro trabajo de
mantener una empresa a flote.
2.5.2.- Trasductor de entrada de señal interna
Es el subsistema que registra los datos relativos al comportamiento de
los elementos internos del organismo individual o de la organización.
Los seres vivos, en concreto los vertebrados han desarrollado sistemas
nerviosos vegetativos denominados sistema simpático y sistema
parasimpático o vagal, que son los encargados de captar las señales
internas que se producen en el interior del organismo, de esta forma se
regula la presión sanguínea, los niveles de oxígeno y de CO2,
los movimientos peristálticos del tubo digestivo, la frecuencia
respiratoria, etc. El sistema endocrino es también un sistema de
información, en el que los receptores hormonales cumplen la función de
trasductores de señal.
En
el caso de las organizaciones, los sistemas de información disponen de
dispositivos que “registran” la actividad, el consumo de recursos, la
casuística de eventos que se producen, los fallos y errores, y en
general todo tipo de información que permite llevar a cabo una adecuada
administración y gestión. Cada sección o departamento de una
organización es responsable de cumplimentar informes internos sobre la
actividad desarrollada. Cualquier persona de la organización a través de
una conversación puede captar información útil, y se comporta como un
trasductor de señal interna.
Está
claro que englobando semejante disparidad de tipos de trasductores, se
está incluyendo en un mismo subsistema tanto la información formal y
la informal.
Justamente,
lo que se realiza al efectuar un análisis de sistema de información es
centrarse en el estudio de la información formal, estructurada,
captada por trasductores identificables y determinados previamente.
Los mensajes de información captados pueden ser de tres tipos:
- Mensajes en código alfa. Son imágenes, actitudes, percepciones simbólicas.
- Mensajes en código beta. Es el mensaje verbal estándar.
- Mensajes en código gamma. Es el mensaje cifrado en un código sólo legible por y para la propia organización.
En
código alfa se perciben situaciones tensas, problemáticas,
distendidas, e incita a intuir cómo van las cosas. Esta percepción
genera en el trasductor sentimientos y percepciones subjetivas que
pueden distorsionar el mensaje recibido.
En código beta se percibe en mensaje directo hablado o escrito, cuya interpretación es directa.
En
código gamma se percibe información codificada para uso interno de la
organización, datos clasificados por categorías, y más allá,
estructurables en registros informáticos. Es la información más
estructurada y la que es susceptible de ser tratada por el sistema
informático.
El
proceso de captura de datos puede llegar a provocar el rebosamiento y
la saturación "information input overload". Razón por la cual es
necesario definir filtros de entrada para no saturar ni perturbar el
sistema de información con datos innecesarios, tanto más cuanto más
estructurado esté.
2.5.3.- Canales y redes “CyR”
Es
el subsistema compuesto por las rutas simples o redes de interconexión
múltiple donde la información puede ser transmitida a los diferentes
nodos del sistema nervioso del individuo o de la organización.
Los
"CyR" conectan absolutamente todos los elementos componentes de una
organización y de un individuo. La deprivación sensorial termina por
necrosar la zona aislada. De hecho la sensación de dolor no es un
castigo de la Naturaleza, sino una defensa consciente contra los fallos y
las perturbaciones del sistema. Tanto es así, que si no supiéramos que
sentimos dolor si sometemos al cuerpo al riesgo de un trauma,
terminaríamos seriamente dañados sin ser conscientes del problema. Un
viejo aforismo, o afirmación en Medicina es el concepto de salud como
“el silencio de los órganos”. Sabemos que cuando no sentimos ningún
dolor o molestia, en principio y por defecto y mientras no se demuestre
lo contrario, todo va bien, estamos sanos. Sabemos además hasta qué
punto estamos desprotegidos al ser conscientes de que determinadas
enfermedades, en sus primeros estadios son silentes, asintomáticas, y
sólo cuando dan la cara y nos enteramos es cuando ya, acaso es demasiado
tarde; véase el cáncer. De la misma forma, un elemento aislado termina
muriendo para esa organización, y una organización que no estructura
sus canales de información, como veremos más adelante en los próximos
capítulos, corre el riesgo de dejar que el sistema tome el mando de modo
inercial. Cuando esto sucede, más tarde o más temprano, se producirá
el fallo sistémico.
Los
"CyR" son estructuras extremadamente complejas y de características
únicas y propias de cada organización, dependiendo del escalonamiento de
la estructura orgánica y funcional.
Están
íntimamente relacionadas con la estructura del subsistema decisor,
pues en función de esta estructura se establecen las redes de
información formal u oficial; esto con independencia de las redes de
información que se establecen en sentido lateral a raíz de la
generación de grupos informales que en ocasiones pueden suponer
auténticos poderes fácticos internos.
En
los individuos, los CyR son las terminaciones nerviosas de las
neuronas sensitivas y sus neuritas, que en los vertebrados tienen una
estación en los ganglios espinales, donde conectan con las neuronas
sensibles que continúan la transmisión de la señal hasta el cerebro,
salvo en el caso de los arcos reflejos, reacción inconsciente que se
produce como reacción a una amenaza extrema. El ejemplo es la reacción
refleja instantánea de retirar la mano de una superficie muy caliente.
La orden de retirada no pasa por el cerebro, son los propios ganglios
espinales que ante la intensidad de la señal derivan ésta por la vía
refleja secundaria hasta conectar con la neurona motora que ejecuta sin
consultar con el cerebro, la orden de retirar el cuerpo, en este caso
la mano, del peligro.
En el caso del sistema endocrino, la sangre es el subsistema de red que transporta las diferentes hormonas.
En
las organizaciones, a un nivel de estructura mayor se encuentran las
redes físicas telefónicas e informáticas. Estas últimas soportan el
nivel más estructurado de información. Por los "CyR" discurren gran
cantidad de información y de muy diferentes tipos. Por las redes
formales circulan documentos oficiales y registros informáticos
definidos. Por las redes informales pueden circular cualquier tipo de
mensaje.
2.5.4.-Decodificador
Es
el subsistema que altera el código de entrada en otro de uso interno y
privado para la organización, imprimen un significado comprensible a
la señal recibida.
Se
incluyen los decodificadores profesionales, criptógrafos, oficiales de
señales, radaristas, telegrafistas, técnicos estadísticos,
economistas, analistas. En los organismos individuales, la
decodificación se produce en el mismo momento que el sensor interno o
externo capta la señal, y mediante unas estructuras denominadas
sinapsis, esta señal se transforma en impulsos eléctricos denominados
potenciales de acción, que son transmitidos por las terminaciones
sensibles hacia el sistema nervioso central. Este código de señales es
el que nos permite entender el mundo exterior, y controlar nuestro
propio cuerpo de modo automático.
En
las organizaciones la decodificación posibilita la agregación de datos
estadísticos y su posterior examen que permite conocer una realidad
concreta es un proceso de decodificación. En los sistemas informáticos
existen varios decodificadores. El propio terminal decodifica la señal
del teclado en caracteres binarios comprensible por la C.P.U.
Se trata de convertir pues, todas las señales en código de uso interno entendible por la organización.
Tarea
interesante es transformar el código alfa y beta en código gamma, útil
para el uso interno. Las actitudes de la gente, las posturas, el clima
laboral, los mensajes ambiguos, etc, tienen una carga de profundidad
tremenda. Dicen lo que no dicen, las calladas que otorgan, los silencios
reveladores, el lanzamiento de rumores, etc. Todo eso es a veces mucho
más importante en el momento de tomar decisiones, que la información
en claro.
2.5.5.- Asociador
Este
subsistema supone la segunda parte de la labor del decodificador. Es
el subsistema que interrelaciona y establece asociaciones entre
informaciones procedentes de diferentes subsistemas o del exterior, y
establece conclusiones y relaciones permanentes entre ellos, y relaciona
a su vez la información decodificada que recibe con la almacenada en
memoria. Supone la primera fase de cualquier proceso de aprendizaje. La
experiencia se adquiere mediante el funcionamiento de este subsistema.
Estructuralmente
el asociador se encuentra disperso en toda la organización, allí donde
es necesario saber establecer asociaciones para una posterior toma de
decisiones. Es más una capacidad de los diferentes miembros, que un
subsistema como tal. Pero su presencia es imprescindible para el
desarrollo de la organización. Formalmente los gabinetes de los altos
cargos son su subsistema asociador, pues de ellos resulta las
alternativas de decisión a tomar, se supone que analizadas todas ellas, y
evaluadas las consecuencias inmediatas y futuras. Más tarde veremos
que en esta función está la clave de los grandes errores de
comportamiento de las organizaciones, pues del inadecuado análisis de
las situaciones y de la torpe evaluación de las consecuencias se
producen decisiones que materializan los denominados “arquetipos de
comportamiento sistémico”, que trataremos en el capítulo ocho.
En
los organismos individuales, ésta es la reina de las funciones.
Radicada en la corteza cerebral, la asociación de señales, conjugada con
las señales de memoria, producen nuevas conexiones corticales, y
reforzamiento del aprendizaje. En suma, estamos ante la suprema acción
de pensar y de aplicar el supremo don de la inteligencia.
Lógicamente
esta actividad en los organismos inferiores es mucho más sencilla y
refleja, tanto más sencilla y refleja cuanto más descendamos en la
escala evolutiva.
Se
forma una nueva asociación a un item de información cuando la
respuesta a dicho item o similar es alterada respecto de la que se daba
previamente, es decir, si a un mismo estímulo la respuesta dada
habitualmente varía de forma significativa, en función de una asociación
entre ese item y nuevos datos. Las asociaciones son más permanentes
cuanto más precozmente se establecen en la vida de un sistema.
El
asociador es el subsistema que permite la adaptación de toda la
organización a nuevas circunstancias. Esta capacidad es vital para
sobrevivir. Las empresas de gran tamaño son extremadamente lentas en su
capacidad de adaptación, por lo general, y ello les imprime una gran
rigidez en su comportamiento. Hablamos por ello de inercia
institucional, que puede ser abrumadora sobre todo en el aparato del
Estado e instituciones públicas. Bien es verdad que la inercia es una
función directamente proporcional a la complejidad y dimensión de la
organización, así como también tiene mucha relación con la flexibilidad
del decisor, como luego veremos.
2.5.6.- Memoria
La
memoria es nuestro mayor tesoro. No seríamos nadie si fallase. Sin
embargo tan lesiva es una mala memoria (en el extremo la amnesia), como
un exceso de memoria. En un documental de Discovery Channel se
mostraban los dos extremos, el primero el de un hombre que por la
mañana no recordaba nada de lo que había hecho el día anterior, cada
día empezaba su vida como un libro en blanco. En el otro extremo, el
caso portentoso de un hombre que lo recordaba absolutamente todo lo que
llegaba por sus sentidos. El clásico ejemplo del que se aprende la
guía telefónica de memoria. Salvo como atracción de circo, no servía
para otra cosa. La saturación de información le impedía pensar, su
capacidad asociativa era casi nula pues no sabía discriminar lo
importante de lo superfluo. El amnésico no tenía nada con qué asociar
los pocos datos que recibía y podía recordar antes de dormir, momento
en el cual se le borraba toda la memoria. Ambos eran casos trágicos.
En
condiciones normales, la memoria es nuestro tesoro personal, nuestra
historia, nuestro saber, nuestro conocimiento de la realidad. Posibilita
la segunda etapa del aprendizaje, almacenando diferentes tipos de
información para diferentes periodos de tiempo.
Explicar
la localización y proceso de memorización en los organismos
individuales es difícil. Los recuerdos están producidos por cambios en
la capacidad sináptica de una neurona a la siguiente como resultado de
una actividad neural anterior. Estos cambios hacen que se desarrollen
nuevas vías de transmisión de señales (rastros de memoria) a través de
los circuitos neurales del cerebro. Según la permanencia de estas
conexiones, la memoria es inmediata (memoria a corto), y memoria a largo
plazo.
Explicar
la memoria en las organizaciones es hasta cierto punto más fácil, pues
físicamente son los departamentos de documentación, archivos,
bibliotecas y Bases de Datos. Están distribuidos según los diferentes
servicios o secciones de la organización. Los hay centralizados y los
hay distribuidos. Por muy complicado que pueda parecer, esta memoria
organizacional es tangible, y está ahí. Pero..., y esto es muy
importante, disponer de estos archivos, no significa que la organización
utilice cuando lo necesita esta fuente de conocimiento.
Veamos.
Todos sabemos que en las bibliotecas de nuestras empresas están
multitud, quizás miles de libros, ingentes bases de datos, y archivos de
documentos hasta desbordarnos. Problema: tener esta información, no
significa que sepamos o podamos utilizarla cuando nos hace falta.
Cualquiera que trabaje en una empresa y maneje estos documentos sabe
que, a no ser que se disponga de muy potentes motores de búsqueda,
“query languages” de acceso a las bases de datos, y un servicio de
documentación muy bueno, es bastante complicado localizar la información
que es necesaria cuando se necesita. El último avance lo suponen los
“datawarehouses” o repositorios de datos que son colecciones
de datos orientado a temas, integrado, no volátil, de tiempo variante,
que se usa para el soporte del proceso de toma de decisiones
gerenciales.
Si
las modernas tecnologías de la información están en puertas de
resolver este problema, estamos aún lejos de conseguir conscientemente
la “memoria institucional”. Esto lo trataremos en profundidad en el
capítulo ocho, pero baste decir aquí que a día de hoy la experiencia
institucional se basa en la experiencia particular de sus dirigentes y
profesionales. Pero cuando estos se van y llegan nuevos, esta
experiencia desaparece, salvo que la propia empresa haga un esfuerzo
importante por consolidar esta experiencia cuando se produce el relevo. A
esto se denomina “aprendizaje institucional”, y es una de las
disciplinas básicas de cualquier organización que pretenda sobrevivir en
el mundo actual, y a la que pocos prestan atención.
2.5.7.- Decisor
Es
el subsistema ejecutivo que recibe información del resto de
subsistemas y genera información de salida con la cual se establece el
control de toda la organización, y se influye sobre el entorno.
En
los organismos individuales, estas funciones, globalmente incluidas
dentro del sistema de comportamiento, radican en el denominado “sistema
límbico”, que significa limítrofe, situado alrededor de las regiones
basales del cerebro. Si originalmente se pensaba que esta era su
localización, las investigaciones han concluido en que este sistema
abarca a todos los circuitos neuronales que controlan las fuerzas
impulsoras de la motivación y del comportamiento emocional.
Según
las decisiones se tomen de modo instintivo primario, propio de los
vertebrados inferiores, reptiles y anfibios, o instintivo superior,
propio de los mamíferos, o basados en las funciones superiores de
asociación y pensamiento, la fuente de la orden se generará en el
protoencéfalo, hipotálamo, en el mesencéfalo, tálamo y zona reticular, o
en la corteza cerebral. Los seres humanos participamos de estos tres
elementos del sistema límbico.
En
el caso de las organizaciones humanas, el subsistema decisor coincide
formalmente con el organigrama estructural del staff de la empresa.
Existe un máximo responsable que recae en una persona (gerente,
presidente, director general...) o en un órgano colegiado o junta
directiva. Hacia abajo, la estructura del decisor se ramifica en
escalones.
Como
hipótesis a tener en cuenta, es muy importante saber que el incremento
del tamaño de un sistema con la agregación de más elementos
integrantes, favorece la independencia en la toma de decisiones. Ello
se debe a que no se suele considerar el incremento de los costes del
sistema de información al órgano decisor como requerimiento para
centralizar las decisiones.
Todo
lo que se conoce sobre los organigramas de empresas se puede decir
respecto del subsistema decisor. Este es en el fondo el cuadro de mandos
de la organización, el staff.
El
proceso de decisión incluye el desarrollo de propósitos, objetivos y
procedimientos, así como el control de los procesos de los diferentes
subsistemas. En la ejecución de estos procesos, el decisor ajusta las
entradas a la organización con sus salidas.
El proceso decisor se basa en tres atributos: poder, autoridad e influencia.
El poder
es la capacidad del decisor para que se cumplan sus órdenes, bien por
la vía coercitiva, utilitaria o identificativa. El poder lo da el
cargo, y viene impuesto por la cúpula de la organización.
La autoridad
es el poder aceptado y legitimado por la organización (transmisores y
receptores/ejecutores de las órdenes). Está muy relacionado con el
prestigio profesional reconocido por los subordinados (y también por los
superiores).
La influencia son relaciones que incitan a alterar el comportamiento de unos en función de la atracción que otros ejercen sobre aquellos.
El
poder está distribuido en escalones. En esencia existen tres escalones
fundamentales: alta dirección responsable de las decisiones
estratégicas, mandos intermedios responsables de las decisiones tácticas
y supervisores o jefes de centros de actividad (línea) responsables de
las decisiones operativas.
El proceso de decisión constituye todo un cuerpo de doctrina desarrollado en la Teoría de la decisión desarrollada por Savage, Von Neumann y Milnor. (White D.J. 1979)
Dicho de forma rápida, la decisión supone una elección entre varias
opciones oscurecidas la mayoría de las veces de un cierto nivel de
incertidumbre y de ambigüedad, seguida de una toma activa de postura
materializada en una acción ejecutiva en consecuencia. Por tanto, puede
haber una elección sin decisión consecuente, pero no puede haber
decisión sin una elección previa.
Como
tal proceso cognitivo, la decisión supone la elaboración de reglas de
inferencia del tipo si... entonces... o ... (if... then... else...)
donde las condiciones “if” son premisas que impulsan a tomar una u otra
decisión en función de la regla de inferencia que se haya establecido.
Por otro lado, cuando la decisión se toma en función de varias
premisas, entra en juego el álgebra booleana con los operadores “and”,
“or” y “not”.
Con
este motor de inferencias en la base consciente o inconsciente de toda
elección, la toma final de decisiones entra dentro del proceso
completo del sistema de mando y control:
- Establecimiento de objetivos. (dónde se quiere llegar)
-
Análisis de situación. (dónde estamos) Se requiere toda la potencia
del sistema de información para conocer la realidad sin distorsiones.
- Aplicación del motor de inferencia lógico
- Emisión de órdenes concretas.
- Evaluación. Estudio "feed-back" de los efectos de las decisiones tomadas.
- Búsqueda de soluciones alternativas. O capacidad de adaptación a nuevas circunstancias.
Uno
de los elementos más importantes de la Teoría de la decisión es el
concepto “valor” considerado como dato de utilidad en el proceso de
despejar la ambigüedad y la incertidumbre. Sobre todo ello, la Teoría de
la decisión tiene elaborado un complejo cuerpo de conocimiento
matemático, del que sólo baste decir que está en la base de muchos
sistemas de inteligencia artificial.
Derivado
del concepto “valor”, se desprende que no toda la información que el
decisor recibe es útil para la toma de decisión, e incluso un exceso de
información sin valor añadido para despejar incógnitas de decisión
puede generar el efecto contrario denominado “information input
overload”, o sobrecarga de información, que provoca una caída
significativa del rendimiento de la capacidad decisoria, y la toma de
decisiones erróneas.
2.5.8.- Codificador
Es
el subsistema que modifica el código de información interno de la
organización convirtiéndolo en código público, capaz de ser entendido
por la propia organización y por el mundo exterior. Básicamente estamos
ante el conversor de órdenes en lenguaje comprensible más allá del
propio sistema, o bien en acciones del propio sistema como respuesta a
los estímulos recibidos.
Incluye
grupos subsidiarios que elaboran información explicativa, divulgadora,
traductores a otros idiomas, relaciones públicas, gabinetes de prensa,
publicistas. Estos grupos suelen trabajar en gabinetes adjuntos al
decisor. En el caso de que la orden sea una acción concreta, la decisión
se transforma en un código interno de señales, a veces encriptado,
como es el caso de las órdenes de activación de la Fuerza en las
unidades militares, y que viajan hasta el elemento ejecutor final de la
acción a través de los canales y redes designados para este tipo de
comunicación.
En
los organismos individuales (en el ser humano concretamente) el
codificador está la corteza frontal, o área de Broca, que proporciona
los circuitos nerviosos para la formación de las palabras. En el caso de
que la decisión sea una acción motora, la orden viaja por la neurona
motora con un código de trenes de potenciales de acción a través del
axón (que es la fibra nerviosa eferente o motora), directamente del
cerebro hasta la denominada placa motora insertada en los músculos, que
hace mover las fibras musculares estriadas, en el caso de movimientos
voluntarios de los músculos del cuerpo que nos permite movernos y mover
los brazos y las manos, o las fibras de músculo liso, en el caso de que
la orden sea de carácter vegetativo, para regular las funciones
internas del organismo.
2.5.9.- Trasductor de salida
Es
el subsistema que emite la información de salida, cambiando esta en
acciones a ejecutar por los diferentes responsables de cualquiera de los
subsistemas que procesan materia y energía. También emiten la
información al "éter", al exterior del sistema para que sea captada por
el entorno.
En
el caso de los organismos individuales, el trasductor de salida es,
para las órdenes motoras, la placa motora, estructura neuromuscular que
traduce los trenes de potenciales de acción eléctricos que llegan de la
neurona motora a impulsos contráctiles de las fibras musculares. En el
caso de órdenes de comunicación, el trasductor son esas mismas placas
motoras que residen en nuestro aparato del habla, lengua, cuerdas
vocales y músculos de la garganta que nos permiten articular las
palabras.
Para
las organizaciones, los trasductores de salida son todo el personal
que transforma una orden en acción ejecutiva, bien sea esta una
modificación en el proceso de actividad interna o bien sea lanzar la
información fuera, vía prensa, correo, radio, televisión.
El
establecimiento de relaciones de comunicación entre la organización y
el suprasistema, o bien la activación de los elementos productivos
para convertir las órdenes en acciones y tareas concretas.
2.6.- Funcionamiento del sistema
La
exposición de los diferentes subsistemas críticos, permite llegar a la
conclusión de que estas funciones son las que permiten la vida de los
sistemas vivientes. El isomorfismo entre individuos y organizaciones es
claro, y de esta forma, podemos comprobar que realmente, a escala
funcional no hay diferencias entre los seres vivos en todos los
escalones del asociacionismo biológico. No se ha explicado aquí, porque
tampoco es intención desarrollar este tema más que lo necesario para
entender estos extremos, pero recálquese que los mismos subsistemas con
las mismas funciones se pueden identificar en el interior de las
células, en los tejidos y en los órganos de un organismo individual. Una
vez descrita la composición de los diferentes subsistemas de cualquier
ser vivo, su funcionamiento se establece basándose en relaciones
espacio-temporales. Las relaciones suponen la fuerza de cohesión que
unen las partes de un ser vivo. Hay relaciones de estructura
(espaciales) y de proceso (temporales y espacio-tiempo). Todas las
relaciones buscan ajustar los procesos de cada subsistema para conseguir
el mantenimiento del "Estado Estable".
2.6.1.-Busqueda del estado estable
El
Estado Estable es la situación de máximo orden tanto estructural como
funcional. Es altamente improbable con criterio "termodinámico" por
cuanto supone un continuo consumo de energía y de recursos.
El
objetivo de un ser vivo, individuo u organización es el mantenimiento a
lo largo del tiempo de su propia existencia. Pero ello sólo es posible
si cumple con la misión dentro del ecosistema (entorno - sociedad) que
tiene asignada. El logro de ese objetivo es alcanzar (como sistema) el
estado estable.
El Estado Estable depende de prácticamente todo.
1º-Del
proceso de entrada de materia y energía. Tanto el exceso como el
defecto de entrada hacen que el sistema se vea perturbado, bien por
saturación, o por carencia.
2º-Del
proceso de entrada de información. El exceso supone una sobrecarga de
información que satura los canales, y puede confundir
extraordinariamente al decisor. La carencia supone "ir a ciegas", no
conocer los cambios del entorno, y por ello, no poder cambiar de
estrategia a tiempo. Los cambios en los "inputs" de información suelen
conducir a la necesidad de innovación, de dar soluciones nuevas a nuevos
problemas.
3º-Del
proceso interno de producción. Tan negativo es la caída de la
producción como la sobrecarga, en ambos casos el resultado final es una
caída en la calidad.
4º-Del
proceso de información interna. Este proceso es responsable de
conservar en un nivel aceptable, cuando menos, una serie de recursos
"intangibles", pero que suponen una auténtica fuerza motriz para la
marcha de la organización, en la medida en que el factor humano es
crucial. Son la motivación, la
productividad, el rendimiento, la eficiencia, la satisfacción, la
coordinación y la capacidad de resolución de conflictos.
Los
factores que reflejan el estado de proactividad del recurso humano son
muy difíciles de cuantificar, pero suponen el auténtico combustible
energético, por encima incluso del elemento de remuneración económica.
La gente responde, además de al cobro de una nómina, a un nivel de
motivación, de productividad, de satisfacción, de coordinación adecuada y
a saber que los conflictos, que necesariamente se producen, son
susceptibles de ser resueltos y no van a desembocar en luchas
despiadadas entre unos y otros.
5º-De
los circuitos de realimentación. Las relaciones entre elementos
responden en general a circuitos feed back. Conociendo el objetivo
final, el decisor es capaz de ajustar la dinámica de los elementos
activos de la organización en función de la información que recibe de
ellos.
Aunque
sea un anticipo, el tipo básico de circuito feed back que vamos a
utilizar reiteradamente en todo el libro es de este tipo:
| ||||
|
Si
de alguna forma pudiéramos sintetizar esta búsqueda del estado
estable, podría ser con el siguiente diagrama causal, que relaciona
tres variables fundamentales de la vida: la materia viva, la energía
necesaria y los recursos externos.
| |||
|
La lectura de este diagrama es del siguiente modo:
Bucle 1.
Un organismo vivo está compuesto de materia viva. Cuanto mayor
cantidad de materia incorpore a su organismo, mayor capacidad de
generar energía. (+)
La
energía generada, por otra parte es a costa del consumo de los
nutrientes incorporados, y en el extremo de la materia propia, de sus
propias reservas. Luego la producción de energía es a costa de la
materia “combustible”. (-)
Bucle 2. La energía generada permite conseguir nuevos recursos externos mediante la motilidad que hace posible la búsqueda. (+)
La obtención de recursos requiere consumo de energía. (-)
Bucle 3. Los recursos obtenidos permiten mediante la ingesta incorporarlos a la materia viva propia. (+)
La ingesta de recursos provoca su consiguiente disminución, que obliga a buscar más (-)
Este
triple bucle sintetiza el ciclo vital que todos los seres vivos
desarrollan. Tan simple y esquemático como genérico. Pero sobre él se
desarrolla la vida desde sus orígenes.
2.7.- Evolución
La
organización sistémica de los seres vivos y su funcionalidad no han
sido fruto de la casualidad. Detengámonos un poco en cómo la vida es
como es, y por qué se han desarrollado los sistemas y subsistemas que
acabamos de examinar y que nos parecen tan lógicos y normales. Pero la
historia de estos sistemas tiene nada menos que tres mil millones de
años.
2.7.1.- Génesis
Casi
tres mil millones ha tardado la vida en conformar la célula (auténtica
reina de la Naturaleza viva), tal y como la conocemos actualmente. En
este largísimo periodo de tiempo, las micelas biológicas progresaron
hasta desarrollar las estructuras y funciones necesarias para que dichas
organelas tuvieran las características que reconocemos como de seres
vivos. En este largo periodo de tiempo la competencia por el alimento y
la obsesiva tendencia a luchar contra el caos interno, fue en impulsor
de que se desarrollasen una a una las diferentes estructuras que,
relacionadas entre sí, consiguieron mantener vivo a los primeros
organismos. La competencia general, generó una infinita espiral de
ataque-defensa. Esto obligó a una mejora continua de dicha organización
interna. La aparición de la fotosíntesis permitió utilizar el sol como
fuente directa de energía. Quizás en ese momento, la vida consiguió
salir de esas cavernas cercanas a los volcanes y variar definitivamente
el rumbo de la existencia. Y la atmósfera de CO2 , nitrógeno y amoníaco se convirtió en atmósfera de oxígeno y nitrógeno actual. (Orgel, 1994)
Hay
que tener en cuenta también que la vida se originó porque no había
vida. Si un fenómeno de biogénesis se produjese en la actualidad, no
tendría la más mínima posibilidad, dado que sería inmediatamente
devorado por los seres vivos existentes.
La
vida se basa en el asociacionismo molecular. Esta fue la fuente de
poder de los virus, donde la debilidad de una molécula es compensada con
la fortaleza de otras, mientras aquella suple a estas en otros
aspectos.
Pero
el paso definitivo hacia la invención de la célula fue la membrana
celular, lipido protéica, semipermeable. Con ella se pudo desarrollar
compartimentos y cavidades donde mantener reservas de alimento, se
desarrolló la capacidad del paso selectivo de líquidos y nutrientes, el
establecimiento de gradientes electrolíticos, potenciales de membrana y
presiones osmóticas desequilibradas respecto del entorno, y todo el
conjunto de factores que permiten mantener una entropía elevada respecto
del medio, y un estado altamente organizado a costa del consumo
energético. Se inventó el "steady state" (estado estable), y con ello la
termodinámica de procesos irreversibles, y con ello, la característica
fundamental de la vida. (Lurie, 1979 Op Cit)
Poco
a poco - tres mil millones de años costó -, se organizaron los
diecinueve subsistemas, gracias a los cuales el estado estable sostenido
fue posible, primero en células procarióticas, sin núcleo real, esto
es en bacterias, y posteriormente con núcleo real, eucarióticas.
Quizás
el virus gana a la célula en simplicidad y capacidad de defensa.
Ciertamente, el virus resiste condiciones más adversas que la célula,
pero la célula gana al virus en interacción con el entorno. Esto es un
avance espectacular. En competencia vital, la célula gana al virus
claramente.
El
desarrollo del proceso de fotosíntesis supuso el establecimiento de
las bases de la pirámide alimenticia. Estas células aprendieron a
capturar la energía directamente del sol, y con ello a sintetizar
elementos estructurales a partir de sustancias minerales. Convertir
materia inanimada e inerte en materia viva. Este es el salto cuántico
dado por las plantas, lo que permite la vida tal y como las conocemos. A
partir de las plantas se desarrolló una segunda alternativa de
supervivencia, basada en el parasitismo animal. Estas células, en vez
de sintetizar por fotosíntesis, capturan y digieren los nutrientes
obtenidos en las plantas, y a las plantas mismas. Dependen de ellas,
con un rendimiento energético y estructural bajo, ciertamente. El 90%
de masa vegetal sirve para alimentar al 10% de masa animal que puebla
la tierra. A cambio, las plantas no tuvieron necesidad de desarrollar
elementos de movimiento rápido en búsqueda de alimentos, allí donde
hubiere un buen suelo, podían crecer y desarrollarse. Las células
animales debían buscar permanentemente el alimento, y desarrollaron
extraordinariamente su sistema de información, y en ello reside su
éxito definitivo. (Gould. 1994)
La
evolución de las células hizo que éstas aumentaran de tamaño
progresivamente. Más energía, mayores estructuras y especialización de
los subsistemas. El crecimiento celular, puso en evidencia la proporción
volumen-superficie. Las necesidades alimenticias dependen del volumen.
Cuando crece el volumen, este lo hace en función del cubo del
diámetro, mientras que la superficie aumenta sólo como el cuadrado del
mismo. En un determinado momento, toda la superficie de la esfera no es
capaz de mantener el tránsito de entrada de nutrientes y de salida de
desechos. La primera alternativa es abandonar la forma esférica, para
adoptar forma de bastones o el aplanamiento. Y así lo hicieron las
bacterias que adoptaron la forma bacilar. Pero esto tiene el
inconveniente de que cuanto más se aleje la célula de la forma
esférica, más energía requiere para mantener su forma. Esto es posible
hasta un cierto límite, más allá del cual, el mantenimiento de estas
formas es ya imposible.
La
segunda alternativa es conservar la forma esférica, pero, una vez que
se produce la división, en vez de soltarse e independizarse tanto
progenitor como nuevo individuo, mantenerse unidos en forma de cadenas o
racimos, como un género denominado estreptococos o estafilococos.
Esto mantiene las ventajas de la esfericidad dentro del límite de
seguridad cubo-cuadrado, cada individuo mantiene su integridad, pero se
gana algo muy importante, la fuerza del grupo, de la masificación.
La
agregación de individuos formando colonias indiferenciadas tiene la
ventaja de defenderse mejor del medio, individuo a individuo, pero nada
más. Pero esta agregación abre el camino a la especialización celular,
mediante la cual, de la masa indiferenciada donde todas las células son
totipotenciales, se pasa a otro estado de organización, donde cada
grupo de células se especializa en una determinada función, a costa de
perder la “totipotencialidad”, concepto básico en la Teoría de Sistemas
que alude a la capacidad de ser autosuficiente. Ello obliga a
permanecer en asociación pluricelular, puesto que llegado un punto en
esta especialización, cada célula por separado se hace inviable. Se
tiene pues, un organismo vivo, formado por células que se han agrupado
en diferentes tipos que cumplen una determinada función, y que se
especializan en todas y cada una de las funciones que son competencia de
los diecinueve subsistemas críticos de Miller, referidos
anteriormente.
En
la especialización celular, cada célula debe superarse constantemente
en su función particular, aún a costa de abandonar otras funciones,
dependiendo de terceras células que le suplen y complementan. En este
punto, la colonia celular pasa a convertirse en un organismo
pluricelular. Cada grupo de células especializadas forma un "tejido
celular" diferente, que con la evolución llegan a constituir "órganos"
anatómica y fisiológicamente diferenciados.
La eclosión de los organismos pluricelulares se produjo a comienzos del Cámbrico, hace tan sólo 600 millones de años.
A
partir de ese momento, la Naturaleza estaba en disposición de ensayar
infinitas formas de asociacionismo celular, unas con éxito, la mayoría
condenadas al fracaso. No fue un juego de azar, sino una apasionante
lucha por sobrevivir y adaptarse a nuevas circunstancias ambientales,
amen de una lucha de competencia entre especies, todo ello gobernado por
el código genético universal, capaz de memorizar toda la información
biológica necesaria en las bases de ácido desoxirribonucleico de los
genes.
Tras
3000 millones de años, la Naturaleza consiguió establecer todos los
principios básicos que rigen la vida sobre la Tierra. Una evolución
extremadamente lenta pero aplastantemente sólida. Cualquier ser vivo, o
cumple estos principios elementales, o no se puede considerar un ser
vivo.
A
la Vida le costó establecer la base de los sistemas 3000 millones de
años, pero una vez establecidos, en lo que resta de exposición, veremos
que se cumple siempre.
2.7.2 Salto cuántico
La
célula como individuo es básicamente inmortal. En un entorno apropiado
puede dividirse indefinidamente. Sin embargo, el organismo
pluricelular es un ser condenado a la muerte individual. Para vivir
necesita que permanezcan vivos sus componentes celulares individuales y
de una cosa más, la organización interna. Lo que permite la vida de
cada célula, su organización interna, su comportamiento como sistema
abierto, dio un salto cuántico para constituirse en condición básica
para la vida pluricelular, su organización como sistema abierto formado
por sistemas individuales. Se confirma así que el todo es algo más
que la suma de las partes. Cuando un organismo pluricelular muere, no
lo hacen todas sus células constitutivas de golpe. Estas, por un tiempo
permanecen vivas; lo que deja de vivir es el sistema.
Como
hemos visto ya, un organismo vive en tanto que su sistema en global,
se mantenga en estado estable (homeostasis). Si el estado estable se
pierde aparece la enfermedad. Llegado a un umbral crítico de
desestabilidad se cruza el límite (sobrepasamiento), que hace inviable
el organismo, y este muere como tal. Sus células sobrevivirán durante un
tiempo más.
Salud
es pues sinónimo de estado estable en el sistema vivo. Esta es la
definición más concreta y simple, pero la que encierra en sí misma la
globalidad. En el ser humano, las definiciones de salud se envuelven
dentro del contexto psicosocial, lo que la hacen abstracta y difusa.
La
Naturaleza condujo a los seres vivos hacia la muerte inevitable, dado
que el incremento de complejidad requiere una organización cada vez más
perfecta, que a su vez requiere un más alto consumo de energía. Los
límites funcionales se hacen cada vez más estrechos, y el umbral de la
muerte puede alcanzarse con relativa mayor facilidad.
Este
avance en complejidad puso en serio peligro a las especies, dado que
semejantes organismos pluricelulares no se podían ya crear tan
fácilmente como una célula, la cual tenía ya perfectamente establecido
su mecanismo de mitosis.
Fue
necesario el desarrollo de todo un órgano especializado en la
reproducción, constituido por un determinado tipo de células,
especializadas en transmitir la información genética, y tras la unión de
dos células de sexo diferente, formar un nuevo organismo. En esencia,
el salto cuántico de la vida fue el desarrollo de la meiosis, y por
consiguiente, del sexo. Con ello, se hacía necesaria la participación de
dos seres de sexo opuesto para formar un nuevo ser. Esto garantizaba
un hecho que se ha visto extraordinariamente necesario para que la
evolución fuese siquiera posible, la recombinación genética ilimitada,
fundamento de la biodiversidad. Si la reproducción hubiera sido sólo por
simple mitosis, la vida habría evolucionado tan lentamente, que
posiblemente, en la actualidad las esponjas seguirían siendo los seres
más evolucionados
El
sexo hizo posible la evolución, pues ésta se basa en la recombinación
genética y en la generación de mutaciones, infinitos ensayos genéticos,
que en sí son la mayoría negativos, pero que de vez en cuando, abren
la vía a nuevas formas de vida más adaptadas y desarrolladas.
2.7.3.- Ataques masivos contra la vida
A
lo largo de la Evolución, se han producido siempre la aparición y
desaparición de especies. Es un fenómeno normal. Lo que no es normal es
que de repente, por la causa que sea, se produzca una extinción en masa
que borre de la faz de la Tierra a miles y millones de especies. La
extinción de los dinosaurios fue la quinta gran extinción que se produjo
en la Tierra, y por cierto, que no la más llamativa.
El
registro fósil de animales marinos dice que desde el Cámbrico, momento
en el que se experimentó la explosión de los seres pluricelulares, se
produjo hasta finales del Ordovínico, un continuo incremento de la
biodiversidad, (400 familias) (Wilson. 1989)
A finales del Ordovínico, hace 450 millones de años se produjo la primera gran extinción, reduciéndose en un 12% (40 familias).
El Silúrico recuperó el nivel anterior y se mantuvo hasta finales del Devónico, hace 350 millones de años, en que se produjo la segunda gran extinción con una minoración del 14% de la biodiversidad
El Carbonífero recuperó la pérdida. Pero en el Pérmico, a finales, hace 240 millones de años se produjo la tercera gran extinción,
cayendo la biodiversidad a niveles críticos desde el origen de la
vida. Se produjo un descenso del 52% (190 familias), el 80% fueron
especies marinas. Algo muy serio debió suceder.
El Triásico recuperó un 15%, pero cayó de nuevo con una cuarta gran extinción de un 12% de familias.
A
partir del Jurásico, el incremento de la diversidad se disparó hasta
llegar a las 600 familias. Y fue al final del Cretácico cuando se
produjo la quinta gran extinción,
menor en proporción a las anteriores, sólo un 11% de familias, pero la
más conocida, porque fue la que borró de la faz de la Tierra a los
dinosaurios, hace 65 millones de años, y permitió la expansión
definitiva de los mamíferos.
Siempre se olvida mencionar una sexta gran extinción, no tan grande, pero que supuso la desaparición de los grandes mamíferos, hace tan solo dos millones de años.
Parece
como si a intervalos, la vida se sometiese a enormes tensiones,
produciéndose verdaderas masacres entre aquellas especies que no
soportasen la tensión. Las causas pueden ser múltiples, cometas que
chocan contra la Tierra, cambios climáticos bruscos, terremotos,
vulcanismo exacerbado, incremento de la radiación solar ultravioleta,
enfriamiento súbito del agua del mar, etc.
En
el caso de la quinta gran extinción del Cretácico, hay hipótesis para
todos los gustos, todas estas, y además, depredación de huevos de
dinosaurios por los mamíferos más avispados, alteración de la cadena
alimenticia, desarrollo de plantas venenosas, caída de un asteroide
(esta parece ser la hipótesis más plausible), el que se supone formó la
península de Yucatán, cambio climático, acaso por entrada o salida del
Sistema Solar de una brazo de la Galaxia con mayor densidad de polvo
interestelar, o vulcanismo letal y masivo. (Assimov, 1980)
Pero
sea como sea, lo que parece ser evidente es que, primero la quinta
gran extinción no fue, ni de lejos la peor de las que han sucedido en
la Tierra, segundo, que sucumbieron determinadas especies pero otras
sobrevivieron sin ningún problema. Luego, en los dinosaurios incidieron
determinados factores de carácter fisiológico y genético por los
cuales, los cambios, más o menos bruscos y lesivos para la vida que se
produjeron en el Cretácico, en ellos y sólo en ellos fueron
insuperables. (Charing. 1993)
Para
explicar, sólo de forma aproximada el problema hay que volver a
reflexionar en términos de sistemas biológicos. Cabe la posibilidad de
que las especies tengan una vida media natural, y que como tal especie
gocen de juventud, madurez, senilidad y muerte por extinción. Puede que
por azar, la vida media de un gran número de especies alcance
simultáneamente su fin, máxime si como en el caso de los dinosaurios
estas especies han sido extraordinariamente longevas (150 millones de
años de dominio de la Tierra).
El
envejecimiento de las especies se produce por mutaciones. Se sabe que
en toda generación surgen individuos mutantes. Las mutaciones suelen
ser siembre negativas, e introducen elementos de riesgo, tales que la
cadena reproductiva se corta en estos individuos, afortunadamente para
la especie, pues así la alteración genética no se transmite a la
descendencia.
Hay
también mutaciones, de vez en cuando, que mejoran la adaptación al
medio ambiente, las habilidades de los individuos, y estas, lógicamente
se transmiten y consolidan, haciendo evolucionar la especie.
De
las mutaciones negativas, las hay que no producen fallos fatales, y
que acaso porque se transmiten con carácter autosómico recesivo, pasan
de generación en generación. Supongamos que una mutación como la que
provoca la hemofilia se va transmitiendo de padres a hijos, hasta que la
práctica totalidad de la especie la lleva consigo. Puede ser el fin de
la especie, casi con seguridad.
Si
se producen suficientes mutaciones transmisibles, estas, poco a poco
van debilitando genéticamente a la especie, hasta tal extremo que la
debilidad fisiológica y la reserva funcional de la especie, se agota,
quedando esta expuesta a no soportar cambios climáticos, o bien a no
soportar el ataque de los depredadores macroscópicos o microscópicos
(epizootias, es decir, epidemias animales, de gran virulencia y
letalidad)
Cuanto
más superespecializada se vuelve la fisiología celular y orgánica, más
sensibilidad existe a mínimos cambios. Volviendo al ejemplo de la
coagulación, vemos que esta es tan complicada, y que para funcionar
correctamente han de intervenir tamaña cantidad de factores que un solo
fallo en una sola de las etapas puede provocar la muerte del individuo
por hemorragia o coagulación masiva. Las rutas metabólicas son tan
complejas que la carencia, tan sólo parcial de un enzima o coenzima
puede detener o ralentizar todo el largo proceso y provocar
tesaurosmosis patológicas.
Que
un incremento de mutaciones lleve a la extinción depende de la reserva
genética de la especie y su capacidad de adaptación. Si esta reserva
se agota, el final es inevitable.
Puede
que desde el punto de vista genético, la subclase de los dinosaurios
naciese con una reserva genética deficiente, de modo que les hizo
especialmente vulnerable a las mutaciones, o bien que estas se
produjeron súbitamente.
Lo más plausible para explicar un súbito incremento de mutaciones es el aumento de radiación Ultravioleta del Sol.
Se
sabe que el campo magnético terrestre sufre debilitaciones periódicas.
Desde 1670 ha perdido un 15% de su fuerza. Si sigue así, en el año
4000 se habrá anulado. Entre 3500 y 4500 no tendrá fuerza para desviar
las partículas cargadas. A nosotros nos puede parecer mucho tiempo,
pero en términos geológicos no suponen casi nada. Según el registro
fósil, la última inversión se produjo hace 700.000 años. Su anulación
permite la penetración de los rayos U.V. (a pesar del ozono). Esto
provoca necesariamente el incremento de mutaciones. Aunque puede que en
el caso del hombre, esta inversión favoreciese una serie de mutaciones
que mejorasen decididamente su inteligencia. (Weinberg, 1994)
Bien
un súbito incremento de la actividad solar, o la explosión de una
supernova relativamente cercana, puede que provocase, además un
incremento súbito de radiación cósmica en cantidades ciertamente
mortíferas.
En
conclusión, todo parece indicar que los dinosaurios se desarrollaron
en un entorno propicio, con un clima bonancible, y claramente
resultaron ser los auténticos reyes de la Tierra. Su vida transcurrió
en un paraíso terrenal donde casi nada puso cota a su desarrollo en
número y en tamaño. En 150 millones de años todo fue bien. Se
estableció una pirámide alimenticia sumamente estable, y un "statu quo"
casi perfecto, sin conflictos relevantes, un clímax ecológico
perfectamente conservado. En ese contexto, los grandes dominadores
llegaron a la perfección como especies.
Pero
algo sucede cuando se llega a la perfección. Un campeón sólo sabe una
cosa, que se podrá mantener en la cumbre un cierto tiempo, pero tarde o
temprano, alguno le vencerá. La vida no admite campeones vitalicios.
Esto es de especial relevancia para el hombre como especie dominante en
estos momentos del Planeta. Conseguida la perfección y el dominio
absoluto comienza algo que en más o menos tiempo desencadena la caída, a
veces catastrófica. Las mutaciones continúan, en organismos que son
tan perfectos que, precisamente por ello, un sólo fallo provoca
inestabilidades cada vez más acusadas.
En
los dinosaurios, una evolución tan espectacular en tamaño y variedad
hace pensar que en algún momento se perdió el estado estable en cada
vez más especies de la subclase, y bien por radiación o por agresiones
víricas o bacteriana, se produjo una clara tendencia a mutaciones cada
vez más grotescas, con una pérdida de la estabilidad fisiológica cada
vez mayor. Taras genéticas importantes que sumadas a una más que
probable revolución vegetal con la aparición de plantas venenosas para
defenderse de una depredación vegetal masiva por parte de tan
descomunales comedores de plantas, provocaron todo ello una alteración
de la cadena alimenticia.
Y
por último la caída de un gran cometa, o el vulcanismo exacerbado, o
cualquiera de las otras plausibles teorías. Ya da igual cual fuese el
suceso final. Incluso puede que, lo más probable, el suceso final fuera
un conjunto de sucesos coincidentes en el tiempo. El hecho es que,
desde el punto de vista genético y fisiológico, los dinosaurios
involucionaron hasta hacerse vulnerables al súbito suceso que se
produjo, fuera cual fuese. En dos millones de años, no quedó ni rastro
de ellos. El resto de la vida siguió su curso. El campeón fue destronado
para siempre.
Al
hombre este hecho no ha de resultarle ajeno. Tenemos ante nosotros un
compromiso nada agradable. El volumen del cerebro humano ha crecido
proporcionalmente más que la pelvis femenina. A duras penas el feto
puede pasar su cabeza por el canal del parto, a costa del acabalgamiento
de las fontanelas. Puede suceder en no demasiado tiempo que ni este
recurso, de por sí tosco, sea suficiente para conseguir la salida de la
cabeza. Entonces qué pasará. La cesarea sistemática es solución sólo
para un porcentaje muy pequeño de la población mundial.
2.7.4.- Lops límites de la Evolución
Hace
600 millones de años que no ha surgido ningún filo nuevo. Según Van
Nostrand la vida ha evolucionado en 21 grandes ramas de seres vivos,
denominadas "philos" o tipos. Estos 21 filos constituyen otros tantos
intentos de organización básica de los seres vivos. Aunque ninguno ha
desaparecido, solamente ocho han tenido realmente éxito, quedando los
otros trece relegados al ostracismo evolutivo, en clara recesión
respecto de sus competidores. Del filo de los cordados del que partieron
los vertebrados, no ha surgido ninguna nueva clase en los últimos 250
millones de años. Y de la clase de los mamíferos, no ha surgido nada
mejor que los placentarios. (Assimov, 1980)
Hace
unos 200 millones de años que la vida en la Tierra no ha ensayado
ninguna rama nueva en la Evolución biológica. Parece como si el tiempo
de la experimentación biológica se hubiera agotado, y sólo quedase el
proceso del refinamiento constante. Hace 1000 millones de años que la
célula alcanzó su perfección. La evolución celular se tuvo que enfrentar
a su "non plus ultra". Hubo un momento en el que la evolución, o se
detenía, o daba un salto cuántico. Y surgió el asociacionismo celular, y
con él la eclosión de los seres pluricelulares.
No
es por ser pesimistas, pero parece como si la multicelularidad hubiera
entrado en un callejón sin salida. El siguiente paso parece ser el
organismo múltiple o sociedad.
Hay
un cierto grado de asociación gregaria en las manadas, organizadas
para un mejor ataque o defensa, las bandadas de aves migratorias, las
piaras de cerdos, la familia biparental o poliparental, etc. Es un
avance y muestra un cierto grado de especialización. En genérico se
trata de una organización tipo grupo.
En el grupo, cada individuo conserva su totipotencialidad como organismo. Podría sobrevivir sólo si llegase el caso.
El
paso más allá es una organización multindividual de modo tal que cada
individuo "per se" deja de ser totipotencial, para formar parte de una
organización que toma vida propia como ser superior. Hasta ahora,
ningún grupo de organismos presenta plenamente tales características,
aunque hay dos indicios claros de ello. Uno se encuentra en el filo de
los artrópodos, concretamente en la clase de los insectos. Otra en el
filo de los cordados, clase mamíferos, subclase placentarios, especie
"homo sapiens".
2.7.5.- La organización social
En
los insectos se ha desarrollado una cierta aproximación al concepto de
organización social. En las termitas no puede vivir cada individuo
fuera del grupo social. Una termita soldado tiene tan grande las
mandíbulas que alguien le tiene que alimentar. Pero a cambio de estos,
una sociedad de termitas carnívoras, más conocida por "marabunta" puede
vencer a un animal muy superior en tamaño, incluso al hombre. Y es que
no se trata de un hombre contra millones de hormigas, sino de un
individuo contra una organización social.(Jastrow. 1981)
En
las organizaciones sociales, cada individuo es un elemento integrador
de un subsistema, bien de la cadena de producción o de información.
Cada cual cumple su misión, y se comporta bien como frente de defensa,
importadores de materia y energía, distribuidores, convertidores,
productores finales de energía, evacuadores, motores, o reproductores.
Un sofisticado sistema de información se establece para vigilar el
entorno, para almacenar datos de memoria o para tomar decisiones. En una
organización social es posible identificar todos y cada uno de los
subsistemas críticos de Miller. Si no fuese así, una organización no
podría subsistir.
En
el caso del hombre, lo que hizo posible su triunfo sobre los demás
homínidos no fue la inteligencia per se. Los chimpancés y los gorilas,
de alguna forma saben utilizar objetos.
El
gran triunfo del hombre fue la comunicación a través de la palabra.
Con ello, lo que el padre aprende a lo largo de su vida se lo transmite
a su hijo. De modo que este aprende en muy poco tiempo lo que
transmitido por su padre, más su experiencia personal a lo largo de su
vida. Y la siguiente generación aprende todo lo de la anterior más su
propia experiencia. Y así sucesivamente. Desde siempre los jóvenes han
venerado a los viejos porque para ellos siempre fueron sabios,
transmisores de "tradiciones"
Las
tradiciones constituyen la base de ligazón de un individuo a la
sociedad a la que pertenece. Es el surgir una nueva clase de sentimiento
"cuasi instintivo" denominado "lealtad" o "patriotismo", por el cual
el hombre logra entender no sólo de modo consciente, sino también
subconsciente, que el bienestar de la mayoría bien vale el sacrificio de
la minoría.
El
concepto de sociedad conlleva aceptar la pérdida de parte de la
libertad individual en compensación a ganar la seguridad y los
beneficios de la cooperación mutua individuo – sociedad. En el ámbito
humano, el desarrollo social ha desembocado en conceptos como la
solidaridad, comunidad, integración, pertenencia, y de sentimientos como
los de validez y sentirse amado, importante para los demás, porque los
demás reconocen que la comunidad recibe de uno la cooperación y el
esfuerzo.
Esto
hizo que la sociedad trivial se consolidase y fuera en realidad un
macroorganismo donde cada individuo se siente en pertenencia con el
grupo, seguro frente a las asechanzas externas, y siente el dolor de
algún miembro de la sociedad, cuando este enferma o muere.
El
desarrollo de la escritura permitió consolidar la memoria social, no
ya en las mentes de aquellos que aprendieron las tradiciones y los
conocimientos heredados, sino en textos capaces de trascender la propia
vida de los individuos. Como dice Sagan, la memoria de la sociedad
humana se encuentra en los libros. Son las bibliotecas los auténticos
bancos de datos donde la sociedad se reconoce a sí misma, y está segura
de que conserva todo su vasto caudal de conocimiento (Sagan, 1981).
Vemos
pues, como las dos sociedades que hemos comentado han evolucionado en
dos sentidos muy diferentes. Los insectos hacia la subespecialización,
La sociedad humana hacia la flexibilidad. Con todo, dentro de la
sociedad humana, se ha producido una subdivisión basada en la
subespecialización. Son las organizaciones empresariales. Como tales,
las empresas son agrupaciones humanas altamente especializadas en una
determinada función, de modo tal que ninguna empresa es totipotencial.
Muy por el contrario, depende de tal modo de sus proveedores y de sus
clientes, que si esta relación en la que se produce un auténtico flujo
de materia y energía falla, la empresa no puede subsistir.
Un
paso más, y vemos cómo las sociedades en sí, poniendo como límites
concretos los límites de los estados soberanos, tampoco son
totipotenciales. El comercio internacional y las relaciones entre
naciones hace que ningún país pueda vivir aislado de la comunidad
internacional. De modo que, por encima de los estados soberanos se
sitúan las organizaciones internacionales como la Comunidad Europea, o
en definitiva, la Comunidad Internacional a nivel mundial.
2.7.6.- Tamaño y complejidad
Existe
una tendencia natural por parte de los individuos y de las sociedades a
crecer en tamaño. Sabemos que el tamaño es cuestión de número de
células que conforman un individuo, puesto que las células no son más
grandes en un elefante que en un ratón. El crecimiento es siempre un
proceso de feed-back positivo, donde a más materia, demanda de más
energía y de más alimento. La entrada de más alimento genera más materia
y energía para formar más estructura. Y así hasta que el individuo o
la sociedad alcanza un límite del que no sobrepasa, constituyéndose un
equilibrio entre consumo, desgaste y producción. El feed-back se
negativiza, igualándose las entradas y salidas de materia-energía.
En la vida, la variedad de tamaños es tremenda. Expresado en potencias de diez, el micoplasma ocuparía 10-13 cm3 un ratón 102 y una ballena 108 cm3.
Desde
la aparición de la vida, el primer incremento significativo de tamaño
fue con las algas cianofíceas hace 2700 Millones de años. Unas veinte
veces. Desde entonces el tamaño de la célula ha permanecido invariable,
siendo la más grande de un tamaño no superior a 10 micras.
La
conquista de la pluricelularidad dio lugar a seres de muy diversos
tamaños, en función del número de células que los componían.
El
tamaño, es una tendencia natural, a la que se opone un fenómeno, que
es la complejidad. Cuanto mayor sea un ser vivo, más complejo será.
Cuesta más levantar y mantener un rascacielos que una cabaña. Cuanto
mayor sea un organismo, más difícil resultará introducir cambios
significativos en las primeras fases del desarrollo fetal. Un fallo
genético, una mutación durante una etapa temprana de la fase
embrionaria, casi con seguridad abortará la gestación. Mientras, una
mutación en las etapas últimas de la fase fetal provocará una
malformación congénita, posiblemente compatible con la vida.
Existe
por tanto un punto en el que el tamaño de un individuo llega al límite
de la complejidad que puede controlar. Bien es cierto que hay
individuos de una especie más grandes que otros, pero en general una
especie alcanza en sus individuos adultos una tamaño medio con una
variabilidad moderada.
El
tamaño puede ser adaptativo en sí mismo, y no supone necesariamente
una desventaja. Supone una gran dificultad comprender especie por
especie las razones de su tamaño. Sólo se sabe, por el registro fósil,
que la tendencia es, si no existe razón en contra, a aumentar de
tamaño. Se sabe que en 60 millones de años, se pasó del ancestral
Hyracotherium del tamaño de una oveja, al equus, o caballo actual. Lo
mismo pasó con los elefantes, camellos, jirafas, dinosaurios y
cetáceos. Entre los vertebrados se observa esta norma, llamada regla de
Cope, en honor a Edward Cope (1855), por la que la mayoría de las
secuencias evolutivas de que se tiene noticia indica tendencias al
aumento de tamaño de la línea filogenética, y no al revés. Casos como
el colibrí son excepciones que, digamos, confirman la regla.(McMahon, 1986)
Así
pues, la fuerza oponente al incremento de tamaño es la complejidad.
Para cada especie la relación tamaño-complejidad es diferente. Lo que es
cierto es que un organismo grande es un conjunto de células que
funcionan como una unidad. Si el fuerte sincronismo que une falla, la
selección natural terminará por eliminar la especie. La conservación de
la homeostasis - "steady state"-, es básica para mantener la vida, pero
hay notables diferencias debidas al tamaño. Un aumento del tamaño
impone restricciones que requieren incrementar la división del trabajo
entre las partes. El aumento de la división del trabajo que dependen
del tamaño, se puede denominar como "complejidad". Como norma general,
la complejidad aumenta con el tamaño. Esta regla no guarda relación con
la selección natural. Es una restricción puramente física impuesta por
poseer un cuerpo mayor.
La
vida es de por sí compleja. La célula es una maravilla de la
ingeniería natural, que parece haberse estabilizado como tal desde hace
2500 millones de años. En los seres pluricelulares, la complejidad
aumenta por mor de la necesidad de poseer un tamaño adaptado al entorno
en el que se desarrolla la vida de la especie. Menor complejidad haría
imposible la vida de los individuos de la especie, y mayor,
simplemente no es necesario, si con la alcanzada, la especie se
encuentra adaptada al medio.
El
estudio de la complejidad ha potenciado el desarrollo de las teorías
que han intentado abordar su análisis, como la cibernética de Norman
Wienner, la teoría de las catástrofes de René Thorn, la teoría del caos
de Lorentz o la teoría de la información de Shannon, las cuales hemos
repasado en el capítulo anterior.
Estas
teorías han aportado interesantes puntos de vista. Es cierto que el
problema de la complejidad nos afecta de lleno a los seres humanos, por
cuanto la propia sociedad humana ha crecido en tamaño a un nivel tal
que se plantea problemas típicamente relacionados con la complejidad.
Entre una apacible localidad serrana casi autosuficiente con una mínima
pero sólida organización social y la sociedad nacional existe una
diferencia de tamaño y complejidad comparable como la que existe entre
una abeja y una ballena azul.
Todos
somos conscientes, en el mundo en que vivimos, que la vida es cada vez
más complicada. Cualquier empresario es consciente de lo difícil que
es crear una empresa, mantenerla a flote y ser capaz de que se adapte a
los cambios del mercado. Cualquier intento por entender la complejidad
como característica inseparable de las grandes organizaciones y
sociedades es necesario para seguir manteniendo con vida el gran
monstruo que hemos creado los hombres, la Civilización Occidental.
2.7.7.- Reflexión
Esta
rápida mirada a la vida y la evolución biológica no ha tenido como
finalidad misma describir la Historia natural de la Tierra, sino poder
extraer una serie de reflexiones muy concretas que van a sentar las
bases de toda la filosofía de esta obra.
La
primera reflexión es sobre la posición del hombre dentro de la
historia de la vida; como un eslabón más dentro de la evolución. Ver al
hombre como especie que apenas lleva dos millones de años de evolución
en una flecha temporal de 3.500 millones de años. Esto no es nada, el
0.05% del tiempo. Y menos aún los 5000 años de historia del hombre como
civilización, el 0.25% de esos dos millones. Para la historia de la
vida, el incidente del hombre es algo que ha acontecido apenas hace unos
segundos. Es como si en la vida de un hombre de 80 años, ésta hubiera
transcurrido tranquila y apacible en su aldea serrana, donde hoy se
construye una cabaña, mañana una cerca para el corral y dentro de tres
años una fuente para el agua del pozo. Y de repente, y tan solo en diez
minutos alguien viene y transforma el pueblo en una ciudad
descomunalmente grande parecida a Nueva York. Para la Tierra, el hombre
es un acontecimiento súbito, "un susto de repente".
La
segunda reflexión consiste en ver nuestra sociedad como la evolución
normal de los seres pluricelulares hacia el asociacionismo
multipersonal, multiorganísmico. Donde el todo es algo más que la suma
de las partes, y donde todo está relacionado. Donde cada individuo
pierde la totipotencialidad para tener que depender si quiere
sobrevivir, de su integración en la sociedad. Donde las leyes biológicas
también se cumplen (aunque las denominemos leyes económicas o
sociales). Donde se identifican los mismos subsistemas críticos que en
la célula y en los seres pluricelulares.
La
tercera reflexión consiste en entender la vida y los seres vivos como
sistemas abiertos. La teoría de los sistemas ha supuesto un cambio
completo de paradigma para la Ciencia, permitiendo entender de modo
global la realidad en que vivimos. La sociedad humana muestra los mismos
fenómenos y comportamientos que los seres vivos, más uno más. La
capacidad que posee el hombre de violar sistemáticamente en beneficio
particular estas leyes. Surge así, en la sociedad humana el fenómeno
inteligente de la intencionalidad, y la competencia y depredación de su
misma especie. Surge así el "conflicto social". Esto significa que en
la sociedad humana las leyes universales del comportamiento de los
sistemas biológicos no se cumplen de forma ciega, sino que la
inteligencia las eleva a la categoría de conscientes, y eso mismo
introduce la posibilidad de violarlas en función de los intereses de
cada cual, y también de elevarlas a más perfección si cabe.
La
quinta reflexión trata del envejecimiento de las especies, y cómo éste
conduce en más o menos tiempo a su extinción, justamente cuando más
desarrolladas están y más parece haberse adaptado al entorno. Quizás
tras este "climax", su capacidad de desarrollo se agota, y de adaptación
también, entrando en un proceso de mutaciones hacia ninguna parte.
Trasladando este proceso a la Humanidad, vemos cómo esto ha sido lo que
ha sucedido en, virtualmente todas las civilizaciones. El ciclo guerra,
paz, prosperidad, esplendor, decadencia y guerra se cumple
inexorablemente siempre en la Historia del hombre.
La
sexta conclusión es sobre la salud – permítanseme mis orígenes
sanitarios aunque sólo sea por esta vez -. La salud del hombre como
especie es la clave de la supervivencia. Porque si la salud del hombre
como especie está en peligro, es la propia sociedad humana la que está
en peligro. Decir salud es decir capacidad plena de trabajar para el
desarrollo, para caminar hacia delante, para luchar por objetivos
mejores. Decir pérdida de salud es decir tener que luchar para resolver
problemas internos que dificultan el cumplimiento de la misión del
individuo o de la sociedad. Algo va mal. Conflictos, crisis,
corrupciones, degradación, violencia, enfermedad. Esto supone hablar de
patología de los sistemas biológicos, de los sistemas sociales; es
hablar de la perdida del "estado-estable". En este sentido la medicina
actúa coyunturalmente en los individuos enfermos, como los bomberos
apagan los edificios incendiados, o la policía busca y detiene a los
delincuentes. Está claro que nadie desea vivir en una ciudad donde los
edificios tienen una alta probabilidad de incendiarse, aunque los
bomberos sean los mejores del mundo. O nadie desea vivir en una ciudad
donde el riesgo de salir a la calle y ser atracado o agredido sea casi
cierto, pero la policía sea muy eficaz deteniendo a los asesinos. De la
misma forma no es deseable vivir en una sociedad donde la enfermedad se
enseñoree de la vida de los hombres y mujeres, pero se disponga de los
más avanzados hospitales y de los mejores médicos. La salud es un
problema que atañe a toda la sociedad; una sociedad que ha alcanzado
dimensiones planetarias, y cuya peor enfermedad es la ignorancia, como
afirmó Rigoberta Menchú, premio Nóbel de la Paz en la clausura del XII
Congreso Nacional de Hospitales en España, en mayo de 2001.
Y
por último, la séptima reflexión consiste en ver cómo el hombre, tras
la conmoción que ha provocado en el planeta, no le queda más que su
inteligencia y los valores humanos emergentes para superar la crisis que
le inunda a finales del siglo XX y comienzos del XXI. Durante mucho
tiempo (los últimos treinta años) se ha pensado de forma general que la
técnica y el progreso darán solución a todo nuestros problemas. Hoy
cada vez más esa solución tecnológica se ve con cada vez más
escepticismo, al ver cómo justamente en las sociedades más avanzadas,
donde la tecnología ha "resuelto" la mayoría de los problemas
materiales de la gente, no es capaz de evitar la degradación de la
sociedad como tal. Violencia, corrupción política, convulsiones
económicas, pero sobre todo, crisis de valores. Cuando se habla de
crisis de la sociedad no se puede echar las culpas a la tecnología. Ni
mucho menos. La tecnología funciona perfectamente, los ordenadores son
cada vez más potentes y rápidos, las telecomunicaciones son cada vez
más extensas y llegan a cada vez más rincones. Las autopistas nos
transportan al último lugar que queramos. No es este el problema. El
problema se siente cada vez más como de crisis de valores. Este es el
drama del hombre, su ambigüedad. Las capas más primitivas del cerebro
le incitan a comportarse de una forma instintiva y egoísta, y a la vez
a relacionarse con los de su especie. La capa más evolucionada, el
neocórtex imprime a su comportamiento la cualidad de la consciencia. Y
por ello la libertad de acción. Libertad para comportarse de modo
egoísta o de modo solidario, con independencia de su capacidad para
observar, descubrir, pensar e inventar. El Imperio de Occidente es la
obra cumbre del hombre. La dinámica de este imperio planetario ha
llegado a un punto de claro conflicto interno con la Naturaleza, y con
una vastísima extensión del planeta que vive sumida en la miseria más
absoluta. ¿Podemos hablar de salud en estas condiciones?. Cuando la
solución tecnológica ya no es la clave de la solución de todos nuestros
problemas de "salud social", sólo nos queda entender que hemos de
tomarnos el amor y la solidaridad en serio, porque quizás sea la única
salida viable a la encrucijada humana en la que nos encontramos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario