Bienvenida

Amigo/a.
Este es un blog dedicado a ver la vida que nos rodea de otra forma. Vivimos en una realidad totalmente interrelacioneda entre los miles, millones de elementos que la conforman. Y lo hacen en agregaciones sucesivas e integradas denominadas "sistemas".
En un lenguaje razonablemente asequible, pretendo dar herramientas mentales para poder intuir la complejidad de un mundo condicionado por una variable, el tiempo, que inexorablemente nos conduce a un objetivo final, tanto como individuos y como especie.

La página principal contiene las entradas que iré escribiendo, bien de mi pluma, bien referencias de terceros autores sobre temas que están relacionados con la visión holística, sistémica de la vida.

El menú de páginas laterales se basan en los capítulos del libro que escribí hace ya algunos años "Análisis sistémico, su aplicación a las comunidades humanas". Constituyen las bases del pensamiento sistémico que voy a desplegar en este blog.

La página "Indice y referencias" contiene el contenido de las sucesivas páginas sobre sistémica.

La página "Visión general", contiene los principios fundamentales para entender, a modo introductorio el pensamiento sistémico.

Las páginas de la 1 a la 9, despliega cada uno de los contenidos fundamentales del libro que escribí. Su lectura es muy importante para comprender el razonamiento que se irá exponiendo en las sucesivas entradas en la página principal.

Buena suerte. El pensamiento sistémico te cambia la visión de la realidad, abriéndote un escenario hasta entonces desconocido.
Con la visión sistémica del mundo, uno puede ver más allá de lo que perciben los sentidos y la mente convencional es capaz de comprender.

De nada hablaré como maestro, aunque de todo hablaré como entusiasta, como decía Ortega y Gasset, porque pongo por delante que lo que pueda plasmar en este blog no es fruto de ninguna cultura enciclopédica. No soy especialista de casi nada. Pero sí soy generalista, es decir, un profesional (en este caso de la Sanidad y de la Medicina) que aplica el método sistémico a lo que ven mis ojos.

Invito a quien quiera atreverse, a que se embarque en esta forma de pensar. Los resultados pueden ser sorprendentes.





2-Sistemas biológicos

CONTENIDO DE ESTE CAPÍTULO

1.- El demonio de Maxwell
2.- Conceptos básicos de sistemas biológicos
3.- Subsistemas que procesan materia, energía e información
3.1.- Reproductor.
3.2.- Cubierta.
4.- Subsistemas que procesan materia y energía
4.1.- Ingestor
4.2.- Distribuidor
4.3.- Convertidor
4.4.- Productor
4.5.- Almacenador de materia y energia
4.6.- Evacuador
4.7.- Motor
4.8.- Soporte
5- Subsistema de Información
5.1.- Trasductor de entrada de señales externas.
5.2.- Trasductor de entrada de señal interna
5.3.- Canales y redes "cyr"
5.4.- Decodificador
5.5.- Asociador
5.6.- Memoria
5.7.- Decisor
5.8.- Codificador
5.9.- Trasductor de salida
6- Funcionamiento del sistema
6.1.- Busqueda del estado estable
6.2.- Evolucion
7- Evolución
7.1.- Génesis
7.2.- Salto cuántico
7.3.- Ataques contra la vida
7.4.- Los límites de la evolución
7.5.- La organización social
7.6.- Tamaño y complejidad
7.7.- Reflexión

2.1.- El demonio de Maxwell
El físico escocés Clark Maxwell propuso en 1871 en la Teoría del calor, que una criatura suficientemente pequeña, que pudiera ver y manejar moléculas individuales, se hallaría exenta del cumplimiento de la segunda Ley; sería capaz de mantener la asimetría de temperatura y presión en un sistema de dos cámaras sin necesidad de realizar trabajo.

 Desde los tiempos de Maxwell se han propuesto numerosas versiones del demonio, como por ejemplo, uno que sea capaz de permitir el paso de las moléculas en una sola dirección, hasta crear una sobrepresión en una de las cámaras y un vacío parcial en la otra. Si fuese esto posible, estaríamos ante una formidable fuente de energía inagotable. Esto parece violar flagrantemente la segunda Ley, si se acepta que cualquier flujo de calor lleva consigo incremento de entropía total del Universo. El demonio que hace fluir las moléculas desde el recinto frío al caliente, rebaja la entropía del frío en mayor medida que eleva la del caliente, disminuyendo la entropía del universo en su conjunto, lo que es imposible. Es curioso cómo un duendecillo imaginario como este ha hecho correr ríos de tinta y de autores de tanto renombre como el mismísimo Leo Szilard, creando encendidos debates sobre si viola o no la segunda ley. Parece que al final no puede violarla. Y para eso se acude incluso hasta al principio de incertidumbre (Bennet, 1988).
Esta introducción sobre demonios y la segunda ley viene al caso de algo que si bien, desde el punto de vista físico el Demonio de Maxwell puede ser una quimera, quizás no lo sea tanto desde el punto de vista biológico, en tanto que la esencia de la Vida, como hemos visto en el capítulo anterior, bordea muy seriamente la “legalidad” de la física. La segunda Ley sentencia que la entropía global del Universo crece siempre. Y en ningún caso puede disminuir. Caben por tanto dos únicos tipos de procesos, aquellos en los que la entropía crece y aquellos en los que se mantiene constante.  Los primeros se denominan procesos termodinámicamente irreversibles porque su inversión provocaría violación de la segunda Ley. Los segundos se denominan procesos termodinámicamente reversibles, en virtud de los cuales la entropía de un sistema disminuye si se realiza trabajo sobre él, pero ese mismo trabajo para mantener en niveles bajos la entropía provoca el incremento de entropía del entorno. (Atkins 1992)
Este comportamiento de los procesos reversibles es justamente el que ofrecen los seres vivos. Y la estructura que lo hace posible es una membrana semipermeable, capaz de mantener un constante desequilibrio iónico entre el interior y el exterior de la célula.




Ref. Guyton 1992.

A efectos prácticos, nuestro particular “Demonio de Maxwell”, tendría este aspecto.





Este es en esquema el aspecto de la membrana celular, una estructura lípido proteica semipermeable que posibilita el paso selectivo de materia, energía y información entre el exterior y el interior de la célula. No vamos a entrar en la descripción fisiológica de la membrana celular, auténtico invento de la Naturaleza que hace posible la vida; pero sólo decir que, gracias a ella, (que se comporta “mutatis mutandi” como un demonio que permite el paso de unas moléculas pero no de otras, y así mantiene un, - casi podríamos afirmar - espectacular desequilibrio entre el medio intracelular y el entorno) los seres vivos mantienen internamente un elevadísimo estado de orden, y un nivel de entropía controlado.

Parece “como si...” estuviéramos violando la Segunda Ley, sólo que este asombroso desequilibrio lo mantienen los seres vivos a costa de un considerable gasto de energía. No es cuestión de entrar en los detalles bioquímicos del asunto, tan sólo quedémonos con este concepto, de que algo sucede en los seres vivos que permite mantener respecto del entorno un bajo nivel de entropía, es decir, un elevado orden interno.
Y para ello, todos los seres vivos necesitan intercambiar con el entorno de modo constante, materia, energía e información.
Y para que eso sea posible, los sistemas vivos disponen, todos ellos de un conjunto de subsistemas que permiten realizar esta función  de mantenimiento de la vida. Esto es lo que vino a describir en su enciclopédica obra James G. Miller, publicada en 1978.

2.2.- Conceptos básicos de sistemas biológicos
    
Los seres vivos presentan una diversidad pasmosa. La gran cantidad de especies, de formas, de procesos vitales, hace pensar, a primera vista, que si algo les caracteriza, si algo les define y les diferencia del resto de la Naturaleza, es su diversidad. No hay dos seres vivos idénticos, se suele decir; y ciertamente no los hay. Sólo los gemelos univitelinos son los seres vivos que más pueden ostentar este calificativo.
Sin embargo, las investigaciones en biología han demostrado que, detrás de semejante diversidad, se esconde un proceso vital que obedece a un conjunto de leyes que se reducen en último extremo, a un proceso muy simple, pero con una potencialidad casi infinita, la codificación genética.
El código genético hace que todos los seres vivos sean en ultimo extremo, lo mismo, genes capaces de reproducirse y perpetuarse en nuevos seres.
Se está ante los dos extremos de un segmento que va desde la simplicidad y uniformidad del código genético, hasta la infinita diversidad de seres, formas,  procesos y organizaciones sociales.
En todo esto, hay quien le ha dado por pensar que, ni la biología es tan simple, ni tan compleja y diversa, que no pueda abordarse su estudio de una forma racional.
Sin embargo, lo que aquí se presenta es una forma de abordar la diversidad biológica de un modo sistemático, basándose en la Teoría de Sistemas.
James Grieg Miller, ha estado investigando esta forma de abordar el estudio de los seres vivos, bajo la perspectiva de los sistemas, y propone un esquema de pensamiento que, como herramienta intelectual puede ser válida para entender la vida en sus diferentes manifestaciones. Su tesis propone una sistemática de estudio que puede llegar a ser de una nitidez palmaria en unos casos, y en otros algo más turbia, pero en cualquier caso, no se puede negar que puede llegar a ser muy eficaz a la hora de comprender muchos aspectos de la vida que nos pueden parecer oscuros. (Miller 1-1978)
Este abordaje incluye los niveles de asociación de individuos, tanto animales, como humanos. En este último caso, es la Sociología la ciencia que se ve más identificada con esta Teoría de los Sistemas Vivos.
En resumen, Miller propone tres grandes principios. (Miller 2-1978)
El primero es la aceptación de la organización multinivel de los seres vivos en una escala de siete niveles:
      - La célula.
      - El órgano.
      - El organismo.
      - El grupo.
      - La organización.
      - La sociedad.
      - La sociedad internacional.
    
El segundo gran principio es la aceptación de las funciones básicas de los seres vivos en el sentido siguiente:
Un ser vivo, para poder serlo, tiene que disponer de componentes que sean capaces de cumplir una serie de funciones elementales, sin las cuales, la organización biológica que lo mantiene vivo, degeneraría hasta hacerle morir, bien como individuo, bien como especie. De hecho, el progresivo deterioro de estos componentes hace sobrevenir la vejez y al final la muerte.
El tercer gran principio es el concepto de ser vivo como sistema, asumiendo la definición formal de sistema como conjunto de elementos interactuantes. Este tercer principio obliga a asumir para la Teoría de Sistemas Vivos, los principios básicos de la Teoría General de Sistemas, ya descritos.
 La síntesis de estos tres principios se resume en:
 1.- Todo ser vivo a cualquier nivel de la escala referida, tiene como objetivo mantener una estructura interna altamente organizada, que le permite crecer, reproducirse, y relacionarse con el entorno. Esto se aplica también en los niveles sociales.
 2.- Para conseguir tal fin, necesita disponer de un conjunto de subsistemas que ejecuten un conjunto de funciones encaminadas a procesar materia, energía e información. Estos son los tres fluidos esenciales para la vida.
 3.- Los subsistemas biológicos se agrupan en tres clases.
  a) Los que procesan materia, energía. e información
           - Reproductor.
           - Cubierta.
    
      b) Los que procesan materia y energía
           - Ingestor.
           - Digestor.
           - Distribuidor.
           - Almacenador.
           - Productor.
           - Evacuador.
           - Motor.
           - Soporte estructural.
    
      c) Los que procesan información.
           - Trasductor de señal externa.
           - Trasductor de señal interna.
           - Canales y redes.
           - Decodificador.
           - Asociador.
           - Decisor.
           - Memoria.
           - Codificador.
           - Trasductor de órdenes.
    
De modo gráfico, tendríamos algo parecido a un ser vivo genérico representado en esta figura:





       4.- Los subsistemas que procesan materia y energía son los que componen la estructura casi completa del ser vivo. Están encargados de incorporar los nutrientes necesarios para poderlos convertir en energía para todo tipo de actividad, o en materia propia del propio ser vivo, así como la eliminación de residuos, y la conversión de la energía en función útil para la relación con el entorno, movilidad.
    
5.- Los subsistemas que procesan información permiten relacionarse adecuadamente con el entorno con el objetivo de detectar la fuente de materia y energía útil para sí mismo. Los componentes superiores del subsistema de información constituyen el elemento que da consciencia de sí mismo al ser vivo. En los niveles sociales el sistema de información es la base fundamental de la toma de decisiones y del mantenimiento de la cohesión organizativa.
     
6.- La vida de un sistema se basa en las relaciones entre los subsistemas que lo componen, tanto a escala estructural como funcional, y entre el sistema con su entorno. El tipo fundamental de relación se establece sobre la base del circuito de retroalimentación ("feed-back").
    
7.- Todo ser vivo como ente pasa necesariamente por las fases de nacimiento, crecimiento, madurez, deterioro y muerte. Todas estas fases se dan inevitablemente.
    
8.- A lo largo de la vida surgen crisis en el sistema, pérdida del estado estable superables unas veces y otras no. Este fenómeno se denomina "patología".
    
9.- La perpetuación en el tiempo se produce generando nuevos seres vivos más adaptados a nuevas circunstancias, capaces de sobrevivir y de mejorar sus características ante nuevas circunstancias. Esto es la evolución.
    
10.- Los sistemas vivos son susceptibles de ser modelizados y simulados con ayuda de modelos formales.
    
Estas diez características con perfectamente conocidas todos aquellos que trabajan con organismos vivos, desde los biólogos hasta los sociólogos, pues así se comportan todos los seres vivos, todos los sistemas biológicos.


célula
Tejido
órgano
organismo
grupo
organización
sociedad
Subsistemas que procesan materia, energía e información







Reproductor
*
*
*
*
*
*
*
Cubierta
*
*
*
*
*
*
*
Subsistemas que procesan materia y energía







Ingestor
*
*
*
*
*
*
*
Convertidor
*
*
*
*
*
*
*
Distribuidor
*
*
*
*
*
*
*
Almacenador
*
*
*
*
*
*
*
Productor
*
*
*
*
*
*
*
Motor
*
*
*
*
*
*
*
Evacuador
*
*
*
*
*
*
*
Soporte
*
*
*
*
*
*
*
Subsistemas que procesan información







Traductor de señal externa
*
*
*
*
*
*
*
Trasductor de señal interna
*
*
*
*
*
*
*
Canales y Redes
*
*
*
*
*
*
*
Decodificador
*
*
*
*
*
*
*
Memoria
*
*
*
*
*
*
*
Asociador
*
*
*
*
*
*
*
Decisor
*
*
*
*
*
*
*
Codificador de señal externa
*
*
*
*
*
*
*
Trasductor de salida
*
*
*
*
*
*
*

Esta tabla sólo quiere hacer notar que todos y cada uno de los niveles de seres vivos disponen, de una forma o de otra de todos y cada uno de los subsistemas críticos. Sin uno solo de ellos, la vida de ese sistema sería imposible.
    
Un viejo aforismo médico afirma que “la función crea al órgano”. Significa que las estructuras que observamos en la Naturaleza y en las organizaciones humanas no están diseñadas al azar; no son fruto de la casualidad. En los tres mil millones de años de evolución de la vida en la Tierra, la Naturaleza ha dado pasos decididos con un único fin, perpetuar la vida. Y vemos que para conseguir que un sistema se mantenga autónomamente vivo, necesita inexorablemente disponer de una serie de elementos que ejecuten una serie de funciones, tales como ingerir alimentos, transformarlos en combustible orgánico capaz de poder ser quemado para conseguir la energía suficiente como para, primero crecer y desarrollarse, segundo mantener sus estructuras y reponer los tejidos o elementos que el uso hace que se deterioren. Tiene que deshacerse de lo que le sobre, eliminar la entropía que genera todo este trabajo, y debe ser capaz de poder moverse para buscar alimento y defenderse de los que le consideran a él como alimento. Y debe poder recibir señales del exterior y actuar a voluntad, etc. Es decir, nada en estos diecinueve subsistemas críticos está colocado al azar.
Si pasamos esta reflexión a las organizaciones humanas, veremos a lo largo de este libro, cómo de alguna forma todos para cumplir nuestra función como integrantes de una organización más o menos grande o pequeña, participamos de estas diecinueve funciones. En suma, los subsistemas de Miller no son una invención del autor, sino una deducción lógica de la detenida observación de la Naturaleza.

Por tanto, cualquier organización debe mantenerse a sí misma como un sistema. Y todo sistema y subsistema consta de elementos que forman parte de su estructura, e interactúan entre sí y con el entorno en actividades en la que se utiliza, bien materia, energía o información, denominadas en su conjunto "procesos".
Tanto la estructura como los procesos tienen una forma de ser cuantificadas y valoradas por las organizaciones humanas, y es sobre la base de lo que otros son capaces de sacrificar por conseguir dichos bienes. Son las unidades de valor traducidas en dinero.
Vamos ahora a repasar con cierto detenimiento las características estructurales y funcionales de cada uno de los diecinueve subsistemas críticos, para darnos cuenta de qué significa la palabra “isomosfismo”, y ver que comparando los subsistemas críticos de los organismos biológicos individuales y las organizaciones humanas, ambos disponen de los mismos elementos y que estos en los dos casos cumplen la misma función.
    

2.3- Subsistemas que procesan materia, energía e información

2.3.1.- Reproductor.
Todo sistema  ha de ser capaz de, potencialmente, conseguir generar una copia de sí mismo, si posee recursos suficientes para ello. Esto se traduce en generar un nuevo sistema como un todo completo y autónomo, aunque en los primeros estadios depende de alguna forma de los progenitores. Salvo en los individuos partenogenéticos, la reproducción es sexuada, requiere la intervención de dos individuos de ambos sexos. En las organizaciones la capacidad reproductora se basa en el potencial económico y en las habilidades de equipos (grupos) adiestrados para abrir mercado.
2.3.2.- Cubierta.
Todo sistema biológico dispone de unos límites que le separan del exterior. El gran invento de la Naturaleza ha sido la membrana celular, capa semipermeable que protege y a la vez permite el intercambio con el exterior de materia, energía e información selectiva. En organismos pluricelulares esta capa es el exoesqueleto o la piel. En las organizaciones humanas y animales esta capa es uno de los subsistemas más interesantes y complejos, pues en él se incluyen la seguridad y vigilancia exterior, no sólo física, sino también informativa, y los canales de entrada y salida de materia y energía. Son componentes físicos tales como barreras y humanos como los vigilantes.
El proceso de vigilancia controla el acceso de materia, energía e información autorizada, e impide todo aquello considerado como intruso o perjudicial.
El sistema inmunológico es otro de los componentes del sistema cubierta, pues está diseñado para mantener una continua vigilancia interna ante cualquier intruso, reconocido  como tal, desarrollando hacia él los denominados anticuerpos. El equivalente social es la policía y el sistema judicial.
Por otro lado, criterios tales como la política de compras, planificación de adquisiciones, contratación de personal, fuentes de financiación son ejemplos de procesos concebidos desde los órganos de dirección, pero ejecutados desde el "subsistema  cubierta".
2.4.- Subsistemas que procesan materia y energía
Según Miller, todo sistema vivo posee una estructura que es capaz de procesar materia y energía por una parte, y por otra información sobre el entorno y los procesos internos de materia y energía a fin de regular estos y adaptarlos a las circustancias externas e internas. El conjunto de subsistemas que procesan materia y energía constituye los centros de actividad "per se" de la organización, o bien la "linea de producción".







2.4.1.- Ingestor
El subsistema ingestor es el que permite la incorporación de materia y energía del exterior al interior del sistema, una vez pasados los controles de seguridad al acceso efectuados por los elementos del "subsistema cubierta".
Constituyen los elementos de este subsistema los orificios de entrada, la boca, garganta y esófago, así como los orificios respiratorios por donde los seres vivos incorporan el alimento, el agua y el aire, imprescindibles para vivir. En las organizaciones estos elementos los constituyen el personal y elementos materiales de recepción de clientes, de material (muelles), tomas de combustible, y el personal que efectúa dichas operaciones.
Las organizaciones especializadas en este proceso son las enmarcadas en el sector primario, minería, pesca, agricultura; aquellas que extraen de la Naturaleza la materia y energía para incorporarlas al sistema productivo de la sociedad como suprasistema.
Básicamente el proceso es de transporte de fuera a dentro. En este paso, se produce una primera acción sobre los materiales, la energía o el personal. El proceso ingestor en los seres vivos tiene una primera fase de trituración del alimento en la boca, y una fase de transporte por deglución hasta la siguiente cavidad equivalente al estómago, pero este elemento pertenece al digestor o convertidor. En el caso de las organizaciones humanas, el proceso de incorporación al sistema implica la recepción de las mercancías, firma de albaranes y primer transporte al siguiente elemento, que bien puede ser el subsistema convertidor o almacén. En el caso del personal éste ha de ser afiliado, recibir una determinada información y formación respecto de su cometido en la organización. Los clientes han de ser canalizados hacia los lugares donde recibirán el servicio concreto. Y el material ha de ser introducido según un determinado proceso con un orden concreto, y con una determinada cadencia que se puede analizar con las técnicas de tratamiento de las colas.
Si se produce saturación de entrada, ha de activarse algún tipo de proceso y dispositivos capaces de tratar las listas de espera que se generen.
2.4.2.- Distribuidor
Es el subsistema que permite el establecimiento de rutas de comunicación y desplazamiento de materia y energía por el interior de la organización de todos aquellos materiales, personal y elementos energéticos entre los diferentes subsistemas.
En los seres vivos individuales y las organizaciones, los procesos tienen una descripción básicamente lineal, algo entra en cada proceso como materia prima o energía utilizable, y algo sale de ella como materia elaborada o residuos. Siempre habrá que llevar algo a alguna parte del sistema. Esta función ha generado la ciencia de la logística.
Como elementos distribuidores, los individuos vivos disponen de tubos tales como el propio tubo digestivo, aunque en sí mismo como veremos es subsistema ingestor – convertidor – evacuador, la red de arterias y venas y los canales linfáticos, y la red bronquial preferentemente.  En las organizaciones, se dispone de elementos físicos y humanos. Como elementos humanos tenemos a los conductores, celadores, y en general todos aquellos que manejan algún tipo de vehículo o dispositivo de transporte interno. También aquellos trabajadores que mantienen operativas las instalaciones de distribución. Como instalaciones físicas tenemos los ascensores, conductos de combustible líquido, gases, redes eléctricas, cintas de transporte.
En los individuos los sistemas de transporte están vehiculados básicamente por la sangre, que bombeada por el corazón, llega a todos los confines de los tejidos y células del organismo. Al alcanzar el nivel tisular, la red se atomiza en infinidad de vasos denominados capilares donde se establece el intercambio de nutrientes y de oxígeno, así como se incorporan al canal los residuos de la combustión celular. En las organizaciones el mantenimiento de la circulación de los diferentes elementos motores a través de las vías de comunicaciones internas. La distribución de materia y energía requiere la conversión en trabajo de cierta cantidad de energía. Tanto más importante es este proceso cuanto más extensa es la organización, más centros de actividad y personal se mueve dentro de ella.

2.4.3.- Convertidor
En principio, las entradas de materia y energía en una organización precisan una determinada transformación para que puedan ser utilizadas en los usos de producción interna. En los individuos el proceso convertidor está a cargo del tubo digestivo. En él, los alimentos son digeridos y transformados por la acción de los jugos gástricos y de los fermentos pancreáticos e intestinales y los ácidos biliares en los principios inmediatos elementales, hidratos de carbono, lípidos y aminoácidos (los elementos constituyentes de las proteínas), que sólo así podrán ser absorbidos por las vellosidades intestinales y pasar al torrente circulatorio. En las organizaciones el elemento convertidor se da como ejemplo claro en las centrales térmicas que transforman los combustibles primarios (petróleo, carbón, agua, energía nuclear) en electricidad, o bien los Altos Hornos que transforman los minerales en metales útiles para su proceso posterior de fabricación de bienes de equipo o consumo.
Es justamente este subsistema el que más ha favorecido la división del sector productivo industrial en dos subsectores, el primario, que convierte la materia prima en materia elaborada, capaz de ser procesada en el sector secundario, para obtener bienes de equipo y bienes de consumo. En muy raro, que como tal una empresa tenga elementos convertidores “stricto sensu” dentro de su sistema. Acaso, los grandes  hospitales y otras empresas de importante tamaño, incorporan  una central térmica para autoabastecerse. Pero es cada vez más raro.
En cualquier caso, a falta de disponer por simple criterio de economía de escala, de un elemento convertidor tal cual, como sucedáneo, podemos admitir con una cierta licencia, que todas aquellas funciones destinadas a “preparar” los inputs materiales para el proceso productivo, se podría considerar como elemento convertidor. Por ejemplo, si al servicio de farmacia se recepciona los medicamentos en cajas de 1000 comprimidos, así de esta forma no se puede llevar a los pacientes hospitalizados; el personal de farmacia tiene que desembalar la mercancía, colocarla en estantes, disponerlas en cajas dispensadoras y preparar los carros de dosis unitarias en función del pedido individual de cada planta. Ese proceso “convierte” una entrega en  una salida lista para entrar en el proceso productivo del hospital, que es el tratamiento, en este caso farmacológico de los pacientes. El fármaco, como tal no ha sido transformado, pero sí de alguna forma adaptado en sus condiciones externas para la administración.
2.4.4.- Productor
Es el subsistema que establece la asociación estable que relaciona las entradas de materia y energía utilizables, y el objetivo final de la organización que es la generación de "outputs", bien sean materiales para el crecimiento, reparación de daños o provisión de energía para el movimiento autónomo del sistema. El resultado de este subsistema se valora en la propia supervivencia del sistema, pues digamos que todo lo demás gira en torno a éste, que es el que realmente añade valor final a la cadena. En el caso de las organizaciones, el resultado de este subsistema da origen a los bienes y servicios que tras su venta generarán la facturación final de la organización, y con ello la capacidad económica de incorporar más materia, energía e información para mantener la actividad y la vida de la organización.
El subsistema productor es el "núcleo" de la organización como fuerza laboral de bienes para la sociedad.

En lenguaje empresarial el subsistema productor es el que soporta en las empresas de bienes lo que se suele denominar “proceso principal o troncal”,  el núcleo central del negocio, aquel que le confiere su identidad y su razón de ser, el que nadie puede hacer por él, y que no puede delegar en terceros, sin dejar de ser prescindible para el suprasistema en el que está integrado. “Sensu stricto”, el proceso troncal es aquel que participa de forma definitiva en la cadena de valor de la organización.
El resto de los subsistemas de la organización ejecutan respecto de este,  “procesos de apoyo o de soporte” a todos aquellos que coadyuvan en el servicio a realizar su proceso estratégico, como por ejemplo, los procesos internos de mantenimiento y chequeo de aparatos y material, de transporte, de  vigilancia, etc.
El proceso troncal o fundamental en los organismos vivos es, sin lugar a dudas, las rutas del metabolismo intermediario, aquellas que transforman los principios inmediatos a través de las rutas de la glucólisis, hélice de Linnen, ciclo de Krebs y cadena respiratoria, en moléculas denominadas ATP (adenosín trifosfato), unidades energéticas básicas del organismo, y el proceso anabólico de síntesis protéica. Todo esto se ejecuta en el horno celular. En realidad todo el organismo está al servicio de los millones o billones de células que lo componen.(Leninger, 1972)

2.4.5.- Almacenador de materia y energia
Este subsistema lo componen los diferentes dispositivos que permiten el almacenamiento de reservas de material y energía en diferentes periodos de tiempo.
Existe un almacén de materia o de energía siempre que el flujo de suministro sea discontinuo. Si en suministro está garantizado permanentemente, puede que no sea coste efectivo mantener almacenes, pues esta función puede llegar a requerir un importante consumo energético.
Así, por ejemplo, en los organismos individuales, se dispone de almacenamiento de nutrientes en forma de una molécula de azúcar denominada glucógeno, que cuando es necesario, el organismo puede tirar de ella y obtener glucosa que es el hidrato de carbono esencial en el metabolismo. También la capa de grasa supone un considerable almacenamiento, no de energía, esto es falso, sino de combustible capaz de ser transformado en energía mediante las rutas metabólicas. En último extremo, el propio músculo si fuese preciso podría literalmente “quemarse” si no quedara otro remedio; luego en cierto modo es también un “almacén de reservas”. Y todo esto se produce porque la función de ingestión no es continua. No estamos comiendo continuamente, sino que repostamos con cada comida, pero pasan horas, o a veces días sin volver a comer, porque la fuente de alimento, la Naturaleza lo sabe muy bien, no está disponible siempre, hay que buscar y cazar, y la presa tiene que dejarse cazar y en cualquier caso el depredador ser más sagaz que la presa. Sin embargo, no tenemos un almacén de aire en nuestro interior, porque estamos facultados para ingerir permanentemente oxígeno del aire, luego por razones de coste oportunidad no parece demasiado útil disponer de un almacenador de aire, que por otra parte supondría serios problemas de ingeniería biológica. A cambio, no podemos estar más de treinta segundos sin respirar, pues nos asfixiaríamos y moriríamos.
Del mismo modo, en las organizaciones los almacenes existen siempre que el flujo de entrada es discontinuo, pero la actividad interna es continua. Si el flujo es continuo, y la función no es crítica, no es necesario disponer de un almacén. Es el caso del suministro de agua, luz o gas natural. Ningún edificio dispone de algibes o acumuladores de energía, salvo que se tenga experiencia de prolongados cortes de suministro eléctrico o de agua, con el consiguiente perjuicio para los habitantes del inmueble, o porque se realicen funciones que no pueden parar a pesar de los cortes, como los hospitales, laboratorios de alta tecnología, industrias, etc.
Los almacenes en los organismos individuales suelen ser depósitos tisulares de grasa, glucógeno, agua de los tejidos. En las organizaciones  suelen ser naves y locales preparados para tal fin, así como tanques de combustible, o acumuladores eléctricos.
El proceso de almacenaje consiste en la dinámica de entradas, almacenamiento y salidas de almacén, según una determinada demanda y flujos de entrada y salida. Este proceso se trata mediante en análisis de colas.
2.4.6.- Evacuador
Este subsistema tiene como misión dar salida del sistema a la materia y energía, tanto en forma de productos elaborados o de residuos o productos de desecho, o nocivos.
Es importante tener en cuenta que este subsistema tanto está encargado de eliminar residuos como de dar salida a productos terminados. En una palabra, es el encargado de generar los flujos de salida de materia y energía de los organismos individuales o de las organizaciones hacia el entorno, bien sea estos productos terminados (listos para la venta) como productos de desecho. En ambos casos, de alguna forma, el subsistema evacuador permite eliminar entropía interna hacia el entorno. De no ser así se produciría un fenómeno de tesaurosmosis, o almacenamiento masivo de productos, tanto de desecho como elaborados que terminarían por paralizar, en el primer caso por efecto tóxico y en el segundo por bloqueo, todo el tejido productivo de la organización.
En el caso de los organismos individuales, el subsistema evacuador participa de tres “aparatos”, el respiratorio, pues son las mismas vías aéreas que inhalan oxígeno, las que expulsan el CO2. El tupo digestivo en su extremo final elimina las emunciones resultado de la digestión. Pero mientras estos dos subsistemas orgánicos participan de la función de evacuación, el subsistema que “per se” cumple esta función es el gran depurador del organismo, el riñón y las tuberías y depósitos de desagüe de la orina.

En las organizaciones, el proceso con los residuos materiales y energéticos implica todo un dispositivo que canaliza su evacuación utilizando instalaciones destinadas a tal fin, personal formado a tal efecto, y con un proceso de tratamiento orientado a, 1º que no se almacene más tiempo que el necesario ni se acumule en exceso, y 2º que no contamine mezclándose con materia y energía utilizable. El problema no es baladí. Nueva York genera entre 25.000 y 40.000 toneladas diarias de basura.
Hay un proceso particularmente interesante en las organizaciones que es la eliminación de personal. Como quiera que es un asunto que afecta a los trabajadores,  comporta todo un cuerpo de legislación relacionado con el régimen laboral y motivos de rescisión de contratos y despidos, con un proceso eminentemente legal orientado a conseguir dar salida a excedentes laborales, o personal "non grato" para la organización.
El proceso de eliminación de productos terminados es el sistema de ventas de la compañía. Intimamente ligado con el sistema de información, el proceso de salida de productos para la venta constituye el último escalón del aparato productivo, por el cual es posible la facturación, y a cambio los ingresos económicos que permitirán el mantenimiento y crecimiento de la organización. El proceso de salida de clientes atendidos es propio de todas las empresas de servicios. En este caso, la decisión de la compra del producto "servicio" ha sido a priori. No es el subsistema evacuador el que consigue la venta, sino el "ingestor" de clientes. En este caso, el proceso es la facturación final del servicio, y el proceso que permite la salida del cliente atendido de la organización.
Pero ¿qué vende un organismo individual a la Naturaleza? La venta es una función por la cual del trabajo del sistema se beneficia el propio sistema, pues obtiene recursos para seguir viviendo, pero también se beneficia otros sistemas, que de alguna forma utilizan los productos y servicios de la primera para mantener sus funciones vitales.
Aquí es donde podemos hacer referencia a la cadena alimenticia, y a los sistemas de simbiosis de la Naturaleza. Los vegetales “venden” a los herbívoros sus frutos y hojas para que estos se puedan alimentar, a cambio los herbívoros venden sus excrementos que las bacterias nitrificantes convierten en abono natural como nutrientes de las plantas. Los herbívoros “venden” (qué remedio) a los carnívoros sus propios cuerpos para que estos se nutran y sobrevivan. De alguna forma, el ciclo del carbono se cierra cuando los restos de todos los seres vivos vuelven a la tierra, y los microorganismos del suelo los vuelven a procesar para convertirlos en nutrientes del humus vegetal. Caso a parte son los acuerdos simbióticos, donde  se establecen relaciones de convivencia más o menos estrechas u obligadas entre organismos diferentes, plantas de especies distintas, animales pertenecientes a diversos grupos o entre animales y plantas. En este estado de mutualismo el grupo de simbiontes proporciona ventajas recíprocas. Si la simbiosis es puro comensalismo, uno sólo se beneficia, pero el otro no se perjudica al menos. Son ejemplos de simbiosis, la asociación alga y hongo, cangrejos y esponjas, bacterias de las leguminosas y las raíces de estas plantas. El ejemplo de comensalismo es el conocido de los tiburones y los pececillos mondadientes; estos se sacian de los restos de comida que se le acumulan al tiburón tras su banquete, aunque este no reciba nada tangible de estos peces, salvo mantener su boca limpia.
    
2.4.7.- Motor
    
Es el subsistema que mueve al organismo individual o a la organización, físicamente, o parte de ella en relación con el entorno. En los organismos vivos el motor es el músculo. En una organización como es un buque o un avión, el motor, claramente se identifica con las turbinas motrices. En cualquier otra organización el motor lo constituye el parque de vehículos que físicamente permiten el desplazamiento de parte de la organización a diferentes lugares.
Como en otros subsistemas, existen organizaciones especializadas en este tipo de actividad, que son las empresas de transporte, especialmente las de mudanzas, tanto públicas como privadas.
Estructuralmente lo constituyen el conjunto de recursos físicos y humanos que posibilitan el desplazamiento en todo o en parte de la organización. Conductores, vehículos y dispositivos de despliegue logístico.
El subsistema motor supone la expansión o desplazamiento de la organización a nuevos lugares. Existen organizaciones que a penas utilizan o siquiera tienen elementos motores, mientras que en otras es un componente importante, como por ejemplo las que han de ser capaces de efectuar un despliegue de recursos en situaciones imprevistas, evacuaciones, etc. Por ejemplo, el parque de bomberos de una ciudad, o las organizaciones sanitarias.
    
2.4.8.- Soporte
    
Es el subsistema estructural básico. Mantiene la adecuada relación espacial entre los diferentes componentes de la organización, de modo que las relaciones funcionales y las diferentes interacciones son las adecuadas. En los organismos individuales constituyen este subsistema el esqueleto y el tejido conjuntivo. En las organizaciones la estructura de soporte está constituida por el conjunto de elementos inmuebles de la organización, edificios fundamentalmente.
No se produce como tal un proceso activo, sino la adecuada disposición espacial de los elementos funcionales, incluida la red del subsistema distribuidor, de modo tal que el resto de procesos activos de la organización se pueda efectuar sin que se produzcan interferencias no deseadas, ni desplazamientos innecesarios.
Parece como si sólo fuesen estructuras fijas, sin vida. Gran error. En los seres vivos, están en constante proceso de remodelación, con un proceso de destrucción de las células óseas y cartilaginosas mediante unas células dedicadas a esta función, los osteoclastos y condroclastos, paralelo a otro proceso de neoformación mediante los osteoblastos y condroblastos, células madres de los tejidos de soporte.
Lo mismo sucede con los edificios e instalaciones, que están sometidos a un constante proceso de reformas por deterioro o pérdida de funcionalidad, y de rediseño mediante los denominados planes directores.


2.5.- Subsistema de Información
    
Según los trabajos de Miller, todo ser vivo dispone de un subsistema de información capaz de relacionarle con el entorno, responder a estímulos, adaptarse a nuevas circunstancias, y controlar de forma más o menos autónoma todos los procesos internos soportados por los subsistemas que procesan materia y energía.
En el contexto de la Teoría de los sistemas vivos, Sistema de Información engloba todos los recursos de que dispone un sistema vivo para capturar, procesar, almacenar y emitir información.
En el entorno de las Organizaciones, actualmente se suele identificar Sistema de Información con Sistema Informático; siendo esto erróneo, dado que éste es sólo una parte muy pequeña de aquel, que es capaz de procesar con el apoyo de los ordenadores  una determinada información, previamente analizada y estructurada, y considerada como muy relevante para el control interno de la actividad y el conocimiento del entorno.
Los sistemas de información constan de tres elementos fundamentales. La rama aferente de información, que corresponde en los organismos individuales con las fibras sensitivas, la rama eferente, que corresponde con las neuronas motoras, y los elementos de asociación, memoria y decisión, que básicamente corresponde al cerebro.









Por rama aferente hay que entender todo aquello que permite captar datos de la realidad interna y externa al individuo o la organización, transmisión, almacenamiento y procesado hasta convertir estos datos en información útil. Por rama eferente hay que entender todo aquello que permita ejecutar las órdenes tomadas “como consecuencia” – y esto es lo más importante -, del proceso de evaluación análisis, contraste de la información con los objetivos definidos y toma de decisión. El elemento que conecta la rama aferente con la eferente se denomina “decisor”, es decir, la persona (o la región cerebral) que tiene la responsabilidad de tomar decisiones respecto de la parcela de la organización que tiene asignada, o del estímulo externo que recibe. Si bien la rama aferente en las organizaciones humanas puede ser estructurada en función de un sistema informático y una red de comunicaciones, y la rama eferente, una vez tomada la decisión se puede más o menos protocolizar, el elemento visagra es en los Sistemas de Información, el ser humano.

2.5.1 Trasductor de entrada de señales externas.
    
Es el subsistema sensorial que es capaz de captar información del entorno.
    
En los organismos individuales estos trasductores son los sentidos, vista, oído, olfato, gusto y tacto. En las organizaciones incluye los servicios de inteligencia, centinelas, y en general observadores del entorno. Como tal,  trasductores de señal externa lo son todos los dispositivos de rastreo del entorno. Personas e instrumentos, desde cámaras de televisión, radares, sonares, antenas de radio y TV, estaciones meteorológicas, teléfonos y terminales conectadas a redes informáticas externas. En general todo aquello que sea capaz de recoger información del exterior.
    
La función de trasducción puede ser eminentemente humana, La escritura de un dato anotado en un impreso, o un mensaje telefónico, o la percepción visual. También puede ser automática, tal como el registro de temperaturas, de señales radar, etc.
Todas las organizaciones necesitan dinero o crédito. En la actualidad, las organizaciones funcionan en todo el mundo con transacciones electrónicas sobre el dinero, no con dinero en sí. Los pagos y cobros son transacciones que manejan información.
El proceso de captura de información externa es vital. De la misma forma que es imposible la vida sin la capacidad de captar señales externas que permitan a los seres vivos saber de dónde viene la amenaza, o dónde está el alimento o el agua, de igual forma no se puede competir en el mercado si no se conoce cual es la posición relativa de la empresa respecto del resto de competidores, ni dónde están los potenciales clientes, por poner un ejemplo de la vida diaria en el duro trabajo de mantener una empresa a flote.
      
2.5.2.- Trasductor de entrada de señal interna
  Es el subsistema que registra los datos relativos al comportamiento de los elementos internos del organismo individual o de  la organización. Los seres vivos, en concreto los vertebrados han desarrollado sistemas nerviosos vegetativos denominados sistema simpático y sistema parasimpático o vagal, que son los encargados de captar las señales internas que se producen en el interior del organismo, de esta forma se regula la presión sanguínea, los niveles de oxígeno y de CO2, los movimientos peristálticos del tubo digestivo, la frecuencia respiratoria, etc. El sistema endocrino es también un sistema de información, en el que los receptores hormonales cumplen la función de trasductores de señal.
En el caso de las organizaciones, los sistemas de información disponen de dispositivos que “registran” la actividad, el consumo de recursos, la casuística de eventos que se producen, los fallos y errores, y en general todo tipo de información que permite llevar a cabo una adecuada administración y gestión. Cada sección o departamento de una organización es responsable de cumplimentar informes internos sobre la actividad desarrollada. Cualquier persona de la organización a través de una conversación puede captar información útil, y se comporta como un trasductor de señal interna.
Está claro que englobando semejante disparidad de tipos de trasductores, se está incluyendo en un mismo subsistema tanto la información formal y la informal.
Justamente, lo que se realiza al efectuar un análisis de sistema de información es centrarse en el estudio de la información formal, estructurada, captada por trasductores identificables y determinados previamente.
Los mensajes de información captados pueden ser de tres tipos:
- Mensajes en código alfa. Son imágenes, actitudes, percepciones simbólicas.
- Mensajes en código beta. Es el mensaje verbal estándar.
- Mensajes en código gamma. Es el mensaje cifrado en un código sólo legible por y para la propia organización.
En código alfa se perciben situaciones tensas, problemáticas, distendidas, e incita a intuir cómo van las cosas. Esta percepción genera en el trasductor sentimientos y percepciones subjetivas que pueden distorsionar el mensaje recibido.
En código beta se percibe en mensaje directo hablado o escrito, cuya interpretación es directa.
En código gamma se percibe información codificada para uso interno de la organización, datos clasificados por categorías, y más allá, estructurables en registros informáticos. Es la información más estructurada y la que es susceptible de ser tratada por el sistema informático.
El proceso de captura de datos puede llegar a provocar el rebosamiento y la saturación "information input overload". Razón por la cual es necesario definir filtros de entrada para no saturar ni perturbar el sistema de información con datos innecesarios, tanto más cuanto más estructurado esté.
    
2.5.3.- Canales y redes “CyR”
    
Es el subsistema compuesto por las rutas simples o redes de interconexión múltiple donde la información puede ser transmitida a los diferentes nodos del sistema nervioso del individuo o de  la organización.
Los "CyR" conectan absolutamente todos los elementos componentes de una organización y de un individuo. La deprivación sensorial termina por necrosar la zona aislada. De hecho la sensación de dolor no es un castigo de la Naturaleza, sino una defensa consciente contra los fallos y las perturbaciones del sistema. Tanto es así, que si no supiéramos que sentimos dolor si sometemos al cuerpo al riesgo de un trauma, terminaríamos seriamente dañados sin ser conscientes del problema. Un viejo aforismo, o afirmación en Medicina es el concepto de salud como “el silencio de los órganos”. Sabemos que cuando no sentimos ningún dolor o molestia, en principio y por defecto y mientras no se demuestre lo contrario, todo va bien, estamos sanos. Sabemos además hasta qué punto estamos desprotegidos al ser conscientes de que determinadas enfermedades, en sus primeros estadios son silentes, asintomáticas, y sólo cuando dan la cara y nos enteramos es cuando ya, acaso es demasiado tarde; véase el cáncer. De la misma forma, un elemento aislado termina muriendo para esa organización, y una organización que no estructura sus canales de información, como veremos más adelante en los próximos capítulos, corre el riesgo de dejar que el sistema tome el mando de modo inercial. Cuando esto sucede, más tarde o más temprano, se producirá el fallo sistémico.
Los "CyR" son estructuras extremadamente complejas y de características únicas y propias de cada organización, dependiendo del escalonamiento de la estructura orgánica y funcional.
Están íntimamente relacionadas con la estructura del subsistema decisor, pues en función de esta estructura se establecen las redes de información formal u oficial; esto con independencia de las redes de información que se establecen en sentido lateral a raíz de la generación de grupos informales que en ocasiones pueden suponer auténticos poderes fácticos internos.
En los individuos, los CyR son las terminaciones nerviosas de las neuronas sensitivas y sus neuritas, que en los vertebrados tienen una estación en los ganglios espinales, donde conectan con las neuronas sensibles que continúan la transmisión de la señal hasta el cerebro, salvo en el caso de los arcos reflejos, reacción inconsciente que se produce como reacción a una amenaza extrema. El ejemplo es la reacción refleja instantánea de retirar la mano de una superficie muy caliente. La orden de retirada no pasa por el cerebro, son los propios ganglios espinales que ante la intensidad de la señal derivan ésta por la vía refleja secundaria hasta conectar con la neurona motora que ejecuta sin consultar con el cerebro, la orden de retirar el cuerpo, en este caso la mano, del peligro.






En el caso del sistema endocrino, la sangre es el subsistema de red que transporta las diferentes hormonas.
En las organizaciones, a un nivel de estructura mayor se encuentran las redes físicas telefónicas e informáticas. Estas últimas soportan el nivel más estructurado de información. Por los "CyR" discurren gran cantidad de información y de muy diferentes tipos. Por las redes formales circulan documentos oficiales y registros informáticos definidos. Por las redes informales pueden circular cualquier tipo de mensaje.

2.5.4.-Decodificador
Es el subsistema que altera el código de entrada en otro de uso interno y privado para la organización, imprimen un significado comprensible a la señal recibida.
Se incluyen los decodificadores profesionales, criptógrafos, oficiales de señales, radaristas, telegrafistas, técnicos estadísticos, economistas, analistas. En los organismos individuales, la decodificación se produce en el mismo momento que el sensor interno o externo capta la señal, y mediante unas estructuras denominadas sinapsis, esta señal se transforma en impulsos eléctricos denominados potenciales de acción, que son transmitidos por las terminaciones sensibles hacia el sistema nervioso central. Este código de señales es el que nos permite entender el mundo exterior, y controlar nuestro propio cuerpo de modo automático.
En las organizaciones la decodificación posibilita la agregación de datos estadísticos y su posterior examen que permite conocer una realidad concreta es un proceso de decodificación. En los sistemas informáticos existen varios decodificadores. El propio terminal decodifica la señal del teclado en caracteres binarios comprensible por la C.P.U.
Se trata de convertir pues, todas las señales en código de uso interno entendible por la organización.
Tarea interesante es transformar el código alfa y beta en código gamma, útil para el uso interno. Las actitudes de la gente, las posturas, el clima laboral, los mensajes ambiguos, etc, tienen una carga de profundidad tremenda. Dicen lo que no dicen, las calladas que otorgan, los silencios reveladores, el lanzamiento de rumores, etc. Todo eso es a veces mucho más importante en el momento de tomar decisiones, que la información en claro.
2.5.5.- Asociador
Este subsistema supone la segunda parte de la labor del decodificador. Es el subsistema que interrelaciona y establece asociaciones entre informaciones procedentes de diferentes subsistemas o del exterior, y establece conclusiones y relaciones permanentes entre ellos, y relaciona a su vez la información decodificada que recibe con la almacenada en memoria. Supone la primera fase de cualquier proceso de aprendizaje. La experiencia se adquiere mediante el funcionamiento de este subsistema.
Estructuralmente el asociador se encuentra disperso en toda la organización, allí donde es necesario saber establecer asociaciones para una posterior toma de decisiones. Es más una capacidad de los diferentes miembros, que un subsistema como tal. Pero su presencia es imprescindible para el desarrollo de la organización. Formalmente los gabinetes de los altos cargos son su subsistema asociador, pues de ellos resulta las alternativas de decisión a tomar, se supone que analizadas todas ellas, y evaluadas las consecuencias inmediatas y futuras. Más tarde veremos que en esta función está la clave de los grandes errores de comportamiento de las organizaciones, pues del inadecuado análisis de las situaciones y de la torpe evaluación de las consecuencias se producen decisiones que materializan los denominados “arquetipos de comportamiento sistémico”, que trataremos en el capítulo ocho.
En los organismos individuales, ésta es la reina de las funciones. Radicada en la corteza cerebral, la asociación de señales, conjugada con las señales de memoria, producen nuevas conexiones corticales, y reforzamiento del aprendizaje. En suma, estamos ante la suprema acción de pensar y de aplicar el supremo don de la inteligencia.
Lógicamente esta actividad en los organismos inferiores es mucho más sencilla y refleja, tanto más sencilla y refleja cuanto más descendamos en la escala evolutiva.
Se forma una nueva asociación a un item de información cuando la respuesta a dicho item o similar es alterada respecto de la que se daba previamente, es decir, si a un mismo estímulo la respuesta dada habitualmente varía de forma significativa, en función de una asociación entre ese item y nuevos datos. Las asociaciones son más permanentes cuanto más precozmente se establecen en la vida de un sistema.
El asociador es el subsistema que permite la adaptación de toda la organización a nuevas circunstancias. Esta capacidad es vital para sobrevivir. Las empresas de gran tamaño son extremadamente lentas en su capacidad de adaptación, por lo general, y ello les imprime una gran rigidez en su comportamiento. Hablamos por ello de inercia institucional, que puede ser abrumadora sobre todo en el aparato del Estado e instituciones públicas. Bien es verdad que la inercia es una función directamente proporcional a la complejidad y dimensión de la organización, así como también tiene mucha relación con la flexibilidad del decisor, como luego veremos.
2.5.6.- Memoria
La memoria es nuestro mayor tesoro. No seríamos nadie si fallase. Sin embargo tan lesiva es una mala memoria (en el extremo la amnesia), como un exceso de memoria. En un documental de Discovery Channel se mostraban los dos extremos, el primero el de un hombre que por la mañana no recordaba nada de lo que había hecho el día anterior, cada día empezaba su vida como un libro en blanco. En el otro extremo, el caso portentoso de un hombre que lo recordaba absolutamente todo lo que llegaba por sus sentidos. El clásico ejemplo del que se aprende la guía telefónica de memoria. Salvo como atracción de circo, no servía para otra cosa. La saturación de información le impedía pensar, su capacidad asociativa era casi nula pues no sabía discriminar lo importante de lo superfluo. El amnésico no tenía nada con qué asociar los pocos datos que recibía y podía recordar antes de dormir, momento en el cual se le borraba toda la memoria. Ambos eran casos trágicos.
En condiciones normales, la memoria es nuestro tesoro personal, nuestra historia, nuestro saber, nuestro conocimiento de la realidad. Posibilita la segunda etapa del aprendizaje, almacenando diferentes tipos de información para diferentes periodos de tiempo.
Explicar la localización y proceso de memorización en los organismos individuales es difícil. Los recuerdos están producidos por cambios en la capacidad sináptica de una neurona a la siguiente como resultado de una actividad neural anterior. Estos cambios hacen que se desarrollen nuevas vías de transmisión de señales  (rastros de memoria) a través de los circuitos neurales del cerebro. Según la permanencia de estas conexiones, la memoria es inmediata (memoria a corto), y memoria a largo plazo.
Explicar la memoria en las organizaciones es hasta cierto punto más fácil, pues físicamente son los departamentos de documentación, archivos, bibliotecas y Bases de Datos. Están distribuidos según los diferentes servicios o secciones de la organización. Los hay centralizados y los hay distribuidos. Por muy complicado que pueda parecer, esta memoria organizacional es tangible, y está ahí. Pero..., y esto es muy importante, disponer de estos archivos, no significa que la organización utilice cuando lo necesita esta fuente de conocimiento.
Veamos. Todos sabemos que en las bibliotecas de nuestras empresas están multitud, quizás miles de libros, ingentes bases de datos, y archivos de documentos hasta desbordarnos. Problema: tener esta información, no significa que sepamos o podamos utilizarla cuando nos hace falta. Cualquiera que trabaje en una empresa y maneje estos documentos sabe que, a no ser que se disponga de muy potentes motores de búsqueda, “query languages” de acceso a las bases de datos, y un servicio de documentación muy bueno, es bastante complicado localizar la información que es necesaria cuando se necesita. El último avance lo suponen los “datawarehouses” o repositorios de datos que son colecciones de datos orientado a temas, integrado, no volátil, de tiempo variante, que se usa para el soporte del proceso de toma de decisiones gerenciales.
Si las modernas tecnologías de la información están en puertas de resolver este problema, estamos aún lejos de conseguir conscientemente la “memoria institucional”. Esto lo trataremos en profundidad en el capítulo ocho, pero baste decir aquí que a día de hoy la experiencia institucional se basa en la experiencia particular de sus dirigentes y profesionales. Pero cuando estos se van y llegan nuevos, esta experiencia desaparece, salvo que la propia empresa haga un esfuerzo importante por consolidar esta experiencia cuando se produce el relevo. A esto se denomina “aprendizaje institucional”, y es una de las disciplinas básicas de cualquier organización que pretenda sobrevivir en el mundo actual, y a la que pocos prestan atención.
2.5.7.- Decisor
Es el subsistema ejecutivo que recibe información del resto de subsistemas y genera información de salida con la cual se establece el control de toda la organización, y se influye sobre el entorno.
En los organismos individuales, estas funciones, globalmente incluidas dentro del sistema de comportamiento, radican en el denominado “sistema límbico”, que significa limítrofe, situado alrededor de las regiones basales del cerebro. Si originalmente se pensaba que esta era su localización, las investigaciones han concluido en que este sistema abarca a todos los circuitos neuronales que controlan las fuerzas impulsoras de la motivación y del comportamiento emocional.
Según las decisiones se tomen de modo instintivo primario, propio de los vertebrados inferiores, reptiles y anfibios, o instintivo superior, propio de los mamíferos, o basados en las funciones superiores de asociación y pensamiento, la fuente de la orden se generará en el protoencéfalo, hipotálamo, en el mesencéfalo, tálamo y zona reticular, o en la corteza cerebral. Los seres humanos participamos de estos tres elementos del sistema límbico.
En el caso de las organizaciones humanas, el subsistema decisor coincide formalmente con el organigrama estructural del staff de la empresa. Existe un máximo responsable que recae en una persona (gerente, presidente, director general...) o en un órgano colegiado o junta directiva. Hacia abajo, la estructura del decisor se ramifica en escalones.
Como hipótesis a tener en cuenta, es muy importante saber que el incremento del tamaño de un sistema con la agregación de más elementos integrantes, favorece la independencia en la toma de decisiones. Ello se debe a que no se suele considerar el incremento de los costes del sistema de información al órgano decisor como requerimiento para centralizar las decisiones.
Todo lo que se conoce sobre los organigramas de empresas se puede decir respecto del subsistema decisor. Este es en el fondo el cuadro de mandos de la organización, el staff.
El proceso de decisión incluye el desarrollo de propósitos, objetivos y procedimientos, así como el control de los procesos de los diferentes subsistemas. En la ejecución de estos procesos, el decisor ajusta las entradas a la organización con sus salidas.
El proceso decisor se basa en tres atributos: poder, autoridad e influencia.
El poder es la capacidad del decisor para que se cumplan sus órdenes, bien por la vía coercitiva, utilitaria o identificativa. El poder lo da el cargo, y viene impuesto por la cúpula de la organización.
La autoridad es el poder aceptado y legitimado por la organización (transmisores y receptores/ejecutores de las órdenes). Está muy relacionado con el prestigio profesional reconocido por los subordinados (y también por los superiores).
La influencia son relaciones que incitan a alterar el comportamiento de unos en función de la atracción que otros ejercen sobre aquellos.
El poder está distribuido en escalones. En esencia existen tres escalones fundamentales: alta dirección responsable de las decisiones estratégicas, mandos intermedios responsables de las decisiones tácticas y supervisores o jefes de centros de actividad (línea) responsables de las decisiones operativas.
El proceso de decisión constituye todo un cuerpo de doctrina desarrollado en la Teoría de la decisión desarrollada por Savage, Von Neumann y Milnor. (White D.J. 1979) Dicho de forma rápida, la decisión supone una elección entre varias opciones oscurecidas la mayoría de las veces de un cierto nivel de incertidumbre y de ambigüedad, seguida de una toma activa de postura materializada en una acción ejecutiva en consecuencia. Por tanto, puede haber una elección sin decisión consecuente, pero no puede haber decisión sin una elección previa.
Como tal proceso cognitivo, la decisión supone la elaboración de reglas de inferencia del tipo si... entonces... o ... (if... then... else...) donde las condiciones “if” son premisas que impulsan a tomar una u otra decisión en función de la regla de inferencia que se haya establecido. Por otro lado, cuando la decisión se toma en función de varias premisas, entra en juego el álgebra booleana con los operadores “and”, “or” y “not”.
Con este motor de inferencias en la base consciente o inconsciente de toda elección, la toma final de decisiones entra dentro del proceso completo del sistema de mando y control:
- Establecimiento de objetivos. (dónde se quiere llegar)
- Análisis de situación. (dónde estamos) Se requiere toda la potencia del sistema de información para conocer la realidad sin distorsiones.
- Aplicación del motor de inferencia lógico
- Emisión de órdenes concretas.
- Evaluación. Estudio "feed-back" de los efectos de las decisiones tomadas.
- Búsqueda de soluciones alternativas. O capacidad de adaptación a nuevas circunstancias.
Uno de los elementos más importantes de la Teoría de la decisión es el concepto “valor” considerado como dato de utilidad en el proceso de despejar la ambigüedad y la incertidumbre. Sobre todo ello, la Teoría de la decisión tiene elaborado un complejo cuerpo de conocimiento matemático, del que sólo baste decir que está en la base de muchos sistemas de inteligencia artificial.
Derivado del concepto “valor”, se desprende que no toda la información que el decisor recibe es útil para la toma de decisión, e incluso un exceso de información sin valor añadido para despejar incógnitas de decisión puede generar el efecto contrario denominado “information input overload”, o sobrecarga de información, que provoca una caída significativa del rendimiento de la capacidad decisoria, y la toma de decisiones erróneas.

2.5.8.- Codificador
Es el subsistema que modifica el código de información interno de la organización convirtiéndolo en código público, capaz de ser entendido por la propia organización y por el mundo exterior. Básicamente estamos ante el conversor de órdenes en lenguaje comprensible más allá del propio sistema, o bien en acciones del propio sistema como respuesta a los estímulos recibidos.
Incluye grupos subsidiarios que elaboran información explicativa, divulgadora, traductores a otros idiomas, relaciones públicas, gabinetes de prensa, publicistas. Estos grupos suelen trabajar en gabinetes adjuntos al decisor. En el caso de que la orden sea una acción concreta, la decisión se transforma en un código interno de señales, a veces encriptado, como es el caso de las órdenes de activación de la Fuerza en las unidades militares, y que viajan hasta el elemento ejecutor final de la acción a través de los canales y redes designados para este tipo de comunicación.
En los organismos individuales (en el ser humano concretamente) el codificador está la corteza frontal, o área de Broca, que proporciona los circuitos nerviosos para la formación de las palabras. En el caso de que la decisión sea una acción motora, la orden viaja por la neurona motora con un código de trenes de potenciales de acción a través del axón (que es la fibra nerviosa eferente o motora), directamente del cerebro hasta la denominada placa motora insertada en los músculos, que hace mover las fibras musculares estriadas, en el caso de movimientos voluntarios de los músculos del cuerpo que nos permite movernos y mover los brazos y las manos, o las fibras de músculo liso, en el caso de que la orden sea de carácter vegetativo, para regular las funciones internas del organismo.

2.5.9.- Trasductor de salida
Es el subsistema que emite la información de salida, cambiando esta en acciones a ejecutar por los diferentes responsables de cualquiera de los subsistemas que procesan materia y energía. También emiten la información al "éter", al exterior del sistema para que sea captada por el entorno.
En el caso de los organismos individuales, el trasductor de salida es, para las órdenes motoras, la placa motora, estructura neuromuscular que traduce los trenes de potenciales de acción eléctricos que llegan de la neurona motora a impulsos contráctiles de las fibras musculares. En el caso de órdenes de comunicación, el trasductor son esas mismas placas motoras que residen en nuestro aparato del habla, lengua, cuerdas vocales y músculos de la garganta que nos permiten articular las palabras.
Para las organizaciones, los trasductores de salida son todo el personal que transforma una orden en acción ejecutiva, bien sea esta una modificación en el proceso de actividad interna o bien sea lanzar la información fuera, vía prensa, correo, radio, televisión.
El establecimiento de relaciones de comunicación entre la organización y el suprasistema, o bien la activación de  los elementos productivos para convertir las órdenes en acciones y tareas concretas.


2.6.- Funcionamiento del sistema
    
La exposición de los diferentes subsistemas críticos, permite llegar a la conclusión de que estas funciones son las que permiten la vida de los sistemas vivientes. El isomorfismo entre individuos y organizaciones es claro, y de esta forma, podemos comprobar que realmente, a escala funcional no hay diferencias entre los seres vivos en todos los escalones del asociacionismo biológico. No se ha explicado aquí, porque tampoco es intención desarrollar este tema más que lo necesario para entender estos extremos, pero recálquese que los mismos subsistemas con las mismas funciones se pueden identificar en el interior de las células, en los tejidos y en los órganos de un organismo individual. Una vez descrita la composición de los diferentes subsistemas de cualquier ser vivo, su funcionamiento se establece basándose en relaciones espacio-temporales. Las relaciones suponen la fuerza de cohesión que unen las partes de un ser vivo. Hay relaciones de estructura (espaciales) y de proceso (temporales y espacio-tiempo). Todas las relaciones buscan ajustar los procesos de cada subsistema para conseguir el mantenimiento del "Estado Estable".
    
2.6.1.-Busqueda del estado estable
    
El Estado Estable es la situación de máximo orden tanto estructural como funcional. Es altamente improbable con criterio "termodinámico" por cuanto supone un continuo consumo de energía y de recursos.
El objetivo de un ser vivo, individuo u organización es el mantenimiento a lo largo del tiempo de su propia existencia. Pero ello sólo es posible si cumple con la misión dentro del ecosistema (entorno - sociedad) que tiene asignada. El logro de ese objetivo es alcanzar (como sistema) el estado estable.
El Estado Estable depende de prácticamente todo.
1º-Del proceso de entrada de materia y energía. Tanto el exceso como el defecto de entrada hacen que el sistema se vea perturbado, bien por saturación, o por carencia.
2º-Del proceso de entrada de información. El exceso supone una sobrecarga de información que satura los canales, y puede confundir extraordinariamente al decisor. La carencia supone "ir a ciegas", no conocer los cambios del entorno, y por ello, no poder cambiar de estrategia a tiempo. Los cambios en los "inputs" de información suelen conducir a la necesidad de innovación, de dar soluciones nuevas a nuevos problemas.
3º-Del proceso interno de producción. Tan negativo es la caída de la producción como la sobrecarga, en ambos casos el resultado final es una caída en la calidad.
4º-Del proceso de información interna. Este proceso es responsable de conservar en un nivel aceptable, cuando menos, una serie de recursos "intangibles", pero que suponen una auténtica fuerza motriz para la marcha de la organización, en la medida en que el factor humano es crucial. Son la motivación, la productividad, el rendimiento, la eficiencia, la satisfacción, la coordinación y la capacidad de resolución de conflictos.
Los factores que reflejan el estado de proactividad del recurso humano son muy difíciles de cuantificar, pero suponen el auténtico combustible energético, por encima incluso del elemento de remuneración económica. La gente responde, además de al cobro de una nómina, a un nivel de motivación, de productividad, de satisfacción, de coordinación adecuada y a saber que los conflictos, que necesariamente se producen, son susceptibles de ser resueltos y no van a desembocar en luchas despiadadas entre unos y otros.
5º-De los circuitos de realimentación. Las relaciones entre elementos responden en general a circuitos feed back. Conociendo el objetivo final, el decisor es capaz de ajustar la dinámica de los elementos activos de la organización en función de la información que recibe de ellos.
Aunque sea un anticipo, el tipo básico de circuito feed back que vamos a utilizar reiteradamente en todo el libro es de este tipo:












Figura .- Bucle de mando y control basado en un ciclo realimentación o feed back con objetivo final


Si de alguna forma pudiéramos sintetizar esta búsqueda del estado estable, podría ser con el siguiente diagrama causal, que relaciona tres variables fundamentales de la vida: la materia viva, la energía necesaria y los recursos externos.
    










Modelo genérico de los seres vivos.

La lectura de este diagrama es del siguiente modo:
Bucle 1. Un organismo vivo está compuesto de materia viva. Cuanto mayor cantidad de materia incorpore a su organismo, mayor capacidad de generar energía. (+)
La energía generada, por otra parte es a costa del consumo de los nutrientes incorporados, y en el extremo de la materia propia, de sus propias reservas. Luego la producción de energía es a costa de la materia “combustible”. (-)
Bucle 2. La energía generada permite conseguir nuevos recursos externos mediante la motilidad que hace posible la búsqueda. (+)
La obtención de recursos requiere consumo de energía. (-)
Bucle 3. Los recursos obtenidos permiten mediante la ingesta incorporarlos a la materia viva propia. (+)
La ingesta de recursos provoca su consiguiente disminución, que obliga a buscar más (-)

Este triple bucle sintetiza el ciclo vital que todos los seres vivos desarrollan. Tan simple y esquemático como genérico. Pero sobre él se desarrolla la vida desde sus orígenes.

2.7.- Evolución

La organización sistémica de los seres vivos y su funcionalidad no han sido fruto de la casualidad. Detengámonos un poco en cómo la vida es como es, y por qué se han desarrollado los sistemas y subsistemas que acabamos de examinar y que nos parecen tan lógicos y normales. Pero la historia de estos sistemas tiene nada menos que tres mil millones de años.
2.7.1.- Génesis
Casi tres mil millones ha tardado la vida en conformar la célula (auténtica reina de la Naturaleza viva), tal y como la conocemos actualmente. En este largísimo periodo de tiempo, las micelas biológicas progresaron hasta desarrollar las estructuras y funciones necesarias para que dichas organelas tuvieran las características que reconocemos como de seres vivos. En este largo periodo de tiempo la competencia por el alimento y la obsesiva tendencia a luchar contra el caos interno, fue en impulsor de que se desarrollasen una a una las diferentes estructuras que, relacionadas entre sí, consiguieron mantener vivo a los primeros organismos. La competencia general, generó una infinita espiral de ataque-defensa. Esto obligó a una mejora continua de dicha organización interna. La aparición de la fotosíntesis permitió utilizar el sol como fuente directa de energía. Quizás en ese momento, la vida consiguió salir de esas cavernas cercanas a los volcanes y variar definitivamente el rumbo de la existencia. Y la atmósfera de CO2 , nitrógeno y amoníaco se convirtió en atmósfera de oxígeno y nitrógeno actual. (Orgel, 1994)
Hay que tener en cuenta también que la vida se originó porque no había vida. Si un fenómeno de biogénesis se produjese en la actualidad, no tendría la más mínima posibilidad, dado que sería inmediatamente devorado por los seres vivos existentes.
La vida se basa en el asociacionismo molecular. Esta fue la fuente de poder de los virus, donde la debilidad de una molécula es compensada con la fortaleza de otras, mientras aquella suple a estas en otros aspectos.
Pero el paso definitivo hacia la invención de la célula fue la membrana celular, lipido protéica, semipermeable. Con ella se pudo desarrollar compartimentos y cavidades donde mantener reservas de alimento, se desarrolló la capacidad del paso selectivo de líquidos y nutrientes, el establecimiento de gradientes electrolíticos, potenciales de membrana y presiones osmóticas desequilibradas respecto del entorno, y todo el conjunto de factores que permiten mantener una entropía elevada respecto del medio, y un estado altamente organizado a costa del consumo energético. Se inventó el "steady state" (estado estable), y con ello la termodinámica de procesos irreversibles, y con ello, la característica fundamental de la vida. (Lurie, 1979 Op Cit)
Poco a poco - tres mil millones de años costó -, se organizaron los diecinueve subsistemas, gracias a los cuales el estado estable sostenido fue posible, primero en células procarióticas, sin núcleo real, esto es en bacterias, y posteriormente con núcleo real, eucarióticas.
Quizás el virus gana a la célula en simplicidad y capacidad de defensa. Ciertamente, el virus resiste condiciones más adversas que la célula, pero la célula gana al virus en interacción con el entorno. Esto es un avance espectacular. En competencia vital, la célula gana al virus claramente.
El desarrollo del proceso de fotosíntesis supuso el establecimiento de las bases de la pirámide alimenticia. Estas células aprendieron a capturar la energía directamente del sol, y con ello a sintetizar elementos estructurales a partir de sustancias minerales. Convertir materia inanimada e inerte en materia viva. Este es el salto cuántico dado por las plantas, lo que permite la vida tal y como las conocemos. A partir de las plantas se desarrolló una segunda alternativa de supervivencia, basada en el parasitismo animal. Estas células, en vez de sintetizar por fotosíntesis, capturan y digieren los nutrientes obtenidos en las plantas, y a las plantas mismas. Dependen de ellas, con un rendimiento energético y estructural bajo, ciertamente. El 90% de masa vegetal sirve para alimentar al 10% de masa animal que puebla la tierra. A cambio, las plantas no tuvieron necesidad de desarrollar elementos de movimiento rápido en búsqueda de alimentos, allí donde hubiere un buen suelo, podían crecer y desarrollarse. Las células animales debían buscar permanentemente el alimento, y desarrollaron extraordinariamente su sistema de información, y en ello reside su éxito definitivo. (Gould. 1994)
La evolución de las células hizo que éstas aumentaran de tamaño progresivamente. Más energía, mayores estructuras y especialización de los subsistemas. El crecimiento celular, puso en evidencia la proporción volumen-superficie. Las necesidades alimenticias dependen del volumen. Cuando crece el volumen, este lo hace en función del cubo del diámetro, mientras que la superficie aumenta sólo como el cuadrado del mismo. En un determinado momento, toda la superficie de la esfera no es capaz de mantener el tránsito de entrada de nutrientes y de salida de desechos. La primera alternativa es abandonar la forma esférica, para adoptar forma de bastones o el aplanamiento. Y así lo hicieron las bacterias que adoptaron la forma bacilar. Pero esto tiene el inconveniente de que cuanto más se aleje la célula de la forma esférica, más energía requiere para mantener su forma. Esto es posible hasta un cierto límite, más allá del cual, el mantenimiento de estas formas es ya imposible.
La segunda alternativa es conservar la forma esférica, pero, una vez que se produce la división, en vez de soltarse e independizarse tanto progenitor como nuevo individuo, mantenerse unidos en forma de cadenas o racimos, como un género denominado  estreptococos o estafilococos. Esto mantiene las ventajas de la esfericidad dentro del límite de seguridad cubo-cuadrado, cada individuo mantiene su integridad, pero se gana algo muy importante, la fuerza del grupo, de la masificación.
La agregación de individuos formando colonias indiferenciadas tiene la ventaja de defenderse mejor del medio, individuo a individuo, pero nada más. Pero esta agregación abre el camino a la especialización celular, mediante la cual, de la masa indiferenciada donde todas las células son totipotenciales, se pasa a otro estado de organización, donde cada grupo de células se especializa en una determinada función, a costa de perder la “totipotencialidad”, concepto básico en la Teoría de Sistemas que alude a la capacidad de ser autosuficiente. Ello obliga a permanecer en asociación pluricelular, puesto que llegado un punto en esta especialización, cada célula por separado se hace inviable. Se tiene pues, un organismo vivo, formado por células que se han agrupado en diferentes tipos que cumplen una determinada función, y que se especializan en todas y cada una de las funciones que son competencia de los diecinueve subsistemas críticos de Miller, referidos anteriormente.
En la especialización celular, cada célula debe superarse constantemente en su función particular, aún a costa de abandonar otras funciones, dependiendo de terceras células que le suplen y complementan. En este punto, la colonia celular pasa a convertirse en un organismo pluricelular. Cada grupo de células especializadas forma un "tejido celular" diferente, que con la evolución llegan a constituir "órganos" anatómica y fisiológicamente diferenciados.
La eclosión de los organismos pluricelulares se produjo a comienzos del Cámbrico, hace tan sólo 600 millones de años.
A partir de ese momento, la Naturaleza estaba en disposición de ensayar infinitas formas de asociacionismo celular, unas con éxito, la mayoría condenadas al fracaso. No fue un juego de azar, sino una apasionante lucha por sobrevivir y adaptarse a nuevas circunstancias ambientales, amen de una lucha de competencia entre especies, todo ello gobernado por el código genético universal, capaz de memorizar toda la información biológica necesaria en las bases de ácido desoxirribonucleico de los genes.
Tras 3000 millones de años, la Naturaleza consiguió establecer todos los principios básicos que rigen la vida sobre la Tierra. Una evolución extremadamente lenta pero aplastantemente sólida. Cualquier ser vivo, o cumple estos principios elementales, o no se puede considerar un ser vivo.
A la Vida le costó establecer la base de los sistemas 3000 millones de años, pero una vez establecidos, en lo que resta de exposición, veremos que se cumple siempre.

         2.7.2 Salto cuántico
La célula como individuo es básicamente inmortal. En un entorno apropiado puede dividirse indefinidamente. Sin embargo, el organismo pluricelular es un ser condenado a la muerte individual. Para vivir necesita que permanezcan vivos sus componentes celulares individuales y de una cosa más, la organización interna. Lo que permite la vida de cada célula, su organización interna, su comportamiento como sistema abierto, dio un salto cuántico para constituirse en condición básica para la vida pluricelular, su organización como sistema abierto formado por sistemas individuales.  Se confirma así que el todo es algo más que la suma de las partes. Cuando un organismo pluricelular muere, no lo hacen todas sus células constitutivas de golpe. Estas, por un tiempo permanecen vivas; lo que deja de vivir es el sistema.
Como hemos visto ya, un organismo vive en tanto que su sistema en global, se mantenga en estado estable (homeostasis). Si el estado estable se pierde aparece la enfermedad. Llegado a un umbral crítico de desestabilidad se cruza el límite (sobrepasamiento), que hace inviable el organismo, y este muere como tal. Sus células sobrevivirán durante un tiempo más.
Salud es pues sinónimo de estado estable en el sistema vivo. Esta es la definición más concreta y simple, pero la que encierra en sí misma la globalidad. En el ser humano, las definiciones de salud se envuelven dentro del contexto psicosocial, lo que la hacen abstracta y difusa.
La Naturaleza condujo a los seres vivos hacia la muerte inevitable, dado que el incremento de complejidad requiere una organización cada vez más perfecta, que a su vez requiere un más alto consumo de energía. Los límites funcionales se hacen cada vez más estrechos, y el umbral de la muerte puede alcanzarse con relativa mayor facilidad.
Este avance en complejidad puso en serio peligro a las especies, dado que semejantes organismos pluricelulares no se podían ya crear tan fácilmente como una célula, la cual tenía ya perfectamente establecido su mecanismo de mitosis.
Fue necesario el desarrollo de todo un órgano especializado en la reproducción, constituido por un determinado tipo de células, especializadas en transmitir la información genética, y tras la unión de dos células de sexo diferente, formar un nuevo organismo. En esencia, el salto cuántico de la vida fue el desarrollo de la meiosis, y por consiguiente, del sexo. Con ello, se hacía necesaria la participación de dos seres de sexo opuesto para formar un nuevo ser. Esto garantizaba un hecho que se ha visto extraordinariamente necesario para que la evolución fuese siquiera posible, la recombinación genética ilimitada, fundamento de la biodiversidad. Si la reproducción hubiera sido sólo por simple mitosis, la vida habría evolucionado tan lentamente, que posiblemente, en la actualidad las esponjas seguirían siendo los seres más evolucionados
El sexo hizo posible la evolución, pues ésta se basa en la recombinación genética y en la generación de mutaciones, infinitos ensayos genéticos, que en sí son la mayoría negativos, pero que de vez en cuando, abren la vía a nuevas formas de vida más adaptadas y desarrolladas.

         2.7.3.- Ataques masivos contra la vida
A lo largo de la Evolución, se han producido siempre la aparición y desaparición de especies. Es un fenómeno normal. Lo que no es normal es que de repente, por la causa que sea, se produzca una extinción en masa que borre de la faz de la Tierra a miles y millones de especies. La extinción de los dinosaurios fue la quinta gran extinción que se produjo en la Tierra, y por cierto, que no la más llamativa.
El registro fósil de animales marinos dice que desde el Cámbrico, momento en el que se experimentó la explosión de los seres pluricelulares, se produjo hasta finales del Ordovínico, un continuo incremento de la biodiversidad, (400 familias) (Wilson. 1989)
A finales del Ordovínico, hace 450 millones de años se produjo la primera gran extinción, reduciéndose en un 12% (40 familias).
El Silúrico recuperó el nivel anterior y se mantuvo hasta finales del Devónico, hace 350 millones de años, en que se produjo la segunda gran extinción con una minoración del 14% de la biodiversidad
El Carbonífero recuperó la pérdida. Pero en el Pérmico, a finales, hace 240 millones de años se produjo la tercera gran extinción, cayendo la biodiversidad a niveles críticos desde el origen de la vida. Se produjo un descenso del 52% (190 familias), el 80% fueron especies marinas. Algo muy serio debió suceder.
El Triásico recuperó un 15%, pero cayó de nuevo con una cuarta gran extinción  de un 12% de familias.
A partir del Jurásico, el incremento de la diversidad se disparó hasta llegar a las 600 familias. Y fue al final del Cretácico cuando se produjo la quinta gran extinción, menor en proporción a las anteriores, sólo un 11% de familias, pero la más conocida, porque fue la que borró de la faz de la Tierra a los dinosaurios, hace 65 millones de años, y permitió la expansión definitiva de los mamíferos.
Siempre se olvida mencionar una sexta gran extinción, no tan grande, pero que supuso la desaparición de los grandes mamíferos, hace tan solo dos millones de años.
Parece como si a intervalos, la vida se sometiese a enormes tensiones, produciéndose verdaderas masacres entre aquellas especies que no soportasen la tensión. Las causas pueden ser múltiples, cometas que chocan contra la Tierra, cambios climáticos bruscos, terremotos, vulcanismo exacerbado, incremento de la radiación solar ultravioleta, enfriamiento súbito del agua del mar, etc.
En el caso de la quinta gran extinción del Cretácico, hay hipótesis para todos los gustos, todas estas, y además, depredación de huevos de dinosaurios por los mamíferos más avispados, alteración de la cadena alimenticia, desarrollo de plantas venenosas, caída de un asteroide (esta parece ser la hipótesis más plausible), el que se supone formó la península de Yucatán, cambio climático, acaso por entrada o salida del Sistema Solar de una brazo de la Galaxia con mayor densidad de polvo interestelar, o vulcanismo letal y masivo. (Assimov, 1980)
Pero sea como sea, lo que parece ser evidente es que, primero la quinta gran extinción no fue, ni de lejos la peor de las que han sucedido en la Tierra, segundo, que sucumbieron determinadas especies pero otras sobrevivieron sin ningún problema. Luego, en los dinosaurios incidieron determinados factores de carácter fisiológico y genético por los cuales, los cambios, más o menos bruscos y lesivos para la vida que se produjeron en el Cretácico, en ellos y sólo en ellos fueron insuperables. (Charing. 1993)
Para explicar, sólo de forma aproximada el problema hay que volver a reflexionar en términos de sistemas biológicos. Cabe la posibilidad de que las especies tengan una vida media natural, y que como tal especie gocen de juventud, madurez, senilidad y muerte por extinción. Puede que por azar, la vida media de un gran número de especies alcance simultáneamente su fin, máxime si como en el caso de los dinosaurios estas especies han sido extraordinariamente longevas (150 millones de años de dominio de la Tierra).
El envejecimiento de las especies se produce por mutaciones. Se sabe que en toda generación surgen individuos mutantes. Las mutaciones suelen ser siembre negativas, e introducen elementos de riesgo, tales que la cadena reproductiva se corta en estos individuos, afortunadamente para la especie, pues así la alteración genética no se transmite a la descendencia.
Hay también mutaciones, de vez en cuando, que mejoran la adaptación al medio ambiente, las habilidades de los individuos, y estas, lógicamente se transmiten y consolidan, haciendo evolucionar la especie.
De las mutaciones negativas, las hay que no producen fallos fatales, y que acaso porque se transmiten con carácter autosómico recesivo, pasan de generación en generación. Supongamos que una mutación como la que provoca la hemofilia se va transmitiendo de padres a hijos, hasta que la práctica totalidad de la especie la lleva consigo. Puede ser el fin de la especie, casi con seguridad.
Si se producen suficientes mutaciones transmisibles, estas, poco a poco van debilitando genéticamente a la especie, hasta tal extremo que la debilidad fisiológica y la reserva funcional de la especie, se agota, quedando esta expuesta a no soportar cambios climáticos, o bien a no soportar el ataque de los depredadores macroscópicos o microscópicos (epizootias, es decir, epidemias animales, de gran virulencia y letalidad)
Cuanto más superespecializada se vuelve la fisiología celular y orgánica, más sensibilidad existe a mínimos cambios. Volviendo al ejemplo de la coagulación, vemos que esta es tan complicada, y que para funcionar correctamente han de intervenir tamaña cantidad de factores que un solo fallo en una sola de las etapas puede provocar la muerte del individuo por hemorragia o coagulación masiva. Las rutas metabólicas son tan complejas que la carencia, tan sólo parcial de un enzima o coenzima puede detener o ralentizar todo el largo proceso y provocar tesaurosmosis patológicas.
Que un incremento de mutaciones lleve a la extinción depende de la reserva genética de la especie y su capacidad de adaptación. Si esta reserva se agota, el final es inevitable.
Puede que desde el punto de vista genético, la subclase de los dinosaurios naciese con una reserva genética deficiente, de modo que les hizo especialmente vulnerable a las mutaciones, o bien que estas se produjeron súbitamente.
Lo más plausible para explicar un súbito incremento de mutaciones es el aumento de radiación Ultravioleta del Sol.
Se sabe que el campo magnético terrestre sufre debilitaciones periódicas. Desde 1670 ha perdido un 15% de su fuerza. Si sigue así, en el año 4000 se habrá anulado. Entre 3500 y 4500 no tendrá fuerza para desviar las partículas cargadas. A nosotros nos puede parecer mucho tiempo, pero en términos geológicos no suponen casi nada. Según el registro fósil, la última inversión se produjo hace 700.000 años. Su anulación permite la penetración de los rayos U.V. (a pesar del ozono). Esto provoca necesariamente el incremento de mutaciones. Aunque puede que en el caso del hombre, esta inversión favoreciese una serie de mutaciones que mejorasen decididamente su inteligencia. (Weinberg, 1994)
Bien un súbito incremento de la actividad solar, o la explosión de una supernova relativamente cercana, puede que provocase, además un incremento súbito de radiación cósmica en cantidades ciertamente mortíferas.
En conclusión, todo parece indicar que los dinosaurios se desarrollaron en un entorno propicio, con un clima bonancible, y claramente resultaron ser los auténticos reyes de la Tierra. Su vida transcurrió en un paraíso terrenal donde casi nada puso cota a su desarrollo en número y en tamaño. En 150 millones de años todo fue bien. Se estableció una pirámide alimenticia sumamente estable, y un "statu quo" casi perfecto, sin conflictos relevantes, un clímax ecológico perfectamente conservado. En ese contexto, los grandes dominadores llegaron a la perfección como especies.
Pero algo sucede cuando se llega a la perfección. Un campeón sólo sabe una cosa, que se podrá mantener en la cumbre un cierto tiempo, pero tarde o temprano, alguno le vencerá. La vida no admite campeones vitalicios.  Esto es de especial relevancia para el hombre como especie dominante en estos momentos del Planeta. Conseguida la perfección y el dominio absoluto comienza algo que en más o menos tiempo desencadena la caída, a veces catastrófica. Las mutaciones continúan, en organismos que son tan perfectos que, precisamente por ello, un sólo fallo provoca inestabilidades cada vez más acusadas.
En los dinosaurios, una evolución tan espectacular en tamaño y variedad hace pensar que en algún momento se perdió el estado estable  en cada vez más especies de la subclase, y bien por radiación o por agresiones víricas o bacteriana, se produjo una clara tendencia a mutaciones cada vez más grotescas, con una pérdida de la estabilidad fisiológica cada vez mayor. Taras genéticas importantes que sumadas a una más que probable revolución vegetal con la aparición de plantas venenosas para defenderse de una depredación vegetal masiva por parte de tan descomunales comedores de plantas, provocaron todo ello una alteración de la cadena alimenticia.
Y por último la caída de un gran cometa, o el vulcanismo exacerbado, o cualquiera de las otras plausibles teorías. Ya da igual cual fuese el suceso final. Incluso puede que, lo más probable, el suceso final fuera un conjunto de sucesos coincidentes en el tiempo. El hecho es que, desde el punto de vista genético y fisiológico, los dinosaurios involucionaron hasta hacerse vulnerables al súbito suceso que se produjo, fuera cual fuese. En dos millones de años, no quedó ni rastro de ellos. El resto de la vida siguió su curso. El campeón fue destronado para siempre.
Al hombre este hecho no ha de resultarle ajeno. Tenemos ante nosotros un compromiso nada agradable. El volumen del cerebro humano ha crecido proporcionalmente más que la pelvis femenina. A duras penas el feto puede pasar su cabeza por el canal del parto, a costa del acabalgamiento de las fontanelas. Puede suceder en no demasiado tiempo que ni este recurso, de por sí tosco, sea suficiente para conseguir la salida de la cabeza. Entonces qué pasará. La cesarea sistemática es solución sólo para un porcentaje muy pequeño de la población mundial.
2.7.4.- Lops límites de la Evolución
Hace 600 millones de años que no ha surgido ningún filo nuevo. Según Van Nostrand la vida ha evolucionado en 21 grandes ramas de seres vivos, denominadas "philos" o tipos. Estos 21 filos constituyen otros tantos intentos de organización básica de los seres vivos. Aunque ninguno ha desaparecido, solamente ocho han tenido realmente éxito, quedando los otros trece relegados al ostracismo evolutivo, en clara recesión respecto de sus competidores. Del filo de los cordados del que partieron los vertebrados, no ha surgido ninguna nueva clase en los últimos 250 millones de años. Y de la clase de los mamíferos, no ha surgido nada mejor que los placentarios. (Assimov, 1980)
Hace unos 200 millones de años que la vida en la Tierra no ha ensayado ninguna rama nueva en la Evolución biológica. Parece como si el tiempo de la experimentación biológica se hubiera agotado, y sólo quedase el proceso del refinamiento constante. Hace 1000 millones de años que la célula alcanzó su perfección. La evolución celular se tuvo que enfrentar a su "non plus ultra". Hubo un momento en el que la evolución, o se detenía, o daba un salto cuántico. Y surgió el asociacionismo celular, y con él la eclosión de los seres pluricelulares.
No es por ser pesimistas, pero parece como si la multicelularidad hubiera entrado en un callejón sin salida. El siguiente paso parece ser el organismo múltiple o sociedad.
Hay un cierto grado de asociación gregaria en las manadas, organizadas para un mejor ataque o defensa, las bandadas de aves migratorias, las piaras de cerdos, la familia biparental o poliparental, etc. Es un avance y muestra un cierto grado de especialización. En genérico se trata de una organización tipo grupo.
En el grupo, cada individuo conserva su totipotencialidad como organismo. Podría sobrevivir sólo si llegase el caso.
El paso más allá es una organización multindividual de modo tal que cada individuo "per se" deja de ser totipotencial, para formar parte de una organización que toma vida propia como ser superior. Hasta ahora, ningún grupo de organismos presenta plenamente tales características, aunque hay dos indicios claros de ello. Uno se encuentra en el filo de los artrópodos, concretamente en la clase de los insectos. Otra en el filo de los cordados, clase mamíferos, subclase placentarios, especie "homo sapiens".
2.7.5.- La organización social
En los insectos se ha desarrollado una cierta aproximación al concepto de organización social. En las termitas no puede vivir cada individuo fuera del grupo social. Una termita soldado tiene tan grande las mandíbulas que alguien le tiene que alimentar. Pero a cambio de estos, una sociedad de termitas carnívoras, más conocida por "marabunta" puede vencer a un animal muy superior en tamaño, incluso al hombre. Y es que no se trata de un hombre contra millones de hormigas, sino de un individuo contra una organización social.(Jastrow. 1981)
En  las organizaciones sociales, cada individuo es un elemento integrador de un subsistema, bien de la cadena de producción o de información. Cada cual cumple su misión, y se comporta bien como frente de defensa, importadores de materia y energía, distribuidores, convertidores, productores finales de energía, evacuadores, motores, o reproductores. Un sofisticado sistema de información se establece para vigilar el entorno, para almacenar datos de memoria o para tomar decisiones. En una organización social es posible identificar todos y cada uno de los subsistemas críticos de Miller.  Si no fuese así, una organización no podría subsistir.
En el caso del hombre, lo que hizo posible su triunfo sobre los demás homínidos no fue la inteligencia per se. Los chimpancés y los gorilas, de alguna forma saben utilizar objetos.
El gran triunfo del hombre fue la comunicación a través de la palabra. Con ello, lo que el padre aprende a lo largo de su vida se lo transmite a su hijo. De modo que este aprende en muy poco tiempo lo que transmitido por su padre, más su experiencia personal a lo largo de su vida. Y la siguiente generación aprende todo lo de la anterior más su propia experiencia. Y así sucesivamente. Desde siempre los jóvenes han venerado a los viejos porque para ellos siempre fueron sabios, transmisores de "tradiciones"
Las tradiciones constituyen la base de ligazón de un individuo a la sociedad a la que pertenece. Es el surgir una nueva clase de sentimiento "cuasi instintivo" denominado "lealtad" o "patriotismo", por el cual el hombre logra entender no sólo de modo consciente, sino también subconsciente, que el bienestar de la mayoría bien vale el sacrificio de la minoría.
El concepto de sociedad conlleva aceptar la pérdida de parte de la libertad individual en compensación a ganar la seguridad y los beneficios de la cooperación mutua individuo – sociedad. En el ámbito humano, el desarrollo social ha desembocado en conceptos como la solidaridad, comunidad, integración, pertenencia, y de sentimientos como los de validez y sentirse amado, importante para los demás, porque los demás reconocen que la comunidad recibe de uno la cooperación y el esfuerzo.
Esto hizo que la sociedad trivial se consolidase y fuera en realidad un macroorganismo donde cada individuo se siente en pertenencia con el grupo, seguro frente a las asechanzas externas, y siente el dolor de algún miembro de la sociedad, cuando este enferma o muere.
El desarrollo de la escritura permitió consolidar la memoria social, no ya en las mentes de aquellos que aprendieron las tradiciones y los conocimientos heredados, sino en textos capaces de trascender la propia vida de los individuos. Como dice Sagan, la memoria de la sociedad humana se encuentra en los libros. Son las bibliotecas los auténticos bancos de datos donde la sociedad se reconoce a sí misma, y está segura de que conserva todo su vasto caudal de conocimiento (Sagan, 1981).
Vemos pues, como las dos sociedades que hemos comentado han evolucionado en dos sentidos muy diferentes. Los insectos hacia la subespecialización, La sociedad humana hacia la flexibilidad. Con todo, dentro de la sociedad humana, se ha producido una subdivisión  basada en la subespecialización. Son las organizaciones empresariales. Como tales, las empresas son agrupaciones humanas altamente especializadas en una determinada función, de modo tal que ninguna empresa es totipotencial. Muy por el contrario, depende de tal modo de sus proveedores y de sus clientes, que si esta relación en la que se produce un auténtico flujo de materia y energía falla, la empresa no puede subsistir.
Un paso más, y vemos cómo las sociedades en sí, poniendo como límites concretos los límites de los estados soberanos, tampoco son totipotenciales. El comercio internacional y las relaciones entre naciones hace que ningún país pueda vivir aislado de la comunidad internacional. De modo que, por encima de los estados soberanos se sitúan las organizaciones internacionales como la Comunidad Europea, o en definitiva, la Comunidad Internacional a nivel mundial.
2.7.6.- Tamaño y complejidad
Existe una tendencia natural por parte de los individuos y de las sociedades a crecer en tamaño. Sabemos que el tamaño es cuestión de número de células que conforman un individuo, puesto que las células no son más grandes en un elefante que en un ratón. El crecimiento es siempre un proceso de feed-back positivo, donde a más materia, demanda de más energía y de más alimento. La entrada de más alimento genera más materia y energía para formar más estructura. Y así hasta que el individuo o la sociedad alcanza un límite del que no sobrepasa, constituyéndose un equilibrio entre consumo, desgaste y producción. El feed-back se negativiza, igualándose las entradas y salidas de materia-energía.
En la vida, la variedad de tamaños es tremenda. Expresado en potencias de diez, el micoplasma ocuparía 10-13 cm3  un ratón 102    y una ballena 108 cm3.
Desde la aparición de la vida, el primer incremento significativo de tamaño fue con las algas cianofíceas hace 2700 Millones de años. Unas veinte veces. Desde entonces el tamaño de la célula ha permanecido invariable, siendo la más grande de un tamaño no superior a 10 micras.
La conquista de la pluricelularidad dio lugar a seres de muy diversos tamaños, en función del número de células que los componían.
El tamaño, es una tendencia natural, a la que se opone un fenómeno, que es la complejidad. Cuanto mayor sea un ser vivo, más complejo será. Cuesta más levantar y mantener un rascacielos que una cabaña. Cuanto mayor sea un organismo, más difícil resultará introducir cambios significativos en las primeras fases del desarrollo fetal. Un fallo genético, una mutación durante una etapa temprana de la fase embrionaria, casi con seguridad abortará la gestación. Mientras, una mutación en las etapas últimas de la fase fetal provocará una malformación congénita, posiblemente compatible con la vida.
Existe por tanto un punto en el que el tamaño de un individuo llega al límite de la complejidad que puede controlar. Bien es cierto que hay individuos de una especie más grandes que otros, pero en general una especie alcanza en sus individuos adultos una tamaño medio con una variabilidad moderada.
El tamaño puede ser adaptativo en sí mismo, y no supone necesariamente una desventaja. Supone una gran dificultad comprender especie por especie las razones de su tamaño. Sólo se sabe, por el registro fósil, que la tendencia es, si no existe razón en contra, a aumentar de tamaño. Se sabe que en 60 millones de años, se pasó del ancestral Hyracotherium del tamaño de una oveja, al equus, o caballo actual. Lo mismo pasó con los elefantes, camellos, jirafas, dinosaurios y cetáceos. Entre los vertebrados se observa esta norma, llamada regla de Cope, en honor a Edward Cope (1855), por la que la mayoría de las secuencias evolutivas de que se tiene noticia indica tendencias al aumento de tamaño de la línea filogenética, y no al revés. Casos como el colibrí son excepciones que, digamos, confirman la regla.(McMahon, 1986)
Así pues, la fuerza oponente al incremento de tamaño es la complejidad. Para cada especie la relación tamaño-complejidad es diferente. Lo que es cierto es que un organismo grande es un conjunto de células que funcionan como una unidad. Si el fuerte sincronismo que une falla, la selección natural terminará por eliminar la especie. La conservación de la homeostasis - "steady state"-, es básica para mantener la vida, pero hay notables diferencias debidas al tamaño. Un aumento del tamaño impone restricciones que requieren incrementar la división del trabajo entre las partes. El aumento de la división del trabajo que dependen del tamaño, se puede denominar como "complejidad". Como norma general, la complejidad aumenta con el tamaño. Esta regla no guarda relación con la selección natural. Es una restricción puramente física impuesta por poseer un cuerpo mayor.
La vida es de por sí compleja. La célula es una maravilla de la ingeniería natural, que parece haberse estabilizado como tal desde hace 2500 millones de años. En los seres pluricelulares, la complejidad aumenta por mor de la necesidad de poseer un tamaño adaptado al entorno en el que se desarrolla la vida de la especie. Menor complejidad haría imposible la vida de los individuos de la especie, y mayor, simplemente no es necesario, si con la alcanzada, la especie se encuentra adaptada al medio.
El estudio de la complejidad ha potenciado el desarrollo de las teorías que han intentado abordar su análisis, como la cibernética de Norman Wienner, la teoría de las catástrofes de René Thorn, la teoría del caos de Lorentz o la teoría de la información de Shannon, las cuales hemos repasado en el capítulo anterior.
Estas teorías han aportado interesantes puntos de vista. Es cierto que el problema de la complejidad nos afecta de lleno a los seres humanos, por cuanto la propia sociedad humana ha crecido en tamaño a un nivel tal que se plantea problemas típicamente relacionados con la complejidad. Entre una apacible localidad serrana casi autosuficiente con una mínima pero sólida organización social y la sociedad nacional existe una diferencia de tamaño y complejidad comparable como la que existe entre una abeja y una ballena azul.
Todos somos conscientes, en el mundo en que vivimos, que la vida es cada vez más complicada. Cualquier empresario es consciente de lo difícil que es crear una empresa, mantenerla a flote y ser capaz de que se adapte a los cambios del mercado. Cualquier intento por entender la complejidad como característica inseparable de las grandes organizaciones y sociedades es necesario para seguir manteniendo con vida el gran monstruo que hemos creado los hombres, la Civilización Occidental.


2.7.7.- Reflexión
Esta rápida mirada a la vida y la evolución biológica no ha tenido como finalidad misma describir la Historia natural de la Tierra, sino poder extraer una serie de reflexiones muy concretas que van a sentar las bases de toda la filosofía de esta obra.

La primera reflexión es sobre la posición del hombre dentro de la historia de la vida; como un eslabón más dentro de la evolución. Ver al hombre como especie que apenas lleva dos millones de años de evolución en una flecha temporal de 3.500 millones de años. Esto no es nada, el 0.05% del tiempo. Y menos aún los 5000 años de historia del hombre como civilización, el 0.25% de esos dos millones. Para la historia de la vida, el incidente del hombre es algo que ha acontecido apenas hace unos segundos. Es como si en la vida de un hombre de 80 años, ésta hubiera transcurrido tranquila y apacible en su aldea serrana, donde hoy se construye una cabaña, mañana una cerca para el corral y dentro de tres años una fuente para el agua del pozo. Y de repente, y tan solo en diez minutos alguien viene y transforma el pueblo en una ciudad descomunalmente grande parecida a Nueva York. Para la Tierra, el hombre es un acontecimiento súbito, "un susto de repente".

La segunda reflexión consiste en ver nuestra sociedad como la evolución normal de los seres pluricelulares hacia el asociacionismo multipersonal, multiorganísmico. Donde el todo es algo más que la suma de las partes, y donde todo está relacionado. Donde cada individuo pierde la totipotencialidad para tener que depender si quiere sobrevivir, de su integración en la sociedad. Donde las leyes biológicas también se cumplen (aunque las denominemos leyes económicas o sociales). Donde se identifican los mismos subsistemas críticos que en la célula y en los seres pluricelulares.
La tercera reflexión consiste en entender la vida y los seres vivos como sistemas abiertos. La teoría de los sistemas ha supuesto un cambio completo de paradigma para la Ciencia, permitiendo entender de modo global la realidad en que vivimos. La sociedad humana muestra los mismos fenómenos y comportamientos que los seres vivos, más uno más. La capacidad que posee el hombre de violar sistemáticamente en beneficio particular estas leyes. Surge así, en la sociedad humana el fenómeno inteligente de la intencionalidad, y la competencia y depredación de su misma especie. Surge así el "conflicto social". Esto significa que en la sociedad humana las leyes universales del comportamiento de los sistemas biológicos no se cumplen de forma ciega, sino que la inteligencia las eleva a la categoría de conscientes, y eso mismo introduce la posibilidad de violarlas en función de los intereses de cada cual, y también de elevarlas a más perfección si cabe.

La quinta reflexión trata del envejecimiento de las especies, y cómo éste conduce en más o menos tiempo a su extinción, justamente cuando más desarrolladas están y más parece haberse adaptado al entorno. Quizás tras este "climax", su capacidad de desarrollo se agota, y de adaptación también, entrando en un proceso de mutaciones hacia ninguna parte. Trasladando este proceso a la Humanidad, vemos cómo esto ha sido lo que ha sucedido en, virtualmente todas las civilizaciones. El ciclo guerra, paz, prosperidad, esplendor, decadencia y guerra se cumple inexorablemente siempre en la Historia del hombre.

La sexta conclusión es sobre la salud – permítanseme mis orígenes sanitarios aunque sólo sea por esta vez -. La salud del hombre como especie es la clave de la supervivencia. Porque si la salud del hombre como especie está en peligro, es la propia sociedad humana la que está en peligro. Decir salud es decir capacidad plena de trabajar para el desarrollo, para caminar hacia delante, para luchar por objetivos mejores. Decir pérdida de salud es decir tener que luchar para resolver problemas internos que dificultan el cumplimiento de la misión del individuo o de la sociedad. Algo va mal. Conflictos, crisis, corrupciones, degradación, violencia, enfermedad. Esto supone hablar de patología de los sistemas biológicos, de los sistemas sociales; es hablar de la perdida del "estado-estable". En este sentido la medicina actúa coyunturalmente en los individuos enfermos, como los bomberos apagan los edificios incendiados, o la policía busca y detiene a los delincuentes. Está claro que nadie desea vivir en una ciudad donde los edificios tienen una alta probabilidad de incendiarse, aunque los bomberos sean los mejores del mundo. O nadie desea vivir en una ciudad donde el riesgo de salir a la calle y ser atracado o agredido sea casi cierto, pero la policía sea muy eficaz deteniendo a los asesinos. De la misma forma no es deseable vivir en una sociedad donde la enfermedad se enseñoree de la vida de los hombres y mujeres, pero se disponga de los más avanzados hospitales y de los mejores médicos. La salud es un problema que atañe a toda la sociedad; una sociedad que ha alcanzado dimensiones planetarias, y cuya peor enfermedad es la ignorancia, como afirmó Rigoberta Menchú, premio Nóbel de la Paz en la clausura del XII Congreso Nacional de Hospitales en España, en mayo de 2001.
Y por último, la séptima reflexión consiste en ver cómo el hombre, tras la conmoción que ha provocado en el planeta, no le queda más que su inteligencia y los valores humanos emergentes para superar la crisis que le inunda a finales del siglo XX y comienzos del XXI. Durante mucho tiempo (los últimos treinta años) se ha pensado de forma general que la técnica y el progreso darán solución a todo nuestros problemas. Hoy cada vez más esa solución tecnológica se ve con cada vez más escepticismo, al ver cómo justamente en las sociedades más avanzadas, donde la tecnología ha "resuelto" la mayoría de los problemas materiales de la gente, no es capaz de evitar la degradación de la sociedad como tal. Violencia, corrupción política, convulsiones económicas, pero sobre todo, crisis de valores. Cuando se habla de crisis de la sociedad no se puede echar las culpas a la tecnología. Ni mucho menos. La tecnología funciona perfectamente, los ordenadores son cada vez más potentes y rápidos, las telecomunicaciones son cada vez más extensas y llegan a cada vez más rincones. Las autopistas nos transportan al último lugar que queramos. No es este el problema. El problema se siente cada vez más como de crisis de valores. Este es el drama del hombre, su ambigüedad. Las capas más primitivas del cerebro le incitan a comportarse de una forma instintiva y egoísta, y a la  vez a relacionarse con los de su especie. La capa más evolucionada, el neocórtex imprime a su comportamiento la cualidad de la consciencia. Y por ello la libertad de acción. Libertad para comportarse de modo egoísta o de modo solidario, con independencia de su capacidad para observar, descubrir, pensar e inventar. El Imperio de Occidente es la obra cumbre del hombre. La dinámica de este imperio planetario ha llegado a un punto de claro conflicto interno con la Naturaleza, y con una vastísima extensión del planeta que vive sumida en la miseria más absoluta. ¿Podemos hablar de salud en estas condiciones?. Cuando la solución tecnológica ya no es la clave de la solución de todos nuestros problemas de "salud social", sólo nos queda entender que hemos de tomarnos el amor y la solidaridad en serio, porque quizás sea la única salida viable a la encrucijada humana en la que nos encontramos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario